Se ha levantado un gran revuelo en los últimos días a consecuencia de la polémica entrevista que le hizo Jordi González a Rosalía García, la madre del cuco, el pasado día 29 de Octubre, en “La Noria”. A pesar de que no veo jamás ese tipo de programas, resulta inevitable que no me vea salpicado al hacerse eco del debate varias emisoras de radio que sí suelo escuchar con una frecuencia prácticamente diaria. A raíz de los comentarios, he podido deducir que la madre de tan polémico personaje no mostró la cara en ningún momento, y además se llevó a su casa la friolera de entre 9.000 y 10.000 euros.
Al parecer, la polémica comenzó en el mismo programa, cuando, tras la entrevista, una de las invitadas, Pilar Rahola, comentó que la madre del cuco no debería haber cobrado nada por acudir al plató. Ni Jordi González ni María Antonia Iglesias habían comentado nada al respecto, porque esa era una de las condiciones que al parecer había impuesto el abogado de Rosalía García para conceder la entrevista.
Todos estos datos los he sacado de Internet. Ya he comentado que no vi la entrevista. La cadena trató de lavar su conciencia in situ, debatiendo la conveniencia de realizar o no la entrevista en nombre de la libertad de expresión, y cuestionando si la madre del cuco debería o no haber ido a que la diseccionaran en directo. He escuchado en algunas cadenas de radio a personas que arremeten contra ella por haber acudido cobrando a “defender” la inocencia de su hijo. Hasta ese punto se ha conseguido de nuevo ese lavado de cerebro comunitario al que nos están sometiendo, o nos pretenden someter, las cadenas de televisión mayoritarias.
No comprendo que la cadena pretenda hacernos creer que la culpable de toda esta historia es la propia madre del cuco por acudir al plató, y encima cobrando. ¿Qué sentido tiene hacer la entrevista, que por cierto al parecer no aportó absolutamente nada al caso, y tratar de demonizar después al entrevistado? Vamos a tratar de ser sensatos. Es imposible pedirle responsabilidad en los actos a una mujer cuyo fracaso como madre se pasea por los juzgados. Si a una mujer que probablemente no tenga ningún tipo de valor, de criterio o de personalidad, se le ofrece una cifra jugosa, lo más normal es que la acepte, y se presente en el plató con sus mejores ropas, con ese tremendo anillo de plata que al parecer lucía, y con las gafas colocadas sobre la cabeza. Así, porque ella lo vale, sin más, a pesar de que su hijo se halle envuelto en uno de los asesinatos más nauseabundos de la historia de nuestro país. ¿Qué le importa eso a ella, cuando le enseñan la pasta?
He escuchado declaraciones de todo tipo. Una de las que más gracia me hizo fue la de una mujer que decía “yo soy madre, y si mi hija se viera envuelta en algo así, sería la primera en denunciarla”. Vamos a dejarnos de tonterías, por favor. Por un hijo matamos, sea o no culpable, y al pensar los padres así, lo más probable es que los hijos salgan más o menos normales, con sus defectos y sus tonterías, pero sin ese grado de bestialidad que tanto el cuco como las otras alimañas que se están riendo de España entera son capaces de mostrar en un momento de ira. Me parece de lo más normal que una mujer como la madre del cuco vaya a un programa a cobrar una pasta. ¿Por qué iba a tener ella más ética que su hijo?
Una vez aclarado que pienso que la culpa no es en absoluto de ella, sino de la perversión de una cadena que no duda en entrevistar a quien sea con tal de ganar audiencia, me planteo la cuestión que da título a esta entrada. No entiendo la polémica. ¿Qué esperamos de una cadena como la que emite ese programa? ¿Ética? ¿Rigor periodístico? ¿Esclarecimiento de la verdad? Vamos, por favor. Creo que ha quedado más que demostrado que lo único que se muestra hoy en día al espectador es el morbo, la bazofia, la inmoralidad, la envidia y el rencor. Eso es lo que los altos directivos piensan que proporciona audiencia, a pesar de que para ello tengan que dañar gratuitamente a familias como la de Marta del castillo.
Se nos está estafando a todos los niveles con la información que nos arrojan los medios. De la noche a la mañana, han desaparecido todos los periódicos independientes y rigurosos de verdad, y los que lo eran se han rendido de la forma más obscena a los oscuros intereses de los grandes grupos que los editan. Resulta sangrante y grotesco que no haya aparecido ni en las televisiones ni en la prensa escrita la terrible noticia del soldado estadounidense Alvin R. Gibbs, que asesinó impunemente a civiles en Afganistán por el mero placer de asesinarlos. De haber ocurrido en Vietnam hace treinta años, la noticia habría sido portada en los periódicos de todo el mundo. Hoy en día tenemos que enterarnos de una salvajada así, como en mi caso, por la mención que se hizo de ella en un programa de RNE. Podéis recabar más información en el siguiente enlace:
¿Qué está pasando? ¿Es que no existe nadie dispuesto a realizar un periodismo de calidad, a llamar a las cosas por su nombre, como sucedía antes? ¿Es que nos vamos a dejar aborregar con imbecilidades tan flagrantes como las que nos vomitan cada día los telediarios? Creo que ya está bien, que una parte de la población queremos conocer lo que ocurre en el mundo, saber la verdad aunque esta duela, analizar la materia de la que está hecha el ser humano, si es que se le puede llamar así. A todos los niveles, tanto sociales como políticos o económicos. Ya está bien de que nos tomen por idiotas. Nos meten el miedo en el cuerpo, continuamente, logrando exterminar nuestra confianza en nosotros mismos, con lo cual difícilmente saldremos de la crisis. No llegaremos a nada si miramos hacia otro lado, si nos empeñamos en esconder la cabeza cuando sucede una tragedia a nuestro alrededor. Ese proceso de aborregamiento tan perfectamente estudiado concluirá, como ya lo está haciendo, cuando no nos importe en absoluto lo que le ocurra a nuestro vecino, a nuestro amigo e incluso a nuestro familiar más cercano. ¿Es que pretende llegar a eso? Todos vivimos los dramas cercanos de compañeros que pierden el empleo de la noche a la mañana, y no ocurre absolutamente nada. En el fondo de nuestra alma pensamos “suerte que no me ha tocado a mí”. Ese es precisamente el triunfo de esa perversa manera de dosificar la información.
No todo es negrura, por suerte. Buceando en la famosa polémica, he descubierto que gracias al blog de un periodista llamado Pablo Herreros, se consiguió que las marcas patrocinadoras de La Noria retiraran sus anuncios del programa. El enlace a dicho blog es el siguiente:
Os invito desde aquí a echarle un vistazo. Resulta más que interesante la idea de Pablo de implicar a las marcas, que son las que realmente sostienen a la cadena. Esperemos que dentro de dos semanas no se haya olvidado todo. Con la memoria de borregos que se nos está quedando, no me extrañaría nada.
Felixón, me ha encantado leer este artículo tuyo y aunque te sigo habitualmente creo que salvo en el blog de Pilar nunca antes te había escrito en respuesta a un artículo tuyo.
ResponderEliminarVoy a intentar ser concisa y breve aunque no me va a ser fácil. He de decir que en casa no vimos la entrevista por coherencia pura y dura.
- NUNCA ¡JAMÁS! NI COBRANDO NI SIN COBRAR la madre de una rata inmunda , acusado de semejante barbarie debía de haber sido llevada a un medio de comunicación porque de sobra sabemos que esto tiene un precio, está claro que nadie de semejante calaña pensaría en ir si antes no supiera que va a cobrar una sustanciosa cantidad de euros ofrecida por alguien tan inexcrupuloso que pueda llegar a esos extremos por la audiencia o lo que es lo mismo ¡POR LA "PASTA"!.
Creo que con demasiada frecuencia confundimos conceptos porque solo así se puede "entender" minimamente que algo tan terrible y nauseabundo todavía sea justificado tan ambiguamente por ciertas personas o medios de comunicación.
Pero he de decir que viniendo de la cadena que viene, entra dentro de la tónica general de dicha televisión en la que la ética predominante es la de ver quien suelta más exabruptos por su boca del tío del vecino de un primo suyo que vive en la misma comunidad autónoma que algún famosete de estos cuyo merito mayor es demostrar que es más inculto que su vecino y hacer gala de ello. Esto sino cuenta los "polvos" que ha echado en x horas etc. vamos ¡incultura general!.
¿Culpables de esta entrevista? desde el dueño de la cadena ¡EL GRAN CULPABLE! en primer lugar hasta el último mono de la misma que la ha hecho posible por este orden de responsabilidades.
Pero que en el caso de Marta y en otros como el de Farruquito etc. traspasan con holgura los límites de la libertad es algo habitual y cotidiano desgraciadamente.
Todos tenemos derechos y deberes pero que los derechos de unas ratas de cloaca inmundas prevalezcan por encima de los de una chica, que todo el mal que hizo en esta vida fue querer vivir como corresponde a su edad y los de sus padres, familiares y amigos a saber que ha pasado exactamente con Marta y donde están los restos de su familiar para poder enterrarla dignamente como le correesponde y llevarle unas flores ¡es de locos!.
Yo no me considero estafada ni aborregada por ciertos medios de comunicación porque yo soy persona libre y con criterio y elijo lo que quiero leer, ver y escuchar que obviamente no es un medio de comunicación. Tampoco pienso que tiempos pasados fueran mejores en ningún aspecto. Simplemente los tiempos cambian y con ellos la vida va evolucionando tanto en lo bueno como en lo malo.
Lo que yo pienso es que debemos ser excrupulosos y responsables hasta el exceso, en cuidar la LIBERTAD por ser algo tan frágil como una copa del mejor cristal que cuando se quiebra, no hay arreglo posible.
Evitemos desde nuestra responsabilidad personal también desde la colectiva con nuestros actos que situaciones de este tipo, no ya no se vuelvan a repetir, porque desgraciadamente no es fácil. Pero si que luchemos demotraticamente defendiendo leyes justas y aboliendo las que no lo sean y fomentando la cultura y el esfuerzo personal por encima de la cultura del dinero fácil y rápido por ejemplo. Por que o lo hacemos así o nuestros descendientes heradarán una jungla y no un país democrático.
Siento haberme alargado tanto pero es que este es de los temas que me hacen saltar de la silla.
Espero seguir disfrutando de tus opiniones, aunque a veces no coincidan con las mías pero ¡eso es lo importante! saber escuchar y debatir porque de toda opinión aprende.
Abrazos
Anita, gracias por tu magnífico comentario a la entrada. Opiniones como la tuya son las que hacen pensar que todavía quedan personas coherentes con sus ideas, con su propio criterio y con un gran amor por la libertad, la cultura y la ética, que son en definitiva los motores que consiguen que evolucionemos como seres humanos. me siento honrado al haberte hecho saltar de la silla por una buena causa, como lo es reivindicar una prensa y una televisión serias, independientes y que busquen la información veraz y relevante por encima de cualquier otra consideración.
ResponderEliminarUn placer leerte. Un abrazo muy grande.
¡Hola!
ResponderEliminarFelixón estoy de acuerdo contigo en todos los puntos.
1º- Cualquiera daría un brazo por su hijo, pero no todo el mundo cobraría pasta por hablar de él después de cometer un delito.
2º- De la cadena Tele5 no cabe esperar mucho más de lo que hay. Pero es penoso que mientras muchos tengamos que seguir insistiendo en lo bazofia que es esta cadena, otros concedan premios a sus presentadores, como el que recientemente a recibido Ana Rosa Quintana, quien por cierto, opina que no entiende la polemica con la Noria, que la madre es noticia, y hay que entrevistarla y punto. Esa es la "cadena amiga".
3º- Me parece muy loable la retirada de publicidad de las marcas (lo que de paso les ha servido de muy buena publicidad por cierto, y gratis)
4º- La libertad de expresión no debe confundirse con el "amarillismo" peridodistico. Llegar a este punto es muy lamentable, pero no es patrimonio de la actualidad. Antes también se hacia. Superarlo está en nuestra mano, denunciando hechos como este que hacen un flaco favor a la información periodistica por mucho que gente como Jordi González se empeñen en decir lo contario.
Y finalmente:Un saludo muy fuerte Felixón, me alegro de verte.
Besos.AlmaLeonor
Recuerdo que a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, el humorista mexicano Rius, en su historieta "Los agachados", presentó la siguiente viñeta:
ResponderEliminarUn reportero le pregunta a una mujer de clase humilde cuáles películas prefería: ¿las de charros cantores o las de charros vampiros? La mujer al momento le contesta: "Obviamente, las de charros cantores". Y el reportero termina su nota diciendo: "¿Lo ven? El público prefiere las películas de charros".
Nuestra libertad como televidentes (a ambos lados del charco se cuecen las mismas habas) se ve restringida a seleccionar entre dos cosas: la Basura A o la Basura B. Y en las encuestas, los sondeos y "reitins", aparecerá que el público prefiere ver basura.
Desgraciadamente, el problema de vivir entre la basura, como lo saben los pepenadores (no sé cómo les llamen en España a estos sujetos que, literalmente, viven en y de la basura) es que terminas por acostumbrarte al olor, a la viscosidad y, por último, a las bacterias.
En México, hay una serie que nos pasan por las narices cinco días a la semana (a veces dos veces por día) y que es una de las cosas más horrendas que puedan verse. Me refiero a "La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales". Programa tras programa, esta serie habla de casos de incesto, violación infantil, pornografía infantil, homicidio infantil, y a veces lo mismo pero con mujeres adultas. Si a eso le añades que día con día los noticieros nos hablan de los encajuelados, decapitados y colgados, de las balaceras y granadazos en centros de diversión, la ecuación es muy sencilla: han terminado por hacernos, hasta cierto punto, indiferentes a la violencia criminal. En México, la violencia y el crimen son el pan nuestro de cada día, y en vez de que haya movilizaciones como las podría haber en Europa para demandar que las autoridades hagan su trabajo, vemos que la mayoría de la población se limita a decirse escandalizada en el "féisbuk" o el "tuité", pero de allí no pasamos. Estamos, como los pepenadores, acostumbrados a las bacterias. Tanto así, que oímos los "narcocorridos", canciones en las que se enaltece a las bandas de narcotraficantes.
Así, que una mujer haya cobrado 9,000 euros por ser exhibida en la tele únicamente por ser la madre de un futuro criminal de carrera, no me resulta tan impensable como les parece a ustedes. Será que a ustedes las bacterias todavía no les llegan al tuétano.
Por cierto, te mando el más fuerte de los abrazos, hermano mío del otro lado del charco.
Creo que el asunto en este caso no es que la madre se haya o no presentado a dicho programa, que si lo hizo, es natural en ella: un hijo como el que tiene, evidentemente no pudo tener una mejor madre.
ResponderEliminarEl problema es que existan programas como ese. Félix no lo ha visto, Anita dice que tampoco, sin embargo sabe exactamente qué ocurrió, qué se dijo y mucho más. ¿Por qué? Porque el programa tiene tanto raiting que está en boca de todos, es tan mediático que hasta yo que vivo al otro lado del mundo ahora me he enterado por ustedes.
El verdadero problema consiste en lo que le gusta ver a la mayoría de las personas, los directivos de ese programa saben lo que más vende y sacan provecho de eso. Un ejemplo de los programas norteamericamos, los famosos "Talk Show" que se hicieron populares en España más que en cualquier otro lugar del mundo.
Aquí en Venezuela podremos ser todo lo tercermundistas que somos, pero ese tipo de programas poca gente los ve, ni en la televisión por cable que el 90% de la población posee.
Por fortuna, los gringos también tienen muy buenos programas, debo reconocerlo, al igual que España, como el de Eduardo Punset y otros similares, pero la mayoría es la que cuenta y la que maneja el raiting.
Un saludo,
Blanca
Tienes toda la razón, Blanca, y eso es precisamente lo más penoso de todo, que aunque exista una minoría que ni ve ni le interesan esos programas, se acaban enterando porque todo el mundo y en todas las radios se habla de ellos. Es una pena, porque pienso que a la gente le gustarían otro tipo de programas, no voy a decir como el de Punset, que puede resultar un poco duro, pero sí de otro tipo un poco más serio, tratar la información sin tonterías, y contando por supuesto la verdad. Todo empezó con el aterrizaje de ese tipo que ahora va a dejar de ser presidente en su país, el amigo Berlusconi. Él llenó de mierda la televisión, y así nos va ahora, con musas como la Belén Esteban y Pilar Rubio, que no valen para nada.
ResponderEliminarSaludos
Vaya, Alma Leonor y Víctor Hugo. Por una extraña razón que ya conocéis (mi manifiesta inutilidad en las lides informáticas), vuestros magníficos comentarios se me habían escondido en la nube del blogger. Por suerte he podido recuperarlos, y aunque tarde, os contesto:
ResponderEliminar!!Alma Leonor, cuanto tiempo!! es un honor volver a leerte, y sobre todo tan acertadas opiniones. Apuntas un detalle que se me había escapado, y con el que estoy totalmente de acuerdo: las grandes compañías han hecho publicidad gratuita de todo este asunto, y probablemente con mejor resultado que el mero anuncio en el programa. Ahora todo el mundo habla de ellas, "Mira, mira, qué buenos son los de Campofrío, que se han ido". Habrá que seguir la pista, a ver cuantas de ellas se mantienen en la postura y no vuelven más. De Ana Rosa Quintana mejor prefiero no hablar. Desde que se plagió una novela casi entera y no pasó nada, simplemente no existe para mí. En cuanto a lo del amarillismo de la prensa, completamente de acuerdo, aunque realmente no sé si servirá de algo denunciarlo, pero bueno, se ha montado un buen revuelo, la gente ya no se calla, así que algo ocurre, sin duda.
!!Victor amigo, querido amigo!! ¿Qué tal te va como casado?. Dios santo, por lo que pones en tu comentario, la situación en tu país debe de poner los pelos de punta. Quizá tengas razón, todavía no nos hemos dejado tocar por las bacterias, pero ya nos queda poco. De todas formas, pienso que en México en cierto modo siempre ha existido una cultura de permisión al narcotráfico demasiado grande, no sé si me entiendes. Eso de los narcocorridos, la impunidad de los criminales, la tremenda corrupción policial... Sin conmocerlo de primera mano, uno piensa que en España estamos un poco más alejados porque Europa está aquí arriba, pero en el fondo, cualquier cosa podría suceder. Lo meritorio de esto es que se ha montado un buen pollo, no se han limitado unos cuantos a protestar en Facebook o Tuiter. El hehco de que las grandes firmas hayan decidido abandonar la cadena ya es un paso importante, si es que no es una táctica más para publicitarse gratis. En fin, que si estamos en manos de unos y de otros, al menos que seamos conscientes de ello.
Un abrazo muy grande, querido amigo.
¡Hola!
ResponderEliminarMe alegro mucho de volver a hablar contigo Felixón.
Victo Hugo... ¿eso de los PEPENADORES... lo he entendido bien? ¿Son gente que viven en los basureros y su trabajo consiste en extraer cosas de ellos? No lo sabía, pero con tu permiso voy a usar esa palabra y su definición en sentido peyorativo... lo de PPnadores, literalmente los que viven en y de la basura.... ¡como que me hace entender muchas cosas, mira tu por donde!
En cuanto a las series de tv, las hay penosas, malas, regulares y buenas. A mi "Ley y Orden" en todas sus variantes no me parece de las tres primeras clases, pero en todo caso es FICCIÓN, y como tal se debe entender. En el caso de programas como LA NORIA se regocijan en REALIDADES y extraen de ellas la parte más escabrosa para ganar audiencia. Hay una diferencia notable entre "Ley y Orden" y "La Noria", creemé, muy notable.
Besos.AlmaLeonor