Ha pasado un año desde que publiqué “El hombre de Grafeneck” en Amazon, allá por febrero del 2012. En ese año la novela me ha dado más alegrías que tristezas, más estímulos para seguir escribiendo que para dejarlo. A mediados de año me llamó la editora del sello Tagus, la marca digital de Casa del Libro, perteneciente al grupo Planeta, que comenzaba su andadura. Estaban interesados por la novela, que había quedado finalista en un concurso de novela histórica, y fue publicada por ellos en septiembre. Tanto en Amazon como en Tagus, la novela se ha desenvuelto bien y ha cosechado nada más y menos que diecinueve reseñas, todas ellas fantásticas, todas rigurosas, todas objetivas y acertadas. Empezando por la de Blanca Miosi (la primera persona que se leyó la novela, y que me regaló unas cuantas ideas para mejorarla), siguiendo por Montse, paradigma de la honestidad y la objetividad, y terminando por Eva, que no sólo tuvo la generosidad de reseñar, sino de organizar una lectura conjunta de la novela, cada una de las reseñas ha provocado en mi ánimo un subidón de adrenalina, un estímulo para seguir escribiendo, una alegría ante el hecho de que alguien, unas veces amigo y otras no, se tome la molestia no sólo de leer la novela, sino de comentarla.
No se puede describir con palabras lo que se siente al leer la reseña de un libro propio. Un reseñador no es un familiar, que siempre va a alabar tu trabajo aunque no valga para nada. Se trata de alguien riguroso, acostumbrado a leer, con un gusto literario sólido, objetivo y en muchas ocasiones exigente, que no te conoce de nada, salvo como mucho a través de las redes, que coge tu libro y se lo lee, y que, encima, tiene la generosidad, el enorme gesto de comentarlo en su página o en su blog. No soy capaz de expresar la emoción que me producen los comentarios que van surgiendo de los seguidores de esos blogs de reseñas, que suelen ser muchos, y muy sensibles al feeling literario de la persona que conduce el lugar con criterio y rigurosidad.
Seamos serios y coherentes. Los que estamos en este mundillo, los que publicamos en amazon o somos repescados en alguna ocasión por una editorial importante, pero de forma esporádica, estamos jugando en la tercera división de la literatura. Lo dijo hace poco un compañero de penurias que está a punto de ascender de categoría, y creo que tenía toda la razón. Nos movemos en aguas turbulentas. Los agentes, que empiezan a llamar a mi amigo ahora que empieza a descollar y que ha escrito un libro acojonantemente bueno, pasaban antes de él, y de todos nosotros, como de la mierda. No nos engañemos a nosotros mismos. Y una vez comprendido eso, valoremos como se merece la actuación, solitaria, completamente altruista, objetiva y minuciosa de los reseñadores, porque sin ellos, creedme, los que escribimos en esta tercera división no veríamos jamás la luz.
Creo que están todas las reseñas de la novela, colocadas por orden de aparición. Si me he olvidado de alguna, por favor, que alguien me avise. Mi torpeza manifiesta para todo lo relacionado con la tecnología es ya legendaria.
http://labibliotecademontse.blogspot.com.es/2012/03/el-hombre-de-grafeneck-jaime-cortes.html
A todos los reseñadores, gracias, porque si alguna vez ascendemos los que jugamos en esta categoría, será en gran parte gracias a vuestra fantástica valor. Un fuerte abrazo.
Que grande eres, aunque tú no te lo creas!!!
ResponderEliminarBesindios.
Jajajaja...Gracias a reseñas como la que me hiciste estoy empezando a pensar que algo hay de eso, jajajaja... Un besote, India¡¡¡
ResponderEliminarEnhorabuena por lo conseguido. Y fuerzas para que sean muchos más éxitos.
ResponderEliminarEnhorabuena
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