Hoy vamos a hacer un bonito test, parecido a esos que salen
de vez en cuando en las revistas frívolas, para determinar un aspecto más o
menos interesante, según se mire, de la personalidad de cada uno. En esta
ocasión, que no será la primera, vamos a hacer todos el test de esencia española.
Es muy sencillo, sólo hay dos opciones, y hay que escoger una de las dos. Digo
que sólo hay dos opciones aunque en realidad hay tres, pero la tercera opción
no está todavía al alcance de cualquiera. Luego veréis por qué.
El test consiste en lo siguiente: se relatan dos sucesos, y
luego aparecen las opciones. Ambos sucesos se produjeron durante nuestra
vergonzosa Guerra Civil. Seguramente los habrá más bárbaros, pero estos dos son
probablemente los que más fuertemente se me quedaron grabados en la memoria.
SUCESO Nº 1
Creo que lo contaba Vilallonga, pero no estoy muy seguro.
Toda su familia, buena familia, estaba en casa, en medio de una fiesta, cuando
por delante de la mansión pasó un pelotón de falangistas con un grupo de personas
maniatadas a las que iban a fusilar. El joven Vilallonga, o quién fuera, corrió
a donde estaba su padre, gritando “!Les van a matar!...!No es justo!”. Su padre le respondió
soltándole un ostiazo, al tiempo que le decía, con la voz desencajada por la
ira “!Ellos han perdido la guerra!”
SUCESO Nº 2
Este al parecer lo vivió una de mis abuelas. Paseaba al lado
de las tapias del cementerio de la Almudena. Poco antes habían fusilado a unos cuantos
falangistas. Una mujer se agachó a horcajadas sobre uno de los fusilados, y
comenzó a orinar sobre su cara. Con una voz desencajada por el odio, que mi
abuela jamás pudo olvidar, gritó “!es un fascistaaaa!”…
Hasta aquí los sucesos. Ahora vienen las opciones. Las
opciones consisten en decidir cuál de los dos sucesos relatados es más bárbaro.
Elegid una de ellas:
OPCIÓN A: La barbaridad auténtica es el suceso 1. Parece
mentira que esta gentuza, estos fascistas, chulos, beatones, soberbios y
asesinos, sigan pensando que son los amos y los guardianes de la Patria. Son
una casta de poderosos que mangonean y destrozan el tejido social para su
propio beneficio. Qué pena que no hayamos tenido nuestra guillotina particular
en su momento. Todo lo que hacen se les perdona en la misa del domingo, así,
por el artículo treinta y tres. Ojalá desaparecieran quemadas todas las iglesias de un
plumazo y los que van a ellas. No les importa hundir empresas porque saben que
sus amiguitos de la secta les van a colocar rápidamente en otra. Si el
patriotismo que esta gentuza tiene consiste en llevarse su pasta fuera del
país, que me lo cuenten, que no lo veo… Y lo peor de todo es que siguen siendo
exactamente iguales que cuando el abuelo Paquito campaba por sus respetos. Esa
es la herencia que nos ha dejado su dictadura. Menos mal que existe un partido
capaz de poner en su sitio a toda esa chusma. Ojalá se murieran todos.
OPCION B: La verdadera barbaridad es el suceso 2. La chusma
debería tener una única cabeza para poder cortársela de un sólo tajo. Parece
mentira que estos rojos huelguistas, vagos, abortistas profesionales,
maricones, incendiarios de iglesias, ateos, asesinos, separatistas y chulos,
pretendan pervertir el orden establecido con sus huelgas y sus manifestaciones.
Los sindicatos, que chupan de la teta del estado, son los culpables de todo al
meter mierda en la cabeza de los trabajadores. Anda que no hay gentuza viviendo
del cuento, de las subvenciones, de los falsos eres, de los fraudes fiscales. Y
ahí los tienes a los rojazos, gobernando como si hubieran aprendido en algún
momento, removiendo la mierda de nuestro pasado, abriendo heridas que ya
deberían estar olvidadas. Escandalizando
a los patriotas de verdad, amantes del orden y de la justicia. Menos mal que
existe un partido capaz de meter en vereda a toda esa chusma. Ojalá se murieran todos
OPCION C: Los dos sucesos son auténticas barbaridades. No
merece la pena desenterrar episodios de otro tiempo en el que estábamos,
absolutamente todos en función de la zona en que le tocara vivir, marcados por
el odio. No había personas en aquella época. Sólo había rojos y fachas. Era más
sencillo eliminar a un rojo, o a un facha, que a una persona con nombre y
apellidos. Cualquier suceso de un bando puede compensarse con otro del bando
contrario. En caso de sacar toda esta mierda a la luz, que sea para restar,
para ir eliminando uno con otro, no para sumar odio. Curiosamente, los dos
partidos que mayor tiempo llevan gobernando, están nutridos de esta esencia, y
la manejan a su antojo para arrojarla contra el otro, para enfrentar a sus
votantes y, lo que es peor, para no hacer absolutamente nada, basándose en la
inutilidad e inoperancia del otro. Jalean el odio, lo promueven, hablan de la
derechona o de los rojos por igual, básicamente para distraer la atención.
Saben que mientras se odia no se piensa con inteligencia, y esa es su arma.
Ninguno de los dos es válido mientras no se preocupen de unir en vez de desunir
más a los españoles.
Ahora te toca a ti elegir cualquiera de las tres opciones.
Si eliges una de las dos primeras, tendrás claro a cuál de las dos Españas
perteneces. Es sencillo. Por poco que rebusques en tu pasado, o en el de tus
padres o abuelos, conseguirás motivos para odiar a los de la otra mitad. Si lo
que buscas son motivos para odiar, adelante, lo tienes fácil, eso es lo que ha
resultado más fácil en este país desde tiempo inmemorial. Una de las dos
Españas es la tuya. Arremete contra la otra, no te cortes. Odia a tu contrario
hasta el punto de desear que muera. Al fin y al cabo, nuestro sino es el de
degollarnos unos a otros en cuanto se nos presenta la ocasión, como los
paranoicos de ese cuadro de Goya que se dan de garrotazos enterrados hasta las
rodillas. Y posiblemente esa fuera la solución, que una de las dos Españas
desapareciera totalmente, pero, ¿cuál? En estos momentos de crisis, el campo
está abonado para el odio. La cobardía, el miedo, la incertidumbre, despiertan
el odio, las incontenibles ganas de culpar al que no piensa como nosotros de
todo lo que está ocurriendo.
Si eliges la tercera, predicarás en el desierto, pero probablemente
con el tiempo se te vaya uniendo algún loco más. Piensa que la frontera entre cualquiera de las
dos Españas establecidas es cada vez más difusa, y que cualquiera puede cambiar
de lado en función de un reajuste de personal que le mande a la calle, un
ascenso inesperado, un premio de la primitiva, un desahucio, un bajón del
consumo del producto que venda en su negocio, o un simple manotazo de los
mercados. Piensa que el odio no hace crecer, sino que limita. Que el odio sólo
engendra odio. No se puede construir absolutamente nada con odio, no nos
olvidemos. Y si eliges la tercera opción, y tienes la suerte de que a medida
que transcurra el tiempo la vaya eligiendo más gente, probablemente llegará un
momento en que se les podrá exigir a los que eligen sistemáticamente cualquiera
de las otras dos que dejen de dar por culo a España con ese puto odio que no
conduce a nada. Y entonces habrá llegado el momento de que los que
verdaderamente gobernemos seamos nosotros, los ciudadanos, eligiendo a los que
realmente no se preocupen de otra cosa que no sea la de conducir con
inteligencia un país tan sumamente válido como el nuestro.
Espero que hayáis disfrutado con este bonito test.
Ninguna duda: no elijo. Ni A, ni B, ni C. Elijo enseñar a pensar por uno mismo, elijo educar a los niños dándoles las herramientas para que desarrollen su propio espíritu crítico que los convierta en adultos con criterio. Elijo que lean para que aprendan a pensar por sí mismos... a pesar de que, vista mi propia experiencia, tampoco es que sirva de mucho. Quizá sirve para ver con claridad que A y B están al mismo nivel.
ResponderEliminarUn beso
Félix, enhorabuena, simplemente; genial! Me ha gustado mucho. Lamentablemente, creo que el test no lo pasarían ni los actuales gobernantes ni la oposición, fundamentalmente por comprensión lectora. Un abrazo!
ResponderEliminarTu opción es la ideal, Mayte, por supuesto, pero no creo que esté al alcance de nuestra generación ni de un par de generaciones por encima. Y dudo de los cachorros de cualquiera de las opciones A y B, no hay más que ver las barbaridades que se leen a veces en TW. Nuestros hijos sí, son y serán como tú dices, pero la entrada no va dirigida a ellos.
ResponderEliminarEs verdad, Secuencia, nuestros políticos probablemente tardarían un par de legislaturas en hacer el test, jajajaja...
Gracias a las dos por dejar vuestros comentarios, y de forma tan rápida. Un beso.
Parabens Felix!
ResponderEliminarEs complicado,en los dos bandos había y hay capullos egoístas,las nuevas generaciones,no saben ni les interesa quien era Franco y compañía.
Vivo en donde era y es, tierra de caciques,y a eso poco podemos hacer,porque siempre ha de haber veletas que giren como más les convenga.Me da pena por mis dos polluelos,porque aunque los eduques con una mente abierta, España es y será tierra de dos bandos.
Sí. Toda guerra es una barbaridad, una auténtica masacre sin sentido. Y, por desgracia para nuestro país, aquellos barros dejan hoy estos lodos. Aunque yo mantengo la esperanza de que aparezca alguna mente "privilegiada" (como diría don Ramón) que revierta y reconduzca este caos social al que vamos derechitos. Enhorabuena por la entrada, Félix. Un beso.
ResponderEliminarOs invito a leer un microrelato que ha escrito Javi de Ríos y que trata de la reconciliación. Al leer la entrada se ha acordado y me lo ha enseñado. Me parece simplemente genial.
ResponderEliminarhttp://www.javiderios.com/?p=883
Muchas gracias, Koncha. Creo que muchos estamos a la espera de esa mente privilegiada, sin prejuicios, sin rencor. O una, o muchas mentes que se unan para acabar de una vez con esta lacra tan nuestra.
ResponderEliminarGracias, Noa Couso. Por desgracias, a las nuevas generaciones de cualquiera de las dos Españas sí les interesa la historia, y además distorsionada todo lo que se quiera. Aluciné cuando, a la muerte de Carrillo, TW se llenó de comentarios bárbaros sobre su vida. Lo mismo que ocurrió cuando murió Fraga. Nosotros podemos educar a nuestros hijos con una mente abierta, pero, ¿y ellos? De lo que se trata es de que los de mente abierta acaben absorbiendo algún día a los otros y les acaben confinando en reservas para preservar la especie. Al fin y al cabo, un comunista recalcitrante o un falangista fanático deberían ser especies protegidas, de las que sólo quedaran tres o cuatro ejemplares en museos y zoológicos.
Gracias a las dos por vuestros comentarios.
El resumen y la realdad de todo esto,creo yo que es,que el ser humano nunca se sacia de nada,y que no tiene, ni sentido común, ni siente la mas minina pizca de empatia por su igual,es muy triste,pero por desgracia siempre ha sido asi y siempre lo sera,pues de generación en generacón,algunos,lo han heredado en su ADN.:( y para eso no hay antidoto.
ResponderEliminarFelicidades me ha gustado mucho tu entrada! un beso.
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ResponderEliminarTienes razón, May, es un problema de empatía. Y además en muchos casos está la empatía selectiva, es decir, si veo que alguien mira mal a alguno de mi clan, lo mato. Esta gente basa su fortaleza en la del grupo, no en la del individuo pensante por sí mismo, y eso es lo terrible. Siempre ha sido así, pero supongo que tras dos o tres generaciones cambiará. O eso, o el suicidio, como los lemmings...
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí, siempre eres bienvenida, estás en tu casa. Un beso, guapísima.
Estoy con Mayte. Félix: la mayor injusticia es generalizar. En aquella España tan desgraciada la mayor parte de la gente no era ni falangista ni comunista, o sea, ni facha ni roja, y sin embargo fueron acobardos por los matones de ambos bandos. Se trata de que ahora los herederos, o mejor dicho émulos, de aquellos indeseables no se salgan con la suya. No sólo enseñando a la gente a pensar, sino además a ser valiente. Valientes para expresar libremente su opinión, aunque los antidemócratas de ahora, que se arrogan toda la democracia que dicen que hay entiendan por libertad la de seguirles a ellos con borregil silencio. Pues no, ayer como hoy hubo y hay una tercera España, la de la concordia.
ResponderEliminarPor otro lado, igualar al partido que produjo la "Ley de Meoria HIstórica" y al que se opuso a ella es injusto y torticero. A los indeseables que se creen depositarios de toda la legitimidad que han derrochado cuando han estado en el poder no se les aplaca bajando la cabeza, sino enfrentándoseles en todos los campos, empezando por el dialéctico.
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ResponderEliminarPor casualidad estoy escribiendo una novela sobre el final de la guerra civil española y el inicio de la segunda guerra mundial. Las opciones que enumeras tan sólo son válidas para los palurdos de siempre:aquellos que se fanatizan por una u otra causa de acuerdo al color de la voz de quién los excita. Está claro que toda acción genera una reacción de la misma magnitud y fuerza opuesta. Esta sencilla ley de la física bastaría para evitar las guerras. El esconder el polvo bajo la alfombra no mejora las cosas, lo único capaz de cerrar las heridas es y lamentablemente es: mostrar toda la mierda que ha habido a uno y otro lado pero esto originará que la balanza se desequilibre porque el vencedor siempre se ensaña con el vencido... depredadores que somos. La conclusión es: "da igual el sistema que nos regule y gobierne, da igual si vamos a izquierdas o a derechas... un sistema es bueno si los hombres son buenos.
ResponderEliminarLo realmente triste, Felix, es que sigamos aguantando que los que elegimos para servirnos, en vez de ser nuestros fieles servidores, sean nuestros dueños durante cuatro largos años, y lo que es peor, no escarmentamos y elegimos a otros servidores, cuatro años más tarde para que pases a ser lo mismo que los que se fueron, nuestros dueños. Yo no miro, barbaridades de pasado, miro hacia el frente y lo que veo me da asco. eso es lo que siento yo hacia nuestros gobernantes, asco. Y me da igual si son rojos, amarillos a azules. Solo sé que cada cuatro años votamos para cambiar, no de servidores, sino, de dueños.
ResponderEliminarUn buen artículo amigo, solo que, para nuestra desgracia, los rencores se seguirán utilizando siempre por los que más saben de esto, (quienes nos gobiernan).
Un abrazo y feliz sábado.
Hermano Félix, creo que diste en el punto no en tu test, sino en los comentarios finales. ¿Por qué los pueblos siguen teniendo malos gobiernos? Porque muchos pueblos cambian su ideología al oler el pan o al sentir las piedras. ¿Quién puede decir que los ricos son los culpables de nuestra miseria? Seguro no lo dirá un Rockefeller, ni el jodido que acepta las limosnas de ese Rockefeller. ¿Quién puede decir que los pobres son los culpables de su miseria? Seguro no quien fue despedido de la fábrica para disminuir los costos de capital humano. Cuando tu visión del mundo se ve limitada a cómo te está yendo en la fiesta, inefectiblemente algún día cometerás una barbarie del tipo "A" o del tipo "B". O peor aún, cometerás la barbarie del tipo "C": quedarte a esperar que A y B se maten para luego recoger lo que quede. Nadie arma una revolución con la panza llena, pero tampoco se pueden hacer buenos gobiernos con la panza vacía.
ResponderEliminarY sobre los odios, je, yo solía pensar que el odio era un sentimiento más puro que el amor, pero ahora entiendo que también se lo envilece por cualquier menudencia politiquera.
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ResponderEliminarEspaña ha sido siempre un país dividido y en una guerra las raíces familiares o sociales nos acercan a una tendencia política determinada. Los Nacionales o fascistas hicieron verdaderas barbaridades, pero el bando republicano también hizo lo propio. Hasta aquí, estaría de acuerdo con la opción C, pero...
ResponderEliminar¿Puedo pedirme la Opción D?
Opción D: Los unos y los otros cometieron crímenes imperdonables y creo que es un error no desenterrar esos delitos. La historia se entiende a partir de los hechos conocidos y cuantos más haya, la podremos escribir con más fidelidad. Han pasado demasiados años como para condenar a nadie; están todos muertos... No obstante, lo justo es escuchar el testimonio de los vencedores y de los vencidos.
Un abrazo
El suceso "1" me parece una barbaridad, porque si ya "han perdido la guerra" significa que la guerra pasó, no tendrían que fusilar a nadie. Pero la reflexión de la opción "A" me parece un sin sentido, creo muy poca gente piensa así.
ResponderEliminarEl suceso "2" no debería de ser juzgado, porque nadie sabe en qué estado psicológico se encontraba la señora que se menciona en el Cementerio de la Almudena. El resto del comentario de la opción "B" creo que tiene todavía seguidores, aunque no simpatizo con ello. En cuanto a la opción "C" creo que tanto PP y PSOE han dejado de usar esa dialéctica de denominar al otro bando "derechona" o "rojos" aunque solo sea por el ánimo de captar los votos de la mayoría. En cuanto a Zapatero o su gobierno, yo con la poca información que tengo solo puedo decir que siendo autónoma, he recibido más apoyo con ellos que con anteriores gobiernos (eso significa apoyo a la pequeña empresa y autónomos, tradicionalmente medidas de "derechas", mientras que este gobierno fastidiando a las empresas subiendo impuestos de I.V.A. por ejemplo, más bien fastidian, al consumo, al poder adquisitivo de la gente y las empresas no contratan gente. (Para mí el fin es la gente y la empresa el medio para tener trabajo).
Creo que es bueno conocer la historia, pero toda la historia; no olvidemos que la historia suele ser contada por los vencedores.