tag:blogger.com,1999:blog-47694631957856754972024-03-13T08:36:14.461+01:00Impresiones de un acompañanteBuscamos la felicidad, pero sin saber donde, como los borrachos buscan su casa; sabiendo que tienen una.
VoltaireFELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.comBlogger133125tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-41234217312595065192024-03-07T20:50:00.000+01:002024-03-07T20:50:15.756+01:00EL POR QUÉ DE TODO ESTO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpny1aOF7YHuutiBhgfWaRf0FL8nGddmsMMOcTgQXVIRD2OTCHGX5i06w2hYhGgqML-56LeugViheJrj8ASsvhJdm4Q54SDK_lZGzq2S-8VO5TLVssLB-nPf-pI8GQ2oDfKwU-73nA9fEQyBh_dkmc6ObB9NparKZxfQ3ZDyPcgeXtIONApVvjjTbSmxU/s300/lavagna-con-punti-interrogativi-e-una-mano-con-un-gesso_1205-1001-300x200.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="300" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpny1aOF7YHuutiBhgfWaRf0FL8nGddmsMMOcTgQXVIRD2OTCHGX5i06w2hYhGgqML-56LeugViheJrj8ASsvhJdm4Q54SDK_lZGzq2S-8VO5TLVssLB-nPf-pI8GQ2oDfKwU-73nA9fEQyBh_dkmc6ObB9NparKZxfQ3ZDyPcgeXtIONApVvjjTbSmxU/w400-h267/lavagna-con-punti-interrogativi-e-una-mano-con-un-gesso_1205-1001-300x200.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">¿Por qué cuando veo una película que me gusta, o un
documental, o un concierto, o una exposición, o lo que sea, siento la necesidad
de escribir sobre ello? ¿Por qué incluso a veces me pongo a escribir sobre un
tema de actualidad, o del pasado, o sobre mi forma de pensar, de sentir, o de
vivir? ¿Por qué escribo en un blog?</span></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Preguntas, preguntas, a veces sin respuesta, en ocasiones
retóricas, necesarias cuando el ánimo flaquea y me paso una buena temporada sin
escribir nada, sin sentir esa necesidad de transmitir. Es en esas ocasiones
cuando sigo escribiendo, pero no para compartir en redes, sino por el simple
placer de hacerlo. Placer entre comillas, porque no sé si es muy justo llamar
placer a algo que es más bien una necesidad, una adicción, o como diría un
poeta del romanticismo, un castigo divino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Desde que empecé con el blog, en Diciembre de 2007, mucha
gente me ha hecho a veces esa pregunta, y lo cierto es que nunca he tenido
clara la respuesta, porque las razones por las que lo hago han ido cambiando
desde entonces, del mismo modo que cambia nuestra forma de pensar, nuestra
naturaleza, nuestra alma. En aquel momento suponía una válvula de escape ante
una situación familiar delicada y muy intensa, en la que pasábamos en un
instante de la euforia más desatada a momentos de bajón, que nos parecían
infranqueables hasta que aparecían otros peores. Vivíamos en una montaña rusa,
pendientes de resultados médicos, de síntomas, de novedades, y el blog me
ayudaba a sobrellevar todo eso, como una especie de terapia, de desconexión de
la dura realidad, aunque sólo fuera durante el tiempo que empleaba en escribir la
entrada. Ya por aquel entonces escribía sobre películas, sobre directores de
cine, con unas ilustraciones que me enviaba un magnífico acuarelista, Juan Valdivia.
El blog no estaba separado por temas, como ahora. Se mezclaba el pensamiento
con los comentarios de películas. Hubo muchas lagunas temporales, sobre todo a
partir de Agosto de 2008, en la que publiqué una entrada sobre el accidente en
Barajas de Spanair, y no volví a retomarlo hasta febrero del año siguiente.
Después, en el 2014, hubo un vacío de casi cinco años, hasta el 2019, y desde
entonces hasta ahora, con mayor o menor frecuencia y con algunos cambios
sustanciales, he seguido dando la paliza con mis cosas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Algunas personas de mi entorno han aventurado las razones
por las que ellos suponen que alguien puede decidirse a exponer ante los demás
sus ideas. Todos ellos reflexionaban sobre ello casi siempre en primera persona, “yo no necesito que me aplaudan”, “yo no necesito escribir para forrarme”,
“ni necesito ni me gusta caer bien a la gente”, como dando a entender, de una
manera implícita, o incluso explícita, que esas son las razones para hacer lo
que hago, extrapolando de esa manera hacia mí los motivos por los que
probablemente ellos lo harían.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">No, lo cierto es que no son esas las razones. Creo que hace
ya mucho tiempo que perdí la necesidad de caer bien a la gente. De hecho es
algo que no me importa porque no espero nada de nadie. El no tener expectativas
te da, o al menos en mi caso creo que es así, la facilidad para mostrarte tal
como eres, porque no necesitas estar fingiendo, ni crearte un “yo” que no eres,
para cautivar al prójimo. Me dan mucha lástima las personas que viven una vida
en la realidad, y otra muy distinta en redes, más atractiva, más interesante,
pero también mucho más superficial, y sobre todo falsa. No, no es el caso, no
es mi caso. Por otro lado, alguien me dijo también que mostrarte como eres te
hace más vulnerable, te pueden hacer daño con facilidad. La verdad es que, al
no tener expectativas de nadie, es muy difícil también que nadie te haga daño.
No me cuesta nada escribir sobre lo que pienso, sobre lo que soy, sobre lo que
siento ante un determinado suceso, ya sea algo triste o alegre. Escribir sobre
eso, y esa sí es una de las razones por las que lo hago, me ayuda de alguna
manera a sobrellevarlo, a asimilarlo y digerirlo de una manera más tranquila
que si no lo plasmo en el papel. Es un tópico que se utiliza mucho para hablar
sobre los que escriben, pero en mi caso es verdad que el traspasar al papel los problemas me ayuda a que se queden ahí, y no en la cabeza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Tampoco escribo para forrarme, por supuesto. No nos
engañemos, nadie en su sano juicio escribe para forrarse. Hace poco escuché a
Landero en una entrevista hablar sobre este punto. “<i>Si escribes para forrarte,
lo mejor es que dejes de hacerlo, porque aunque sólo sea por estadística, no
vas a llegar a nada. Pero si lo haces porque no puedes dejar de escribir,
porque para ti es como una necesidad casi física, sigue escribiendo</i>”. En sus
mejores momentos, este blog era leído por setecientas, ochocientas personas
como mucho. Al retomarlo en 2019, esa cifra pegó un bajón terrible, entre otras razones porque había abandonado Facebook por salud mental, y ahora es
muy raro que una entrada sea leída por más de cien personas. No, no me voy a
forrar escribiendo, eso lo tengo muy claro, como también tengo claro que de
hecho no he hecho nunca nada en la vida para forrarme, más que nada porque ni
valgo para eso ni me interesa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_7EddX88lzpgOxGxT54Eyl8SmoKcJrsrclbZBeqs_6O8u573VCPGvvCn301WJavjC44FD-JvVjLLyd0QmVG2JQeeeeg01XSyxuMpqT3KW0AccrECHsC_m5VPDEZ1JiMMoJeFIxahhCQSXx1a3r4hd6NEDm-FzhgkQPg9nlPcL67oa2O5AnU-CtUWb1gg/s505/TODOS%20MIS%20AYERES.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="505" data-original-width="365" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_7EddX88lzpgOxGxT54Eyl8SmoKcJrsrclbZBeqs_6O8u573VCPGvvCn301WJavjC44FD-JvVjLLyd0QmVG2JQeeeeg01XSyxuMpqT3KW0AccrECHsC_m5VPDEZ1JiMMoJeFIxahhCQSXx1a3r4hd6NEDm-FzhgkQPg9nlPcL67oa2O5AnU-CtUWb1gg/w289-h400/TODOS%20MIS%20AYERES.png" width="289" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Hace unos días se puso a la venta un libro que cuenta la
vida de Edward G. Robinson (“<i>Todos mis ayeres, una auttobiografía</i>”, traducido por
Ananda Segarra). Hablando con ella, con Ananda, le conté que ese actor era el
preferido de mi padre, y que cada vez que ponían una película suya en la
televisión, se ponía como loco contándonos lo buena que era, y que teníamos que
verla.</span></div><span style="font-family: times; font-size: medium;"><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Es curioso. Parece mentira que una simple charla despierte
un recuerdo, y que ese recuerdo, a su vez, arrastre de otros recuerdos
similares, como si una vez liberado, sacado del abismo de la memoria, tirara
cuerdas invisibles para que se liberen sus compañeros. Aquella charla con
Ananda me trajo a mi padre, y recordé otra vez, como si hubiera ocurrido ayer,
la tarde en que me llevó entusiasmado al cine a ver “<i>Ulises</i>”, con Kirk Douglas,
en una de aquellas sesiones dobles de cine de barrio que, por supuesto,
repetimos en otras muchas ocasiones. Recuerdo también cuando me contaba, con los ojos brillantes, escenas
de películas que después, cuando las veía en pantalla, me parecían más
aburridas que la versión que me había escenificado mi padre. La escena que precisamente Edward G. Robinson protagoniza “<i>Seis destinos</i>” me la sabía de
memoria cuando la vi, porque me la había contado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Le ocurría lo mismo con la literatura, con la música, con
todo. Su coletilla era siempre la misma: “Tenéis que escuchar esto”, “tenéis
que leer este artículo”, “no os podéis perder esta película”. Gracias a ese
mantra, en mi casa sonaba “Carmen” a todo trapo y a todas horas, se veían
muchas películas en blanco y negro en la 2 de Televisión española, y se leían
libros, tebeos y todo lo que cayera en nuestras manos. ¿Cómo iba yo a conocer
si no a Flash Gordon, al Principe Valiente o al Hombre enmascarado cuando sus
aventuras empezaron a ser publicadas por Buru Lan, si no hubiera sido porque mi
padre me había hablado antes miles de veces de ellos?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Y esa es la razón, el porqué de todo esto. La charla sobre
Edward G. Robinson me trajo a la memoria a mi padre, y a su gran pasión por
compartir lo que le gustaba. Ese es el motivo, y ayer lo comentaba con una
buena amiga: el deseo de compartir. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">No sé si una pasión se puede inocular, o viene ya de serie en el ADN, pero
en mi caso ha sido así prácticamente desde niño. Me ocurre exactamente lo mismo que a mi padre cuando
veo algo que me gusta. Me encantaría que lo viera todo el mundo, y por eso lo comparto
por medio de este medio. A pesar que muchos dicen que mi criterio no es fiable,
porque me gusta todo (y no es que me guste todo, sino que siempre encuentro
algo positivo e interesante), creo que seguiré escribiendo cuando me encuentre
con algo sobre lo que merezca la pena escribir, y con que tres o cuatro
personas de las que leen esto me digan que lo que he escrito les ha motivado
para ver una determinada exposición o una película, me daré por más que
satisfecho.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Lo que más me apena de todo esto es que en la época de mi
padre no existieran los medios que tenemos ahora para expresarnos. Habría
reventado Blogger con sus recomendaciones, ya lo creo</span>…<o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-828598369354513982024-02-26T22:39:00.003+01:002024-02-26T22:39:43.673+01:00EL CRACK CERO, EL BARSA, Y LA MADRE DE LANZANI<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip7oY3EOZCbxQenf4ukndZE1VimfKPKUDHkJWwDpSgmhXv3JWxC8gC0X4Bc3-m7eRRZvo4Q-hkur78pUtKVf70rSJz1HwdKD-4ZCypnjD0UmycNAPJWtBydTPYuOxXNXUxhSyLX_EGwO_rHF2BlBVMvMqZGI2FpiF8_cDrNFLoTUAHlhpFGHInj9wm9RA/s1200/El_crack_Cero-362210767-large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="840" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip7oY3EOZCbxQenf4ukndZE1VimfKPKUDHkJWwDpSgmhXv3JWxC8gC0X4Bc3-m7eRRZvo4Q-hkur78pUtKVf70rSJz1HwdKD-4ZCypnjD0UmycNAPJWtBydTPYuOxXNXUxhSyLX_EGwO_rHF2BlBVMvMqZGI2FpiF8_cDrNFLoTUAHlhpFGHInj9wm9RA/w280-h400/El_crack_Cero-362210767-large.jpg" width="280" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">Probablemente se trate de la mejor escena que he visto en mucho tiempo. No creo que haga spoiler contándola. Se trata de la llamada
telefónica que le hace la madre al personaje que interpreta Peter Lanzani en
ARGENTINA 1985. Ella, miembro de una familia muy bien acomodada, con militares
y personajes ilustres en su seno, y que hasta ese momento le ha estado
recriminando a su hijo la postura que ha adoptado como abogado, acusando a los
militares y saliéndose con ello de esa esfera social a la que pertenece, llora
literalmente por teléfono cuando, una vez que se han constatado los hechos, los crímenes de la dictadura militar,
reconoce, admite y asimila que aquellos hechos fueron ciertos, y le anima a su
hijo a seguir adelante. Me impactó por dos razones: porque es ella la que toma
la iniciativa de llamar a su hijo, y porque reconociendo el absoluto mal que
han hecho los suyos, lo rechaza. Su lado humano puede más que sus ideas, que su
lado político. No quiere que ese crimen, que han cometido los suyos, quede
impune. Es un gesto que implica determinación, empatía, inteligencia, valentía, criterio, resignación
ante la podredumbre de lo propio, y eso duele. Tiene que doler, me imagino.
Como tiene que doler el hecho de reconocer que tu rival en el campo ha jugado
mucho mejor que tú, y celebrarlo además aplaudiendo en el estadio.</span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Eso sucedió en el Bernabeu, el 19 de Noviembre de 2005,
cuando el Barsa ganó al Madrid por tres goles a cero. Hacia el final, cuando ya
mucha gente abandonaba su asiento tirando la localidad al suelo, un espectador
madridista se puso en pie de repente y empezó a aplaudir. Su gesto de
nobleza y de reconocimiento fue rápidamente imitado por una gran cantidad de personas
que se fueron sumando al aplauso. Fue algo grande, hermoso. No soy futbolero,
pero reconozco que me encantó, porque es algo que no suele darse ni en el mundo
del fútbol, ni probablemente en ninguno de los mundos que nos rodean. Es algo
que, cuando se produce, refleja de inmediato la grandeza del ser humano por
encima de todas las cosas, las simpatías o las ideas de cada uno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Por último, en EL CRACK CERO, Germán Areta, personaje
magistralmente interpretado por Carlos Santos, dice lo siguiente: “<i>También decía
mi padre que cuando un crimen queda impune, eso que llamamos el mundo, la
sociedad, o la vida, lo acusa, y se vuelve un poco peor</i>”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Resulta muy complicado reconocer el error, la culpa, la
responsabilidad ante lo que alguien de nuestro entorno, de nuestro equipo, de
nuestra ideología política, ha hecho mal. Creo que debe ser algo relacionado
con nuestra educación, con nuestra forma de ver las cosas. Estamos
acostumbrados a un cierto fatalismo que nos dice, cuando ocurre algo así, un
caso de corrupción, que el crimen va a quedar impune, como de hecho sucede, y
ha venido sucediendo, durante muchos años. Siglos de resignación, e incluso, ¿por
qué no decirlo?, de cierta admiración hacia el crimen en general, y ante el
robo de bienes públicos en particular. No, es verdad, les cuesta admitirlo, y
cuando finalmente no les que queda más remedio que asumir que la han cagado, se
escudan en un mantra surrealista, ese “<i>y tú más</i>”, que ya resultaba
triste y patético cuando lo lloriqueábamos en el patio del colegio, señalando
al compañero, si nos regañaban por algo. Ese “<i>y tú más</i>” es lo que más daño
hace, porque da comienzo con su presencia a una sarta de acusaciones de unos
contra otros, jaleadas incluso por unos simpatizantes que lo que deberían hacer
es exigir que se devolviera lo robado y que se metiera en la cárcel a los
ladrones, y no apoyar hasta la muerte a los que en teoría tienen sus mismas
ideas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">No, no reconocen la culpa, y no existen en su entorno
cercano ni la madre de Lanzani ni el espectador madridista que aplaudió al
Barsa. Hay que hacer un ejercicio de criterio, de liberación, de análisis de
las propias ideas para poder exigir la dimisión de los responsables de algún
crimen, aunque sean de un entorno en teoría afín a nosotros. Y para hacer eso,
es necesario, es obligatorio, que la población esté lo suficientemente educada
para ello.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_tE3QRUr7Th3gds4_BMcwZlGF-Y6FO_o7LNvFgD_8tV7z5phfiZTm02q5wlYwzn3UX05RM9cSub2oIfdagpPFKVFj9OG2qCIVP_cdkGqvDZvHhGNOe5pjAwc9_2n_PIR1vcrYueABRUEGrAVebsTGfsVctmt1mb-rc9vTwBAosyQ955FSrcROP-dMywI/s1200/Argentina_1985-430372554-large.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="815" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_tE3QRUr7Th3gds4_BMcwZlGF-Y6FO_o7LNvFgD_8tV7z5phfiZTm02q5wlYwzn3UX05RM9cSub2oIfdagpPFKVFj9OG2qCIVP_cdkGqvDZvHhGNOe5pjAwc9_2n_PIR1vcrYueABRUEGrAVebsTGfsVctmt1mb-rc9vTwBAosyQ955FSrcROP-dMywI/w271-h400/Argentina_1985-430372554-large.jpg" width="271" /></a></span></div><span style="font-size: medium;"><br /><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Hace unos días, Raquel Lanseros, poeta y periodista, habló
en el Instituto Cervantes de la enorme riqueza intelectual y educativa que
floreció en España en la época anterior a 1936, gracias a la voluntad de reformar
el magisterio y potenciar una enseñanza pública, obligatoria, gratuita y laica.
Proliferaban instituciones como la Institución Libre de enseñanza, salones
culturales como el Ateneo, reuniones literarias, cafés culturales, escuelas de
pintura y escultura… La población tenía un acceso sencillo y directo a la
cultura, a la educación, al desarrollo de valores humanos. Todo eso se
desvaneció de un cañonazo al comienzo de la horrenda guerra civil, que dejó
convertida a España en un erial, en un desierto cultural durante más de ochenta años.
Mencionó Raquel a esas generaciones enteras de hombres y mujeres que nacieron y
murieron en ese intervalo de oscurantismo, miedo al pecado e ignorancia
institucionalizada, y no pude evitar recordar a las mujeres de mi familia, abuelas,
tías, incluso mi propia madre, que se perdieron la posibilidad de poder
educarse con voluntad, con criterio, con esa inteligencia que les hubiera
permitido no consentir la impunidad, el fanatismo o la intolerancia, no
consentir el abuso contra los más vulnerables. No consentir, en definitiva, que
alguien a quien se ha votado se lucre con el dolor de toda una población en el
peor momento de su historia, cuando una pandemia mortal se abatió sobre
nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Es complicado volver a recuperar aquel periodo de esplendor
de la educación y la cultura. Es una lucha a muerte contra la tendencia a
seguir a youtubers, influencers y tiktokers a los que lo único que les importa
es el materialismo más exacerbado, y que además se han convertido en sacerdotes
de una ambición tan obscena como los que se dedican sistemáticamente a agrandar
la brecha entre ricos y pobres. Es complicado, pero los que tenemos claro que
la única vía para mejorar la sociedad, el mundo o la vida, como dice Germán
Areta, es acabar con la impunidad, no podemos dejar de luchar, de exigir
responsabilidades, de forzar dimisiones, aunque nos tengamos que convertir en
la madre de Lanzani y arremeter contra nuestros en teoría afines. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Y ya no valen las urnas. Ya no vale esperar a que cambie
algo para que se haga justicia. La justicia tiene que ser inmediata, instantánea,
contundente y explosiva como un mazazo. Las urnas están manipuladas por la
mentira, el miedo, los medios y un sistema de corruptos que se retroalimenta a
sí mismo. Es imprescindible desterrar para siempre ese “<i>Y tú más</i>” que
nos convierte en cómplices. Cambiar esto depende únicamente de la educación,
del criterio y de la inteligencia de la mayoría de las personas que formamos la
sociedad, y para conseguirlo, es imprescindible que podamos convertirnos, con
un chasquido de dedos, en la madre de Lanzani o en aquel espectador madridista
que aplaudió al Barsa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Y una vez que hayamos logrado hacer eso, volveremos a las urnas, pero en una sociedad un poco mejor.</span></p><br /><p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-75885437729578287662023-06-28T03:15:00.005+02:002023-06-28T22:35:32.218+02:00LIBRES<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU2srE1Jpt6LBeke1gwPux6uwT8X03O7Zx4SxJ7scuSa_1uFb4B_3t-s0a6vXZlcZEFR1MjtYIdGUp2xWb2HNqxrgCcIOuVDeJThLSGZ-GGJV8HaDBu_yfCGKxJV_gS2KqZRB7JuUlh1DrYa4CrA0lD6th_h9hXg1oZZYXptdkAukepFSdX5SOV3-VW5g/s1200/Libres-898136251-large.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="851" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU2srE1Jpt6LBeke1gwPux6uwT8X03O7Zx4SxJ7scuSa_1uFb4B_3t-s0a6vXZlcZEFR1MjtYIdGUp2xWb2HNqxrgCcIOuVDeJThLSGZ-GGJV8HaDBu_yfCGKxJV_gS2KqZRB7JuUlh1DrYa4CrA0lD6th_h9hXg1oZZYXptdkAukepFSdX5SOV3-VW5g/w284-h400/Libres-898136251-large.jpg" width="284" /></a></div><div style="text-align: justify;">La utilidad, una obsesión que marca nuestra vida
prácticamente desde que nacemos. Porque, ¿para qué sirve un ser humano?</div><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En 1939, los nazis se preguntaron lo mismo, pero en pasiva.
Decidieron que los retrasados mentales, los inválidos, los nacidos con
malformaciones, no sólo no servían para nada, sino que además le costaban un
dineral al estado. Exactamente 60.000 marcos anuales, como se puede ver en el
cartel que adjunto a esta entrada. Los nazis encontraron rápidamente una
solución a este problema. Una operación, la AKTION T4, que consistía básicamente
en cargarse a estos ciudadanos que no servían para nada. Se trata de un
episodio poco conocido, poco divulgado, porque las víctimas eran los propios
ciudadanos alemanes. Las ejecuciones se llevaban a cabo en clínicas de Alemania
y Austria, como Grafeneck, Hadamar o Sonnestein, siniestros lugares que cesaron
su actividad en 1941, cuando los obispos de Berlín protestaron por estas ejecuciones.
Siniestros lugares que se convirtieron en campos experimentales de todo lo que
vino después, cuando los nazis se preguntaron ¿para qué sirve un judío?, o
¿para qué sirve un gitano?.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin llegar a los expeditivos métodos de los nazis, al menos
de momento (todo futuro puede ser incierto), incluso a día de hoy nos hacemos a
menudo preguntas similares. ¿Para qué sirve un anciano, por ejemplo?. No
podemos evitar pensar que los ancianos, en realidad, no aportan nada a la
sociedad, porque no hacen nada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfV9rFQRoMEpO85o8OUgkRgDDSU2NCcbSIgCmDx3lILlcYqyfSXA4Q1B7gg5P4JRiY9Jg53PhnnyvrHL0dbWsBgLyRncw1CpOjCyLw75HyDEgFBvh7NzNioGrmUJ7xCATHGTJ9LSa8W7nWt0LysxIdZEyj9C2pPf4XjsQRWELmyMIZrm7aj4j60n1mwY0/s296/aktion%20t4.jpeg" style="clear: right; display: inline; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" data-original-height="296" data-original-width="220" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfV9rFQRoMEpO85o8OUgkRgDDSU2NCcbSIgCmDx3lILlcYqyfSXA4Q1B7gg5P4JRiY9Jg53PhnnyvrHL0dbWsBgLyRncw1CpOjCyLw75HyDEgFBvh7NzNioGrmUJ7xCATHGTJ9LSa8W7nWt0LysxIdZEyj9C2pPf4XjsQRWELmyMIZrm7aj4j60n1mwY0/s1600/aktion%20t4.jpeg" width="220" /></a></p><div style="text-align: justify;">Y esa es precisamente la clave de la propuesta que Santos
Blanco y Javier Lorenzo, director y guionista, nos ofrecen en su película, “<i>Libres</i>”.
Porque en ella aparecen personas que han tomado la decisión de SER, no de
HACER. En el coloquio posterior a la película, Javier Lorenzo nos confiesa que
le descolocó bastante que una de esas personas, interna en un monasterio de
clausura, le dijera que ellos rezaban, sí, pero para sí mismos, porque no
consiste en hacer algo por los demás, sino en ser una criatura de Dios, del
mismo modo que lo es un retrasado mental, un inválido o una persona nacida con
malformaciones.</div><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sorprende casi desde el primer momento la convicción con la que estas personas, hombres y mujeres, decidieron abandonar el mundo, su
familia, su lucrativa profesión en algunos casos, para abrazar la clausura
cuando sintieron esa “llamada” de la que hablan algunos de ellos. Cuesta
entender, desde nuestra perspectiva de integrados en ese mundo, en esa sociedad
que ellos dejaron, que alguien pueda tomar una decisión así, pero eso ocurre, y
a medida que transcurría la película me di cuenta, porque nosotros estamos tan inmersos
en nuestra forma de vida, que lo único que valora es el hacer, el ser útil a la
sociedad, que no somos capaces de entender sus razones. Desde el respeto más
absoluto, sin mostrar ese lado oscuro o cuando menos pintoresco que le atribuimos
por desconocimiento a un monasterio de clausura, Santos y Javier nos sumergen
de lleno en esa realidad, usando para ello una fotografía y una música
espectaculares.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO_seURXx-5bRCaWCr5VTl1AgHSj_vD2tiU7OYhd7R0095PTfkaKmzlBMRMzehDFzGxB6acyC8UHtVOYZzC9GGeWYF2htB7YEE2g37MAY9D-X8d3mIOuRW0Ukp4Zmrr_cxKGkbC0hEuJunfE0U6YtPT0_10Kyq22JqLamajxlRUti1-F1Qc30dNSFkAyg/s949/Libres.1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="949" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO_seURXx-5bRCaWCr5VTl1AgHSj_vD2tiU7OYhd7R0095PTfkaKmzlBMRMzehDFzGxB6acyC8UHtVOYZzC9GGeWYF2htB7YEE2g37MAY9D-X8d3mIOuRW0Ukp4Zmrr_cxKGkbC0hEuJunfE0U6YtPT0_10Kyq22JqLamajxlRUti1-F1Qc30dNSFkAyg/s320/Libres.1.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">Uno de los monjes manifiesta</div><div style="text-align: justify;">al principio que “<i>el brillo
del mundo material no te llena, nunca te llena, pero consigue distraerte, y
puede estar distrayéndote durante toda tu vida</i>”. En algún momento de su
vida sintió la llamada, y el mundo material dejó de tener importancia para él.
En ese momento alcanzó la victoria, le perdió el miedo a la muerte, el miedo a
todo, ese miedo, que nos atenaza en la sociedad, a cosas a las que no deberíamos
tenerle miedo por lo poco importante que son. En ese momento sintieron a Cristo
formando parte de ellos.</div><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los testimonios son diferentes, pero todos
tienen el nexo común de proceder de una decisión muy meditada y prácticamente
imposible de obviar. Cuesta entender las razones, cuesta entender las circunstancias que han llevado
a cada uno de ellos a ese lugar, pero no cuesta nada dejarse llevar, dejarse
irradiar por la enorme paz interior que muestran en todo momento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La película transcurre como un ejercicio de meditación, de
comprensión, de empatía cada vez más acusada. A la incredulidad inicial, nacida
de un prejuicio, de una especie de temor a lo desconocido, le sigue, a base de
testimonios, imágenes, música, silencios y sonrisas, la apertura a un mundo, a
una forma de pensar que seguramente ninguno de los espectadores habíamos
pensado a priori que nos iba a impactar de esa manera. No se trata de
una película religiosa, sino, sobre todo, espiritual. Lo resumió muy bien una
espectadora en el coloquio final, “<i>Aquí no se habla de Iglesia, ni de sus
desmanes, ni de sus problemas, ni de sus pecados. No se trata de ser creyente o
no, porque a cualquiera, sea o no creyente, no le puede dejar indiferente la
enorme espiritualidad de estas personas</i>” <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No se trata de juzgar, ni de opinar, ni tan siquiera de
tratar de entender. De lo que se trata en realidad es de abrir el alma a una
forma de entender la vida que conecta directamente con lo más puro del ser
humano como parte de la naturaleza que nos rodea. Y sobre todo, de dejarse
llevar por esa paz interior que irradia la película desde el principio hasta el
final.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y para que, de alguna manera, dejemos de seguir preguntando
para qué sirve un ser humano.<o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-79534642423250969152023-06-24T19:40:00.003+02:002023-06-24T19:40:51.274+02:00Buena Gente, Gente de Bien<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH6hlf-_cDYvVGL1Cwft_rsSBAzsYsxeWTJddOPy8vH3wodlTP4_UOnPqPIEtU9FS1Cg9vkcLhURQ_Hxp6iEn3CVBq_hZVbpAcPkzGI-bYXrr3z_9J-Rkz4orsKo_0hwryHFtNaJjoRJgRBvobEefzC0x_ETjj_cfpeW8melL17qOcr7lRmbgbyDtckYs/s800/presuntos-implicados-gente-cd.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="800" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH6hlf-_cDYvVGL1Cwft_rsSBAzsYsxeWTJddOPy8vH3wodlTP4_UOnPqPIEtU9FS1Cg9vkcLhURQ_Hxp6iEn3CVBq_hZVbpAcPkzGI-bYXrr3z_9J-Rkz4orsKo_0hwryHFtNaJjoRJgRBvobEefzC0x_ETjj_cfpeW8melL17qOcr7lRmbgbyDtckYs/w400-h400/presuntos-implicados-gente-cd.jpg" width="400" /></a></div><br />P<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">arece igual, pero no es lo mismo, ni mucho menos. No es lo mismo, ni
de lejos, la Buena Gente, que la Gente de Bien. La Buena Gente, como en la
canción de Presuntos Implicados, podría definirse así:</span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Gente, que se despierta cuando aún es de noche</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">y cocina cuando cae el sol</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;"></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Gente, que acompaña a gente en hospitales, parques</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Gente, que despide, que recibe a gente</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">En los andenes</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Gente que va de frente</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Que no esquiva tu mirada</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Y que perciben el viento</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">¿Cómo será el verano?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">¿Cómo será el invierno?</span></div><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Unas pocas frases que sin embargo nos muestran con fuerza lo que para
muchos es la Buena Gente. Solidaria, empática, que piensa en los demás, que
comparte, que disfruta de su cultura, de su país, de su gente, y a la que le
gustaría que todo el mundo pudiera disfrutar de lo que disfruta ella.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Gente creyente, o no creyente, de derechas o de izquierdas, es igual,
porque ni sus ideas ni su religión constituyen el motor principal de su vida,
de su forma de pensar. Gente que duda, que razona, que analiza, que asume que
se equivoca cuando alguien les debate con criterio o un punto de vista
diferente una idea, o una creencia. Gente que lee, que se informa, que indaga
cuando algo no le cuadra, que no se sienta frente al televisor a que le vomiten
noticias pasadas por el tamiz de la mentira y la manipulación más infame. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt;"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: left;">Gente, que pide por la gente en los altares</span></div><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
En las romerías</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Gente, que da la vida</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Que infunde fe</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Que crece y que merece paz</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Gente, que se funde en un abrazo en el horror</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Que comparte el oleaje de su alma</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
Gente que no renueva la pequeña esperanza</span><br /><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">
De un día</span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Vivir en paz</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Buena Gente, que no está convencida de que Dios los prefiera a ellos, como
sí está convencida de ello la Gente de Bien. Gente que, quizá sin pretenderlo,
quizá sin saberlo, quizá sin presumir de ello, mantiene viva la llama de un
cristianismo verdadero, que se debe a los demás, frente a otra forma de
creencia egoísta, sectaria y basada en la muerte de su principal profeta. Una
creencia que no perdona al enemigo, basada en un libro, la Biblia, que no
escribió Dios, sino un ser humano. Es la creencia de esa Gente de Bien que
puede pecar porque está iluminada por la Gracia de Dios, puede robar porque
está legitimada para ello, y puede despreciar, esclavizar, asesinar, colonizar,
violar y destruir, en nombre de un Dios que no es Dios, a los que no son como
ellos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt;"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Para vivir así</span></div><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">En miradas transparentes</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Recibir su luz</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Definitivamente</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Nubes van</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Y van pasando</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Pero aquella luz</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Nos sigue iluminando</span></div><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Gente de Bien, que se creen Gente de Bien porque se pegan a la Gente de
Bien, porque la secta de la Radio y la Televisión vomita continuamente
mentiras, bulos, patrañas e idioteces que la Gente de Bien tiene que
interiorizar, a pesar de que la realidad sea muy diferente. Gente de Bien que
deja automáticamente de serlo cuando protestan por sus derechos, por los
derechos de los demás, o porque se les ha caído la casa por las obras del
metro. Gente de Bien que es desalojada porque un fondo buitre ha comprado
entero el edificio donde vivía. Gente de Bien que justifica los desmanes y
los vicíos de la Iglesia, que mantiene tradiciones ancestrales y salvajes, que
quiere cambiarlo todo, con un gatopardismo suicida, para que todo siga igual
que hace trescientos años.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt;"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Que fresca es la sombra que ofrecen</span></div><div style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Que limpia el agua dulce de sus miradas</span></div><div style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Es por ti que empiezo un nuevo día</span></div><div style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Hay Ángeles entre nosotros</span></div><div style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Ángeles entre nosotros</span></div>
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span></div><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Buena Gente, Ángeles entre nosotros que a pesar de todo, de las restricciones,
del desvío de fondos, de la corrupción, mantienen con entereza su labor, sin
medios, pero con coraje. Enfermeros y médicos que lloran de impotencia frente a
la falta de medios mientras Gente de Bien se lucra indecentemente precisamente
con esos medios. Gente de Bien que grita y se queja de la falta de mano de obra
todavía más barata, más miserable, más explotable. Gente de bien que escucha a
los mismos fariseos que Cristo expulsó del templo, que lo único que buscan es
enriquecerse a costa de los demás.</span></div><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Puedes ver cada mañana a la Buena Gente en el metro, en las paradas de los
autobuses, en la calle, dirigiéndose a sus lugares de trabajo. Vestidos de
maneras muy diferentes, pensando de manera muy diferente, pero luchando por su
vida sin pisotear, sin insultar, sin escupir a nadie a la cara. Buena Gente que
no se merece una izquierda revanchista y revolucionaria, ni una derecha que
baila el vals del terror con una ultraderecha sanguinaria, inculta y
tercermundista. No, la Buena Gente que yo conozco, con la que hablo, con la que
trabajo, con la que vivo, con la que leo y debato lo leído, con la que disfruto
de exposiciones, cine, teatro y conciertos, a la que saludo cada día en la
puerta de mi portal o en el supermercado, no se merece ni de lejos que esa
Gente de Bien, que no se harta de decir que lo es, le robe su vida, se meta en
su manera de pensar o de actuar, y le aniquile la libertad. Esa Buena Gente no
se merece que una Iglesia corrupta o unas leyes mal aplicadas les destroce la
infancia a sus hijos mediante violaciones o manipulaciones psicológicas. Esa
Buena Gente no se merece que sus hijos tengan que emigrar forzosamente a otros
lugares en los que la Educación es algo mucho más importante que aquí, a pesar
del enorme talento que tiene la juventud. Esa Buena Gente no merece que se
desprecie la cultura, que se expolie o se deje caer a pedazos el Patrimonio,
que sean los ignorantes, los interesados, los mentirosos y los que sólo saben
odiar los que manejen los medios, la opinión pública y, en definitiva, la
Democracia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Esa Buena Gente no se merece que, cada vez que este país despunta por algo
en el mundo, asoma la cabeza en lugares como la economía, la investigación o el
arte, o empieza a salir del pozo de ignorancia, incultura y fanatismo en el que
llevamos metidos desde hace siglos, aparezcan de nuevo las hordas siniestras de
la Gente de Bien para empujarles otra vez al vacío.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Escuchad la canción, y no dejéis que os roben la libertad de vivir vuestra
vida como la estáis viviendo, como queréis vivirla:</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 13.5pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=kUhByWqLJ_U&ab_channel=WarnerMusicSpain">https://www.youtube.com/watch?v=kUhByWqLJ_U&ab_channel=WarnerMusicSpain</a>
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-21378229113541513162023-06-05T22:03:00.000+02:002023-06-05T22:03:14.500+02:00PARA SU TRANQULIDAD, HAGA SU PROPIO MUSEO<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkb7ZxNFaR1wXxr61GLu9k01nEWfVpPdh0qFvcZnDURC6RBHUiziiKufUbgj83Wzd3oQ2-qk7iPpxSqtmzUgRltLZcrbY-04an8BTy5lFslAxkPET6SSXF-Qh-1KZ07-nv0S6ETQDu7s2CuwwAeTPVSu_0XLOxe7XpblAFN7T_8dwK50GyOmHgU0YL/s460/SNOBIA%202.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="460" data-original-width="318" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkb7ZxNFaR1wXxr61GLu9k01nEWfVpPdh0qFvcZnDURC6RBHUiziiKufUbgj83Wzd3oQ2-qk7iPpxSqtmzUgRltLZcrbY-04an8BTy5lFslAxkPET6SSXF-Qh-1KZ07-nv0S6ETQDu7s2CuwwAeTPVSu_0XLOxe7XpblAFN7T_8dwK50GyOmHgU0YL/w276-h400/SNOBIA%202.jpg" width="276" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">Hace muchos, muchos años, más de los que quisiera recordar,
estuve en una exposición de Sebastiao Salgado. Después vendrían más, pero creo
que fue la primera que se hizo en Madrid de este fotógrafo. Salgado es un
experto en reflejar el lado más duro y cruel del trabajo humano. Sus imágenes
de Minas Gerais, en Brasil, de los desmontadores de barcos, muchos de ellos
niños, en Bombay, o de otros muchos lugares en los que el ser humano vive
completamente anulado y explotado, son demoledoras. Sin embargo, recuerdo que,
mientras veía aquellas fotografías, de rostros endurecidos y cuerpos devastados
por el dolor y el sufrimiento físico, había algo que me llamaba mucho la
atención, que no pude identificar en un primer momento. A la salida, al firmar
en el libro de visitas, leí una frase que jamás olvidaré, porque me reveló de
golpe lo que yo no había sido capaz de identificar. “<i>Fijaos en sus ojos.
¿Habéis visto alguna vez ojos tan cargados de vida en el mundo occidental? A
veces pienso que son ellos los que están vivos, y nosotros llevamos mucho
tiempo muertos…</i>”.</span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Recordé esa frase a medida que avanzaba la película “<i>Para
su tranquilidad, haga su propio museo”</i>, de Ana Endara Mislow y Pilar
Moreno, proyectada la semana pasada con coloquio posterior de esta última. Lo
primero que percibí fue la inmensa paz que transmite, potenciada sin duda por
el uso del sonido que recopila diferentes ambientes del lugar en que se
desarrolla la acción, Paritilla, un pueblo de Panamá perteneciente a la
provincia de Los Santos, en el que una mujer, Senobia Cerrud, decidió una vez,
sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, crear su propio museo, al que denominó
“<i>El Museo de Antigüedades de Todas las Especies</i>”. Pilar Moreno,
directora de la película, conoció a Senobia a través de su nieto. Interesada en
el Arte espontáneo, completamente vocacional y encuadrado siempre fuera de los
circuitos habituales del Arte tradicional, se quedó impresionada con el museo
que Senobia había ido formando a lo largo de su vida, compuesto tanto de
objetos de uso habitual, como tansistores, micrófonos, reproductores de cintas
de casette o teléfonos de sobremesa, como de pequeñas obras de arte creadas por
ella misma a base de telas, pequeñas piezas de madera natural, botones de
colores, frutas naturales, etc.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSjzYb5gX2-p0dP9eet8DzrnDIT7Rfi9wHXa8HqlM4LhzPIMdMraYCb7CRg0Bh4W2Ep5r29coWR-fvUBsaWHB3e7uLgqP2cD5jjtPp30p4onkWsD21fFNj8IuOS1OBbXzso_K34x_7WBWx2YpTZ9hRzisyJ-_qOA6sMuELq_yP8pO8iOOOdwvyZqcj/s700/senobia%201.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="474" data-original-width="700" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSjzYb5gX2-p0dP9eet8DzrnDIT7Rfi9wHXa8HqlM4LhzPIMdMraYCb7CRg0Bh4W2Ep5r29coWR-fvUBsaWHB3e7uLgqP2cD5jjtPp30p4onkWsD21fFNj8IuOS1OBbXzso_K34x_7WBWx2YpTZ9hRzisyJ-_qOA6sMuELq_yP8pO8iOOOdwvyZqcj/w400-h271/senobia%201.jpeg" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: medium;"><br /> <o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">¿Y por qué recordé la frase que había leído en la exposición
de Sebastiao Salgado? Porque tuve exactamente la misma sensación que entonces.
Senobia había encontrado la manera perfecta de permanecer viva, en primer lugar
a través de su arte y de los escritos que iba pegando por las paredes de su casa,
que recogían sus pensamientos, muy cercanos a la filosofía profunda, pero sobre
todo por el camino de vida que había elegido, que había escogido libremente y
con todas sus consecuencias y dificultades en una sociedad como la suya. Pilar
Moreno nos lo desvela en el coloquio que tuvimos tras la proyección. Senobia
había conseguido con su arte, con sus escritos, con su enseñanza, transmitir a
la directora el testigo de su arte, con lo que de alguna manera su legado no se
pierde, y Senobia permanece viva. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En la película salen otras muchas mujeres de Paritilla, que
además de conocer a Senobia, nos relatan sus inquietudes, su recuerdos, sus
vivencias, con una expresividad y un sentido del humor que contrasta
profundamente con la dureza que tanto la naturaleza como la situación de su
país les ha impuesto desde tiempo inmemorial. Son mujeres duras, fuertes, sin
dobleces, naturales, transparentes, con esa forma de ser que solamente pueden
tener los seres humanos que no viven en un universo de luces, ruidos, plástico
y prisas. Hay que desembarazarse del estrés, pararse a pensar, cerrar los ojos
y respirar profundamente para entender, aunque sólo sea por un segundo, la
enorme vitalidad de estas mujeres. Es algo que jamás vislumbraremos siquiera los
occidentales, paridos y crecidos en un mundo en el que no falta de nada y sobra
de todo. Estas mujeres viven al día, disfrutan cuando toca disfrutar y sufren
cuando hay que sufrir, porque eso es lo que hay.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Desde el primer momento me relajé en la sala del cine, gracias
al canto de los pájaros y los sonidos de la jungla, disfrutando del arte de
Senobia, intentando memorizar las frases que escribió a lo largo de su vida, y escuchando
a esas mujeres, todas con el mismo vestido (un detalle simpático de la
directora de la película que algunas aceptaron mejor que otras) y mirando a la
cámara con esa vitalidad fuera de lo común que se mantiene perpetua hasta el
momento de la muerte. E incluso más allá, como en el caso de Senobia Cerrud.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi01BTpkwO68fLEIofJyqxfC1KpDMUJlYduZ5ZcLhqFvr99XoQJgth91bZGR9Q6YLMkgyrngvYrW5mQspqXGB4oxlboGqvJ7sdSJljFFPou_giHDVRxLvfMyyQS7vexIBoV0jzync0H8si-lN_in796GKmt05ZtnqqVjldIpfQ8yGyF36Fw2QzXMZln/s1200/SENOBIA%203.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi01BTpkwO68fLEIofJyqxfC1KpDMUJlYduZ5ZcLhqFvr99XoQJgth91bZGR9Q6YLMkgyrngvYrW5mQspqXGB4oxlboGqvJ7sdSJljFFPou_giHDVRxLvfMyyQS7vexIBoV0jzync0H8si-lN_in796GKmt05ZtnqqVjldIpfQ8yGyF36Fw2QzXMZln/w400-h210/SENOBIA%203.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: medium;"><br />Probablemente hubiera resultado sencilla una iniciativa como
la de esa mujer en otro entorno, más occidental, más hipotéticamente “<i>civilizado</i>”,
con más suavidad en el clima y en la economía, pero en el caso de Senobia, en
ese mundo, en ese lugar, y en la época que le tocó vivir, fue toda una hazaña,
fruto de una decisión tomada con una fortaleza de espíritu muy por encima de la
media de la gente.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Otra vez hay que dar las gracias a los cines Zoco por esta
iniciativa, y a Pilar Moreno porque con sus película y sus palabras supo
impregnarnos del espíritu de Senobia Cerrud, alguien que sin duda ya nos ha dejado
en el alma una huella imborrable.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-size: medium;"> </span></span><o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-77544275354155252522023-05-28T17:40:00.000+02:002023-05-28T17:40:04.620+02:00JUSQU´ICI, TOUT VA. LA HONESTIDAD<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdfCmValsfTloQ9nu3o9cuBn19zqqj_B6DRYp9cwhUpHXa8U0UO7_JnlkazcIAHXkUpIDrl8Ltn1V-FrgeNh825V2rHb_K3eD7wJPEF1YiAHtkPFStD3cKcvmezJjfyFdQ8wz2p9a11TEtJAY4G1l4gq0Ku5RtLEz4PctIHWZI4fSXGrxccCIRN4cc/s1200/jusqu_ici_tout_va-520545118-large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="848" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdfCmValsfTloQ9nu3o9cuBn19zqqj_B6DRYp9cwhUpHXa8U0UO7_JnlkazcIAHXkUpIDrl8Ltn1V-FrgeNh825V2rHb_K3eD7wJPEF1YiAHtkPFStD3cKcvmezJjfyFdQ8wz2p9a11TEtJAY4G1l4gq0Ku5RtLEz4PctIHWZI4fSXGrxccCIRN4cc/w283-h400/jusqu_ici_tout_va-520545118-large.jpg" width="283" /></a></div><span style="text-align: justify;">— Hombre, tú por aquí. ¿Qué tal
va todo, qué tal el finde?</span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No le había visto venir. Estaba
tan concentrado en el café de media mañana, que ni siquiera cuando se sentó a
mi lado noté su presencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Hola Julián. Bien, bien. Ha
merecido la pena.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿Has hecho algo especial, o lo
de siempre?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es el tono habitual de Julián,
entre irónico y ligeramente hiriente. Hay que quererle como es, a pesar de
todo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Ya te digo que ha merecido la
pena. El viernes vi una película soberbia, de esas que te cambian muchos
esquemas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿Ah, sí? ¿Qué película?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Jusqu´ici, tout va<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hizo un gesto como de escalofrío
inmediato, abriendo mucho los ojos y fingiendo un temblor de sorpresa.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Ostia, macho, vaya titulito,
como para acordarse… ¿Y dónde la viste?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Donde siempre, en los cines
Zoco de Majadahonda. Bueno, donde siempre no, donde siempre desde un tiempo a
esta parte.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Mucho vas tú últimamente a los
Zoco. Por algo será, porque lo que es precisamente cerca de esos cines no vives…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me encojo de hombros<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Voy por varias razones. En
primer lugar, porque tardo menos desde mi casa en ir a esos cines, que a los
Renoir de Princesa o a los Verdi, por ejemplo, que son los que me gustan. En
segundo lugar, porque no es sólo cine. Son eventos, charlas con directores,
conciertos de jazz, presentación de varios cortos… Son personas con una
inquietud cultural tremenda, que me contagiaron desde el primer momento, y me
encuentro muy cómodo allí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿Y cómo fue meterte a ver esa
película precisamente?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sonrío al acordarme<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Pues precisamente por eso que
te digo. Habíamos quedado Pilar y yo para meternos a ver una película, sin
habernos decidido entre la de Morgan Freeman o la francesa, cuando me encontré
con Jesús, uno de los directivos del Zoco, cargado con una televisión de
plasma, y me saludó “<i>Hombre, Félix, ¿qué tal estás?. ¿Vas al evento</i>”. “<i>¿Qué
evento?”, </i>le pregunté, y ahí empezó todo. Me contó a grandes rasgos el tema
principal, me dijo que después había coloquio con el director, después vino
Pilar, se lo conté, nos convencimos los dos mutuamente, y nos metimos a verla.
La culpa fue de Jesús, por haber estado en ese momento en ese lugar y cruzarse
conmigo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Mira, una de esas casualidades que
conducen a algo bueno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Así es, esa es la verdad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Bueno, ¿y de qué va?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Pues mira, la verdad es que
empieza de una manera que me despistó por completo. Una chica bañada con una
luz roja intensa, bailando frenéticamente un ritmo muy fuerte. Me recordó a “<i>Titane</i>”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿”<i>Titane</i>”? No me jodas…
Recuerdo que me dijiste que te saliste a media película.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Sí, es verdad. Será muy buena,
pero no me gustó nada. El caso es que ese comienzo no me cuadraba con lo que me
había contado Jesús. “<i>Cine dentro del cine</i>”, me había dicho, y ya sabes
también que ese subgénero me encanta. “<i>La noche americana</i>”, por ejemplo,
es una de mis películas de referencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Sí, lo sé. Y “<i>El crepúsculo
de los dioses</i>”, también. Me has dado la brasa con ella varias veces.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Exacto. Por suerte ese baile
dura poco, se trata de una escena que están rodando el director y su equipo. El
director, por cierto, y protagonista también de la película, es Francesc
Cuéllar, un hombre de treinta años con un talento especial</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">. Aparece Cuéllar dando unas indicaciones a
las que nadie hace caso, y alguien le dice que le está esperando Lola, la
actriz principal, para hablar con él. No muy convencido, y estresado porque le
queda menos de una hora para rodar los tres planos que tiene que rodar, acude
al encuentro con Lola. Después de unas frases corteses, de compromiso, Lola le
dice que no está dispuesta a rodar la escena de desnudo que al parecer habían
pactado que iba a rodar, y ahí empieza todo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Parece interesante. ¿Al final
se desnuda?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Julián, lo que empieza es una
conversación de casi una hora. La película es la conversación de Lola y
Francesc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿Una hora de conversación? No
me jodas…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— No, no es una hora de
conversación. Es una hora de reflexión, de introspección, de un intimismo tan
absoluto por parte de los dos, Lola y Francesc, que te repites a ti mismo a
cada frase, a cada gesto, a cada giro del guión, que estás asistiendo a algo
grande, muy grande. Los dos personajes están tan magistralmente interpretados
que no parecen personajes, sino seres humanos reales que están discutiendo
delante de ti. Porque discuten, Julián, y hablan de un montón de temas que, por
culpa del estrés, o si quieres por culpa del lastre que cada uno nos echamos
encima aunque no queramos, tenemos perfectamente olvidados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— ¿Cómo cuales?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Pues mira, hablan por ejemplo
de ese miedo a la mediocridad, que nos empuja a hacer, y hacer, y hacer por
hacer, buscando siempre el reconocimiento de los demás, cuando la mediocridad,
y eso es algo que comentó después Francesc en el coloquio, no tiene por qué ser
algo directamente a despreciar. Hablan del miedo a decir que no, porque Lola
dice que no va a hacer el desnudo, pero tampoco está tan convencida de que su
decisión sea la correcta, y apela continuamente al sentido de ser humano de Francesc,
cuya única razón a priori para meter ese desnudo en la película era que “<i>molaba</i>”.
Poco a poco, frase a frase, Lola consigue que el alma de Francesc se desgarre,
y se muestre tal como es, con sus miedos y sus miserias, con sus tristezas y
sus alegrías. Y lo consigue porque sabe que en el fondo, muy en el fondo quizá,
Francesc no ha podido perder la honestidad que le había demostrado al principio
de su carrera, porque los dos llevan mucho tiempo trabajando juntos y se
conocen perfectamente. Se puede decir que la película es un canto sublime a la
honestidad al hacer las cosas, a no rendirse a lo que se lleva, o a lo que en
teoría se debe hacer. A no tenerle miedo a decir que no, porque, tal como dice
Lola, “<i>decir que sí te compromete, pero decir que no te define”</i>. Es un
canto a la honestidad, y también un canto a la libertad de cada uno para elegir
lo que quiere ser en la vida. En el coloquio nos dijo Francesc que tiene un
amigo que hace cine comercial y gana dinero, mientras que él se gasta su dinero
en hacer el cine que quiere hacer. Es lo que tantas y tantas veces hemos
hablado, Julián, la vocación frente a la ambición, la plenitud frente a la
banalidad, tener una vida propia frente a tener una vida fabricada por otros. Lo
dice también Francesc, con una madurez brutal que no solemos atribuir, muchas
veces como en este caso de forma equivocada, a personas de treinta años, “<i>Se
cataloga a las personas por su profesión, no por lo que son”</i>. Francesc es
director de cine, actor, director de teatro, escritor, filósofo y muchas cosas
más de forma vocacional, lo que convierte automáticamente su profesión en su
forma de vida, en su vida, en definitiva. Cuando contó la anécdota de su amigo
que hace cine comercial, me recordó a Howard Roark.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Ya. El arquitecto protagonista de
“<i>El manantial</i>”. Otra referencia tuya<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Pues sí, porque creo que es
así, que el creador de verdad no busca la fama, ni el dinero, ni tan siquiera
el reconocimiento. Lo que busca el creador de verdad, y Francesc Cuéllar lo es,
y de los buenos, es simplemente crear, y hacer de su creación su vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Vamos, que me la recomiendas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Joder, Julián, si después de la
brasa que te he dado, todavía dudas, es para matarte. Yo no puedo recomendar
películas, sólo te digo que esta película ha hecho que se tambaleen algunas de
mis convicciones, si es que me quedaba alguna sin tambalear, y ha consolidado
la idea de que siempre se puede descubrir algo interesante. Y mis convicciones
se tambalean del mismo modo que se tambalean también las de Lola y Francesc a
medida que hablan, porque otra clave importante que tiene la película, en un
mundo en el que nadie escucha ni cambia sus convicciones, es que una buena
conversación, que apele al lado humano de cada uno, es capaz de hacerte cambiar
de idea por muy enraizada que esa idea pueda estar en tu conciencia. En fin,
Julián, ya sabes lo que suelo decir en estos casos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Ya, ya lo sé. Que debería ser
una película de obligada visión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">— Exactamente<o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-34948496290427659672023-05-22T23:49:00.002+02:002023-05-22T23:49:40.603+02:00JULIAN VALLE. EL MISTERIO DE LAS COSAS<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxhDPfFTmEAnGkIoI_fp44fsODK5wlnS9OPsCxJCCNaAuQokTVdhERqVVs1lnoF6d579ctey6nKPO4-BXRD5H6k2ynrLa7zczQ_c63cEo8VUpCUOuRqpE5y7SFTOkEynmzQS6bHLjifDbwebbTb3-oKFRg7EJsn6rW6j1KDzRza_oUMwDpkbC0GXss/s2048/52796132053_99402a35e4_k.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1478" data-original-width="2048" height="231" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxhDPfFTmEAnGkIoI_fp44fsODK5wlnS9OPsCxJCCNaAuQokTVdhERqVVs1lnoF6d579ctey6nKPO4-BXRD5H6k2ynrLa7zczQ_c63cEo8VUpCUOuRqpE5y7SFTOkEynmzQS6bHLjifDbwebbTb3-oKFRg7EJsn6rW6j1KDzRza_oUMwDpkbC0GXss/s320/52796132053_99402a35e4_k.jpg" width="320" /></a></div><br />Lo que ha creado Julián Valle en el espacio OLumen, Claudio Coello 141, no es una exposición al uso. Se vive más bien como un viaje, como una introspección al interior de cada uno, o como una experiencia en la que el tiempo se detiene para mostrarnos la perfecta comunión del artista con la naturaleza y consigo mismo. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Impone ya desde el principio el espacio, una iglesia desacralizada cuya majestuosidad no se intuye en absoluto desde el exterior, con un magnífico crucifijo enclavado entre tres paramentos de ladrillo oscuro llagueado de blanco, y techos inclinados de madera. Impone también la luz, perfecta, matizada, adaptada por el autor a la obra que ilumina, como formando parte indisoluble del conjunto. Impone, por último, el silencio, que contrasta, y eso es algo que percibes nada más entrar, con el exterior agresivo. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Sin conocer todavía a Julián, emprendo desde el primer momento un viaje interior, nada más ver la obra de la entrada. El espacio que representa, una oquedad iluminada vislumbrada desde el exterior, me evoca momentos del pasado en el campo, sensaciones casi olvidadas de mis paseos por los parajes de Burgos o Guadalajara, alguna que otra película, aquel día en las Médulas cuando me dejé llevar por el placer de estar allí y tardé veinticuatro horas en regresar a Madrid. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWN2Xy7Iexo81vynyySHrnuOtt9W6NkeSka6S7tJFtQA_MT7OB3DrvB5BELrEIwoa4KWpL4bcwMvs2xPREvxcJhAlzt4baxJaxKPZGjhMyrsjj44bq-2PCMWBCOS3DLhXq3tcJDnBFapeZ_emq6FbcbujXZlq2FCzHxyCfm065_cI02uAdiZ0yJvPQ/s598/Screenshot_20230522-213628_Chrome.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="598" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWN2Xy7Iexo81vynyySHrnuOtt9W6NkeSka6S7tJFtQA_MT7OB3DrvB5BELrEIwoa4KWpL4bcwMvs2xPREvxcJhAlzt4baxJaxKPZGjhMyrsjj44bq-2PCMWBCOS3DLhXq3tcJDnBFapeZ_emq6FbcbujXZlq2FCzHxyCfm065_cI02uAdiZ0yJvPQ/s320/Screenshot_20230522-213628_Chrome.jpg" width="320" /></a></div><br /></span></span><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Antes de la visita guiada me presento a Julián. Mira a los ojos cuando te habla, con una voz suave pero intensa, y sobre todo, algo a lo que no estoy muy acostumbrado, escucha, y escucha con mucha atención, además.
Tras unos minutos de cortesía, nos reunimos en corro junto a él, y Julián nos empieza a hablar de su arte, de su vida, más bien, porque su arte es vida, y su vida es arte. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Una de las primeras cosas que se me quedan grabadas de lo que dice, es el papel que nos otorga a los espectadores. Para Julián, cada espectador crea su propia obra a partir de la suya, su propio viaje a su interior, su propia comunión con la naturaleza. Él no quiere mostrar algo dado por sentado, porque, según sus propias palabras, el arte se expone, no se impone. Es la simbiosis perfecta entre artista y espectador. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br />Otra característica que me impresiona es su capacidad de improvisación, unida también a la de observación, que le permite crear un proyecto nuevo y personal a partir de un proyecto encargado. Nos habla de la materia, y de cómo deja que se exprese y le muestre a veces un camino, en su propio lenguaje, en el que probablemente no había reparado a priori. Nos habla de los eremitorios rupestres que se muestran en gran parte de las obras expuestas, a través de acuarelas sobre tela y maquetas, y de la sensación de formar un único ser con la naturaleza cuando los visita. Nos habla de las huellas del pasado visibles, intuidas o sentidas en el presente, y de la impresión que produce una zarza, o unas cuantas hojas muertas, cuando rellenan una antigua tumba al aire libre horadada en la piedra. </span></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhQO7yswVQ3W-TNtG5IplRloTwUCd9dciCWp1JJIdt11Gwd7HQ5uvn7_TTdQ7JPJ70Q-ZdcNXJiQJufO-UfHFj4SDefUGtZ12kIFYL0Hh5kR4FokO34Ra8LKnPo3u7H1JR_k3BA3NRnC4WiGhUJdSKmt7L0hITlai5LEpgmQLZZKn6bBqj4wtHhRm8/s948/Screenshot_20230522-223454_Gallery.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="948" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhQO7yswVQ3W-TNtG5IplRloTwUCd9dciCWp1JJIdt11Gwd7HQ5uvn7_TTdQ7JPJ70Q-ZdcNXJiQJufO-UfHFj4SDefUGtZ12kIFYL0Hh5kR4FokO34Ra8LKnPo3u7H1JR_k3BA3NRnC4WiGhUJdSKmt7L0hITlai5LEpgmQLZZKn6bBqj4wtHhRm8/s320/Screenshot_20230522-223454_Gallery.jpg" width="243" /></a></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Julián nos habla, y nos habla con sumo respeto, y nos transmite su pasión, ese trabajo, por llamarlo de alguna manera, que realiza de una manera vocacional y sumamente admirable. Un trabajo que más que eso es una vida, una vida propia, y plena. Una vida como debería ser la vida.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">El tiempo pasa volando escuchándole, o puede más bien que incluso se detenga, por la agradable comodidad que sentimos los que escuchamos. Escuchamos, sentimos, revivimos aquellos paseos de otoño en las Fragas del Eume, cuando caminaba despacio sobre una cuna de hojas de roble, de <i>orballo</i>, muy parecidas a las que Julián a recubierto de porcelana azul para crear una obra que remueve el alma. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Y por último, sus cuadernos de campo, que son obras de arte en sí mismos. Un increíble recorrido por la naturaleza con dibujos hechos a veces con elementos naturales, como bayas, higos o madera mojada, y una tipografía cuidada y especial en cada hoja. Algunos de esos dibujos, acaben o no conformando una obra de arte, reflejan perfectamente el placer que estaba sintiendo Julián en aquel momento en aquel lugar.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Parece que durante un tiempo que no hemos sabido o no hemos querido medir, hemos viajado a otro mundo, muy diferente al que solemos vivir, o más bien malvivir, cada día. Ha sido una experiencia inmersiva en el lado probablemente más enigmático de nuestra naturaleza cercana, que nos ha llevado a su vez al rincón más representativo de nuestro propio ser, de nuestra propia alma. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"> Escuchemos a Julián: </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><i>En “El silencio del arte”, Ramón Gaya nos dice que “la obra no es un fin, sino un tránsito”, un lugar de paso. Lo podemos entender también desde la transformación espiritual que acompaña una actividad que desde siempre fue vía de conocimiento. No aspira a un decir, no se le puede añadir nada desde fuera: “el arte no es vestir, sino desnudar”</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;"><i><br /></i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: verdana;">Una experiencia que no te puedes perder, porque no puedes dejar escapar la profunda huella que va dejar en el camino de tu vida.</span></span></div>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-50517454122313795082023-05-05T13:51:00.002+02:002023-05-05T14:39:33.025+02:00LA CORTA VIDA DEL CORTO<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNHb2OPyEdQKxGfuBz6MeY3qr7CZbH353QBprN2g5HnBhT1n3BeVIvlDabf8kpty2fndz7_Mu1CIIFWDjsmR1DT8QdX9kyA_Qv6Iy-vrJsRi9XkeouBNWk_bKNvXBRQKOlOmmoHuZgyclMqE97Y02ttFHFdLUd2UJ-f88Jq5shUV9h_hka_dk2u786/s1080/Fu_NG4SX0AAUtbI.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNHb2OPyEdQKxGfuBz6MeY3qr7CZbH353QBprN2g5HnBhT1n3BeVIvlDabf8kpty2fndz7_Mu1CIIFWDjsmR1DT8QdX9kyA_Qv6Iy-vrJsRi9XkeouBNWk_bKNvXBRQKOlOmmoHuZgyclMqE97Y02ttFHFdLUd2UJ-f88Jq5shUV9h_hka_dk2u786/w400-h400/Fu_NG4SX0AAUtbI.jpg" width="400" /></a></div>Ocurrió ayer, en los Cines Zoco de Majadahonda, uno de esos
pocos lugares que trascienden su propio concepto, en este caso “cine”, para
transformarse en algo mucho más importante, más comprometido, más humano. Una
pequeña “aldea gala” en la que los que la gobiernan luchan con vocación, y una
pasión absoluta por lo que hacen, contra los embistes de una industria que
valora más vender palomitas que buen cine. Un lugar vivo en el que se organizan
debates, coloquios, conciertos de jazz, encuentros con los directores… Un lugar
para personas que viven de lleno su afición a la cultura.<p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El evento estaba comisariado por dos personas, Beatriz y José Luis, en cuya concisa
tarjeta de visita figura el título “<i>Gestoría cultural”,</i> y en letras más pequeñas
“<i>gestión, inmersión y difusión</i>”, además de la sugerente frase "<i>persistencia, detalle y alma</i>" que encabeza su página web, </span><a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?q=https://www.jlbea-gestioncultural.com/&source=gmail&ust=1683376509406000&usg=AOvVaw1Mf_OA8nbgDfWwy8ureMXX" href="https://www.jlbea-gestioncultural.com/" style="background-color: white; color: #1155cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; text-align: left;" target="_blank">https://www.jlbea-<wbr></wbr>gestioncultural.com/</a> <span style="font-size: large;">. Consistía en la emisión de cinco
cortos, de temática diferente pero unidos por un nexo común: en cada uno de
ellos se hacía alusión a un libro, en ocasiones de forma explícita y en otras
de una forma más sutil. Tras las primeras explicaciones, en las que ya se
intuía el amor por lo que estaban haciendo, se
proyectaron los cortos, con un intervalo entre uno y otro de unos diez segundos
en el que el público aplaudía</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El primero era “<i>The following year</i>”, de Miguel
campaña, un inquietante planteamiento de ciencia ficción que atrapa desde el
primer momento, con reminiscencias de las historietas que aparecían en los años
ochenta en revistas como Totem, Vampus o 1984. El segundo, “<i>Franceska</i>”,
de Alberto Cano, propone en clave de animación una visión humorística y
transgresora de la historia de Frankestein, de Mary Shelley. La imagen en
blanco y negro y el ligero parecido entre este Igor y el interpretado en su día
por Marty Feldman me recordaron “<i>El jovencito Frankestein</i>”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El tercero fue “<i>Lo efímero</i>”, una maravillosa historia
de Jorge Muriel, en la que dos hombres, que arrastran un pasado complicado,
determinarán su futuro cuando se encuentran durante un fugaz trayecto en un vagón
de metro. La fotografía, las interpretaciones, los silencios, la música… Pura
poesía. Para mi gusto, el más interesante y cautivador de los cinco. El cuarto,
“<i>Adam Peiper</i>”, de Mónica Mateo, nos muestra un futuro distópico en el
que la explotación del ser humano por el ser humano sigue siendo el motor
económico y político. Por último, “<i>Casitas</i>”, de Javier Marco, que con un
punto de infinita tristeza aderezado con sentido del humor, nos sumerge de
lleno en una deliciosa oda a la empatía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Los cortos fueron interesantes, nos cautivaron a todos por
completo y nos dejamos llevar por las sugerentes historias que nos contaban,
pero lo mejor vino al final, cuando los dos organizadores nos comentaron
diversos aspectos de la realización de cada uno de ellos, con anécdotas de
rodaje, entresijos del guión, del montaje, etc. Disfrutaban de lo que contaban
y lo transmitían con facilidad a los que escuchábamos, lo que supuso que se
prolongara la magia del encuentro casi hasta las once de la noche.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Mientras veía los cortos emprendí un viaje al pasado, a
aquellos lejanos años ochenta en los que la cultura del corto formaba parte de
nuestro ADN. Recordé que antes de cada película se proyectaba siempre un corto,
y que aquellos cortos se comentaban a veces con tanta pasión o incluso más que
las películas a las que precedían. Aquello desapareció de nuestra cultura, como
poco a poco fueron desapareciendo otras muchas cosas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">A nuestra generación se le fueron robando descaradamente un
buen número de manifestaciones culturales, y no precisamente en la época dura
de la dictadura, sino más bien en plena democracia. Poco a poco los cines de
sesión continua fueron cerrando, llevados por la corriente de los bingos. A
veces le recito de memoria a mi hijo las salas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que había en mi barrio y le parece algo
increíble, impensable hoy en día. También fue cambiando radicalmente el aspecto
de los kioskos, escaparate en una época de gran cantidad de publicaciones de
todo tipo, comics, revistas de ciencia ficción, etc, que de repente un buen día
desaparecieron del panorama cultural, como desaparecieron también los numerosos
cine-forum que había en Moncloa, en las facultades, o los conciertos de los
colegios mayores, o incluso actualmente los talleres de escritura que
promocionaban algunas bibliotecas municipales y que hoy, alegando falta de
presupuesto, han pasado a mejor vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Nos robaron muchas cosas, y nos hemos dejado robar, y cuando
de vez en cuando, como ayer, se te reaviva en el alma la nostalgia de lo perdido,
se despierta la tristeza. Al preguntarles a los organizadores la razón por la
que ya no se emiten cortos antes de la película, como se hacía antes,
comentaron que se trata de una razón puramente económica, porque a las salas
les interesa más poner publicidad, que les aporta más ingresos. Por otro lado,
la carrera del corto es corta. A las distribuidoras lo único que les interesan
son los festivales de cortos, o el ganar algún premio importante. Al parecer,
resulta muy complicado ver, por no decir imposible, el corto “<i>Arquitectura
emocional</i>”, a pesar de haber ganado el Goya este mismo año. Se trata de un corto
que, muy al contrario, debería emitirse incluso en colegios, dada la carga
emotiva y de valores que posee, y sin embargo no es así debido al estado del
mercado de cortos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Hace unos días, una persona de un grupo de personas con
inquietudes culturales entre las que orgullosamente me encuentro, colgó una
entrevista a Johann Hari, en la que venía a decir que nuestro modo de vida
frenético y absurdo está acabando con nuestra capacidad de atención. Es algo
muy serio, y muy triste, que sin embargo se puede aliviar dependiendo menos del
teléfono móvil o de la insistente tentación de hacer varias cosas al mismo
tiempo. Añadiría, además, que deberíamos hacer el ejercicio, en la medida de
nuestras posibilidades, de intentar recuperar lo que con tanta desvergüenza se
nos ha robado sin que apenas opusiéramos resistencia. Yo iría de cabeza, por
ejemplo, y con una fidelidad casi religiosa, a un cine en el que en lugar de
anuncios emitieran un corto antes de la película. Es necesario primero recuperar
la capacidad de atención, y después exigir que se le otorgue a la cultura un
trato muy diferente al que se le está dando. Iniciativas tan atractivas como la
de los gestores culturales de ayer deberían convertirse en permanentes, ser
promocionadas e incentivadas por todo aquel que pudiera hacerlo, porque llegan
directamente al alma de quien tiene la suerte de participar en ellas, y
alimentar el alma, además de no resultar nada sencillo, tiene la virtud de
crear mejores personas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Una velada muy agradable, y muy de agradecer iniciativas
como la de ayer. Bienvenidas sean siempre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-38955646519517694682023-04-07T11:52:00.000+02:002023-04-07T11:52:11.867+02:00LA PIRÁMIDE DE MASLOW Y LA CREATIVIDAD<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMtmBqZbBWJVYzH4joQRRoOwy0swl33bk0F9ygYFgalV-6UPlJoFbBfL4ywoa1p2KmNuqU4k_E7E8f-c6PGv8qD5VB9LAB-7hre564mi_HeeXa0FV1IHWi3K7moI-72HXClB6LyoCCApHQVReS2LiXRuLbUSq3nunrzPvTBRyIPvICvbB6vX1rulW/s788/Sin%20t%C3%ADtulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="788" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSMtmBqZbBWJVYzH4joQRRoOwy0swl33bk0F9ygYFgalV-6UPlJoFbBfL4ywoa1p2KmNuqU4k_E7E8f-c6PGv8qD5VB9LAB-7hre564mi_HeeXa0FV1IHWi3K7moI-72HXClB6LyoCCApHQVReS2LiXRuLbUSq3nunrzPvTBRyIPvICvbB6vX1rulW/w400-h256/Sin%20t%C3%ADtulo.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Primero la teoría: Abraham Maslow
(1908 ç 1970), psicólogo humanista, buscaba mejorar el desarrollo personal y
entender qué hace la gente “feliz”. Entrecomillo lo de feliz porque la
definición de lo que significa la felicidad para cada persona ya de por sí me
parece algo indefinible. El caso es que su teoría, que se publicó en 1943,
nació en forma de pirámide, una pirámide que lo que hace es jerarquizar las necesidades
humanas, tal como se muestra en la imagen. Para Maslow, a medida que el ser
humano va satisfaciendo las necesidades de la parte baja de la
pirámide, que son las básicas, se van desarrollando nuevas necesidades y
deseos. Se considera una teoría motivacional porque la persona se tiene que
motivar para subir un nivel en la pirámide.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Creo que la imagen es lo
suficientemente gráfica como para entenderla fácilmente. Lo primero, la base,
es lo primordial, es decir, respirar, comer, tener relaciones sexuales… y la
homeostasis, que no es otra cosa que mantener todo esto de una forma constante
y equilibrada. Después pasamos a un nivel en el que sentimos seguridad en lo
que tenemos, en nuestro trabajo, en nuestra propiedad privada… Una vez
conseguido eso, podemos pensar ya en conseguir la amistad, el afecto… Aquí ya
empezó a chirriarme el concepto, porque siempre he pensado que este nivel, el
tercero, tenía que ser en realidad el segundo. Pero bueno, seguimos subiendo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pasamos al cuarto nivel: autorreconocimiento,
confianza, respeto, éxito. Lo del éxito no termino de entenderlo, porque creo
que ocurre lo mismo que con la felicidad. Son conceptos muy diferentes para
cada persona.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En el quinto nivel, la cumbre,
aparecen la moralidad, la creatividad, la falta de prejuicios, la resolución de
problemas, la aceptación de hechos… las metas del pensamiento humanista, vaya.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me hablaron de la pirámide de
Maslow en una de esas charlas motivacionales que de vez en cuando se encargan
de darte en tu empresa. Recuerdo que en aquella charla, en aquel momento, hacía
poco tiempo que había pasado por uno de los peores trances de mi vida, la
perdida de mi mujer, y si bien escuchar a Emilio Duró (os lo recomiendo) me
ayudó mucho en otros sentidos, el tema este de la pirámide me dejó pensando, y
mucho, porque no terminaba de verlo, hasta que ayer, viendo el documental “<i>Albert
Camus en Menorca</i>”, de Filmin, y habiendo leído hace unos días el libro “<i>Del
color de la leche</i>”, de Nell Leyshon, conseguí dar con las razones por las
que no me parece válida la tan famosa pirámide.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En primer lugar, creo que es
bastante sencillo saltar del primer al segundo nivel, pero muy complicado, para
muchísima gente, pasar del segundo. ¿Y por qué ocurre esto? Porque cada vez las
personas tienen más inseguridad. Inseguridad de todo tipo. Laboral, económica,
afectiva… Y además, curiosamente, a medida que más se tiene, se puede tener
también más inseguridad. Esto provoca que se quiera poseer más, en una carrera
hacia ninguna parte (<i>la carrera de la rata</i>, de Kiyosaki), que nos empuja
a hipotecarnos, a adquirir bienes que nos proporcionen una sensación de
felicidad cuando lo que provocan en realidad es una dependencia al consumismo,
a comulgar con unas condiciones laborales cada vez más perversas para seguir
manteniendo ese hipotéticamente maravilloso nivel de vida que no es otra cosa
que nuestra claudicación y nuestro abrazo encantado al materialismo perfecto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esa seguridad no llega a
alcanzarse porque las “necesidades básicas” cada vez son más numerosas. Muchos
se pasan la vida deseando no ya un coche, sino el último modelo de la marca más
cara, y para ellos supondrá una frustración si no lo consiguen. Esa hipotética
seguridad, que debería valorarse con muchas menos cosas de las que se poseen,
no llega nunca, con lo que el paso al tercer nivel no interesa, porque además
supone un esfuerzo, y el único esfuerzo que se permite mucha gente es el de
acumular lo máximo posible. ¿Cuántas veces hemos escuchado “<i>es que yo no
pude estudiar porque me tuve que poner a trabajar muy joven</i>”? Y no me
refiero a una época en la que por necesidad puede que fuera verdad que todos
los miembros de una familia tuvieran que trabajar para poder sacar a la familia
adelante, no. Me refiero a nuestro entorno cercano, a personas que podían haber
estudiado y no lo hicieron porque preferían tener un sueldo para salir de noche
o comprarse una moto, y sobre todo, no lo hicieron porque suponía un esfuerzo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El tercer nivel ya he comentado
que para mi gusto tendría que ser en realidad el segundo, y el cuarto
probablemente sea el que más sentido tiene, porque significa quererse a uno
mismo, tan sencillo y tan difícil como eso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y llegamos al último nivel. Según
Maslow, para que se desarrolle la creatividad, la espontaneidad, la falta de
prejuicios o la resolución de problemas, tienes que haber pasado por todos los
niveles anteriores. Y es aquí cuando Albert Camus viene a decirnos que no, que
ni de coña, que la creatividad puede darse perfectamente en el nivel más bajo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Camus era pobre. Pero pobre de
pasar hambre en su Argelia natal, de tener que trabajar en casa y en otros
lugares desde niño. Gracias a la escuela pública y su método de enseñanza consiguió
aprender a leer y a escribir. Cuando le concedieron el Premio Nóbel, le
agradeció a Louis Germain, su tutor en la infancia, todo lo que le había
aportado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“<i>Cuando supe la noticia del
premio Nobel, mi primer pensamiento, después de mi madre, fue para usted. Sin
usted, sin esa mano afectuosa que tendió al chico pobre que era yo, sin sus
enseñanzas y su ejemplo, nada de esto hubiera ocurrido</i>” <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Camus pone en duda también el
concepto de felicidad cuando, además de la terrible vida que llevó con enfermedades
continuas, desastres sentimentales y varios intentos de suicidio, nos transmite
su inmenso amor a la vida diciéndonos <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“<i>No hay amor por la vida sin
desesperación por la vida</i>”<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y ahí, en esa frase, está la
clave de todo en mi opinión, y no en la pirámide de Maslow, porque sin
seguridad, sin las necesidades básicas cubiertas, sin autorreconocimiento y sin
nada de eso, Camus, como otros tantos escritores y artistas a lo largo de la
Humanidad, fueron capaces de crear, de donarle al mundo un universo de
creatividad y de amor por la vida que no se hubiera dado sin esa desesperación
por la vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es el mismo caso de Mary, la
protagonista de “<i>Del color de la leche</i>”, que en cuanto aprende a
escribir escribe desde la desesperación la historia que quiere que sepamos, su historia.
En un mundo de analfabetismo y oscuridad, de personas que viven para trabajar
sin otro horizonte, ella surge con una luminosidad brutal, y grita su
desesperación con la única intención de que la conozcamos, y esa es la
definición perfecta de la creatividad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No estoy nada seguro, más bien
todo lo contrario, de que la creatividad surja de un estado de felicidad. Es
más, creo que para que se produzca, tiene que darse esa desesperación por
la vida, que unida a un potente amor a la vida les empuja a crear a los que
crean. Y creo que dejarse atrapar por esa creatividad de otros nos ayuda a amar
la vida como la aman ellos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-79752450211575162072023-03-12T21:01:00.001+01:002023-03-12T21:28:35.872+01:00COMO NIÑOS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnFG-FxLuTfAlSMXjQx5kbni00A31Fg84qOzqIcxdrgqkaADiuzPEb0KdfNnYPjNWEL9rHiSntVqywTVNyHfwZ-7dxYdtZpDyN7Fg6N4raHDxdS_i83UcfosL4HEltBNa5qwKH6URn2k-_PCaWH0uK6gnaPklk7hNmYIobOgcP3JmxKwqi915CJhOU/s420/fotonoticia_20160926132706_420.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="279" data-original-width="420" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnFG-FxLuTfAlSMXjQx5kbni00A31Fg84qOzqIcxdrgqkaADiuzPEb0KdfNnYPjNWEL9rHiSntVqywTVNyHfwZ-7dxYdtZpDyN7Fg6N4raHDxdS_i83UcfosL4HEltBNa5qwKH6URn2k-_PCaWH0uK6gnaPklk7hNmYIobOgcP3JmxKwqi915CJhOU/w400-h266/fotonoticia_20160926132706_420.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">El v<span style="line-height: 107%;">ideo lo
colgó una persona en el grupo del club de lectura. Se trata de la charla que da
un maestro, José Antonio Fernández Bravo, a un grupo de oyentes. Es de esos
videos de la serie “<i>Aprendiendo en línea</i>” que está difundiendo BBVA en las
redes, seguro que lo podéis encontrar en internet y verlo. No obstante, os dejo
por aquí el enlace.</span></div></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://www.facebook.com/100063716043247/videos/aprendiendoenl%C3%ADnea-un-maestro-nunca-deja-de-aprender-fuente-bbva/509377791104563/" target="_blank"><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: #1155cc;">https://www.facebook.com/<wbr></wbr>100063716043247/videos/<wbr></wbr>aprendiendoenl%C3%ADnea-un-<wbr></wbr>maestro-nunca-deja-de-<wbr></wbr>aprender-fuente-bbva/<wbr></wbr>509377791104563/</span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En su charla, José Antonio nos viene a decir, resumiendo,
que a su edad, con su mochila de maestro, todavía sigue aprendiendo de los
niños. A medida que le escuchaba había, sin embargo, algo que no me cuadraba,
que me chirriaba. Y no era que de vez cuando denominara a los niños con el
apelativo “<i>tesoro</i>”, que también, sino algo más profundo. Descubrí qué era
cuando dijo una frase que, siendo cierta, me dio la clave:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">“<i>Muchas veces decimos que no razonan, porque desconocemos
la causa por la cual se expresan</i>”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Me di cuenta en ese momento. José Antonio habla en el video
de los niños a los que da clase, unas veces bien, otras veces riéndose de sus
ocurrencias y provocando la risa de sus oyentes. Una veces con respeto, otras
con admiración, otras con condescendencia… Pero siempre, y eso es lo que me
resultó claro desde casi el principio, desde fuera del concepto de niño. José
Antonio aparece, o a mí me lo pareció, como esa persona adulta, que ha sido o
se ha hecho adulta en un determinado momento de su vida, dejando en ese momento
de ser niño, y que ahora, por alguna extraña circunstancia del destino, o de su
vida, ha descubierto que los niños no son tan tontos como parecen, o como a él
le parecían cuando dejó de ser un niño. Digamos que José Antonio está volviendo, desde fuera, a recuperar
ese alma de niño que en algún momento de su vida se había disipado sin saber
muy bien cómo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Los hay, claro que sí. De hecho, la mayoría de las personas
son como José Antonio. Mucha gente confunde la madurez con el hecho de ser
adulto, cuando una cosa no tiene nada que ver con la otra. Se puede tener
madurez manteniendo siempre ese espíritu. Lo dice muy sabiamente Luis Landero
en su libro <i>“El huerto de Emerson</i>”, en su capítulo titulado “<i>El niño y el
sabio</i>”: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">“<i>Un artista, un escritor, un científico, un filósofo,
pero también cualquiera que aspire a alcanzar lo mejor de sí mismo, o un buen
gustador de la vida, es el que prolonga de algún modo su infancia, y de algún
modo su inocencia. Después, con los años, con la observación, con el estudio,
cada cual a su modo llegará a ser un poco sabio. Pues bien, el sabio y el niño
llegarán a formar un magnífico dúo. ¿Y qué puede aportar el niño al negocio
común? Algo esencial para cualquiera que aspire a vivir la vida de primera
mano: la intuición y el asombro. La incansable capacidad de asombro. Del
asombro nace el conocimiento, como nos indica Platón</i>”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Siempre me han sorprendido, desde niño, esas personas que
presumían de saberlo todo, de estar de vuelta de todo, de ser más adultos, más “mayores”
que el resto de sus compañeros. Conozco personas que desde niños querían ser
como sus padres, incluso físicamente, y abandonar ese mundo infantil que les
correspondía por edad. Ahora también me encuentro con gente a la que ya no le
queda nada por aprender, que han perdido esa capacidad de asombro, esa
curiosidad infinita que le lleva a uno a seguir disfrutando cuando viaja,
cuando se enfrenta con lo desconocido, cuando vive, en una palabra. Me cuesta
asimilar esa madurez impostada que en muchos casos lleva a hacer en la vida “<i>lo
que hay que hacer, porque es lo que se debe hacer</i>”, que lleva a muchas personas
a sumergirse de lleno en una situación de infelicidad, simplemente porque han
perdido no sólo esa necesaria prolongación de su infancia, sino también ese
punto de rebeldía que tiene el niño ante lo que no le cuadra. Conozco gente “<i>con
la vida resuelta</i>”, cuando la vida no se resuelve, sino que le resuelve a uno
con los palos que le pega de vez en cuando. Conozco personas que no son capaces
de ver que la vida te puede cambiar en un suspiro, y que de no tener esa
capacidad de asombro, esa curiosidad insaciable por lo nuevo que te pueda
venir, lo vas a pasar fatal por muy maduro que te creas, por muy controlado que
creas que lo tienes todo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El video de José Antonio me ha dado mucho que pensar. Hace
pocos días, una persona de ese mismo club de lectura, que creo con una gran
vida interior, me preguntó si sabía de dónde me venía una supuesta capacidad de
introspección que ella me supone, y que realmente no sé si tengo o al menos no era consciente de que la tenía. Soy consciente
de la insaciable curiosidad que tengo y he tenido durante toda mi vida,
probablemente heredada de mi padre, que a día de hoy, a mi edad, me sigue
impulsando a conocer personas que me puedan aportar conocimientos, sensaciones,
sentimientos, alegrías y tristezas. Soy consciente de la capacidad de asombro
que me produce todavía a día de hoy tirarme a la piscina por alguien que me
parezca interesante, y que el riesgo de que salga mal me importe mucho menos
que la oportunidad que posiblemente me hubiera perdido de no haberlo hecho, porque hasta esas cosas que salen mal
forman parte de la vida, y te asombran, y te enseñan a seguir tirándote a la
piscina las veces que haga falta, porque el problema surgirá, y también soy
consciente de ello, cuando se disipe la curiosidad por conocer personas,
lugares, momentos memorables, y se me quiten esas ganas de tirarme a la
piscina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Soy consciente, en definitiva, de que mi alma de niño sigue
intacta, a pesar de todo lo vivido, de todo lo sufrido, de todas las alegrías y
tristezas que he tenido, o precisamente gracias a todo eso. Soy consciente, y
eso me asombra, de que mi curiosidad no sólo no disminuye, sino que se hace más
potente a medida que pasan los años. Me asombro de mí mismo y me asombran los
demás, con sus alegrías, sus tristezas, y su vida, y creo, sinceramente, que
ese asombro, y esa curiosidad, son los que mantienen mis ganas de vivir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Creo que nunca he dejado de aprender, porque nunca he dejado
de ser niño, y cuando soy capaz de descubrir, mediante una conversación, o por
una sonrisa, o por un repentino brillo de ojos ante una determinada frase, al
niño o la niña que se sienta a mi lado, o pasea junto a mí, soy feliz, y me
asombro, porque me siento vivo, y me siento entre los míos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div>
</span><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-36121361699950054352023-01-21T01:02:00.002+01:002023-01-21T12:38:50.931+01:00COSAS DE LIBROS. COSAS DEL ALMA<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJwYkfmtHu_HdH0oP0BvgKBzvFJX1ReCbwMk-1xtGIMVL7at8putBs-jt2b7pX7eam5aHACUQaNgiNaEAFYsCzWLWgQzHgk4PK54EYnQxMOqqKhFUGDyk5dzDMpRJTd7Ry2P5fDzUtbRk6kK1LerfIY6aGPde4k6cClDGOidWwPM13N-RiqYEAUsZN/s1941/IMG_20230115_193114_158.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1941" data-original-width="1553" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJwYkfmtHu_HdH0oP0BvgKBzvFJX1ReCbwMk-1xtGIMVL7at8putBs-jt2b7pX7eam5aHACUQaNgiNaEAFYsCzWLWgQzHgk4PK54EYnQxMOqqKhFUGDyk5dzDMpRJTd7Ry2P5fDzUtbRk6kK1LerfIY6aGPde4k6cClDGOidWwPM13N-RiqYEAUsZN/w320-h400/IMG_20230115_193114_158.jpg" width="320" /></a></div><br />En cada uno de los días de mi vida, desde que tengo uso de razón, en algún momento de la noche me ha arropado un libro. Cada día, desde siempre, incluso en los momentos más tristes y duros, cuando dormía en el sofá de la habitación del hospital en el que estaba ingresada Pilar, con esa extraña sensación de no poder o no querer dormir por si ella necesitaba repentinamente algo. Pues incluso en esas noches, esas muchas noches en ese sofá, en algún momento me arropó un libro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Tengo muchas cosas que agradecerle a mi padre. Infinidad de ellas. Podría vivir una vida entera dedicada exclusivamente a agradecerle la forma en que me construyó, los valores que me inculcó, y la libertad de pensamiento y obra que supo transmitirme, no sé todavía, y creo que no lo sabré nunca, si consciente o inconscientemente. Una de esas cosas a agradecer es la encantadora manera con la que consiguió que me interesara por la literatura, por los libros, por los tebeos. Me contaba a su manera el libro que preside esta entrada. Como si fuera un cuento, recorría con su dedo la ruta que siguió Ulises en su viaje, y justo cuando se suponía que iba a llegar a Ítaca, y el Dios Eolo desvió su barco con una tempestad, mi padre decía “<i>mira, parece que va a llegar, ya está llegando, ya va a volver a ver por fin a Penélope y a Telémaco, pero espera… ¡Noooooo…!! ¡¡Eolo está soplando, la tempestad lo aleja!! Y vuelta a empezar</i>”, y señalaba con su dedo justo la curva que estoy señalando yo en la fotografía, dibujada en el interior del libro. En mi recuerdo, ese libro fue el primero, y con ese libro nos pasamos mi padre y yo las horas muertas, leyendo y analizando los dibujos, sufriendo cuando el cíclope Polifemo se come vivos a unos cuantos compañeros de Ulises, y disfrutando cuando Ulises consigue por fin llegar a Ítaca y saluda a su perro Argos y a su fiel criado Eumeo. </span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh73lxzYmx06tc1hQY2qbpfRHvGlkqX-hZcusArdkJmzEgYLxQT8N960eXAZCwS70CTBsO4zkurtr78YNWbaKieaMjvPxch7uCNnT9kjAE0RqrRuAl6IFqQiAxcD9YDhK8ZZ8UxcsFhNI65JeVrfbXVpx8z6K2qqshjnGBhi3H1oAWYczu5nCxmdOcZ/s2337/20230120_235444.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1169" data-original-width="2337" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh73lxzYmx06tc1hQY2qbpfRHvGlkqX-hZcusArdkJmzEgYLxQT8N960eXAZCwS70CTBsO4zkurtr78YNWbaKieaMjvPxch7uCNnT9kjAE0RqrRuAl6IFqQiAxcD9YDhK8ZZ8UxcsFhNI65JeVrfbXVpx8z6K2qqshjnGBhi3H1oAWYczu5nCxmdOcZ/w640-h320/20230120_235444.jpg" width="640" /></a></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Después vendrían más, muchos más libros. Y tebeos, infinidad de tebeos. De hecho, hubo más tebeos que libros, lo que de alguna manera inquietó a mi padre hasta el punto que un día se las arregló para entrar al patio del colegio en el que yo cursaba, con ocho años, tercero de primaria, y coger por banda a don Jesús, mi profesor, para decirle que su hijo le preocupaba porque leía muchos tebeos. Don Jesús, sin inmutarse, le contestó “que lea tebeos, o libros, es indiferente. Lo importante es que lea”, dejando a mi padre mucho más tranquilo ya para siempre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Para mí, ir de visita a casa de mis primos, consistía sobre todo en coger un libro o un tebeo de su librería (mis primos también han sido siempre muy buenos lectores), y aislarme en un sillón leyendo, y rezando para que la visita no terminara antes de que yo acabara mi lectura. Y lo más curioso es que no recuerdo que nadie nunca me recriminara esa especie de insociabilidad congénita. Mis tíos y primos ya parecían tener asumido que nada más llegar iba a sacar de debajo de la cama de mi prima el cajón de madera repleto de tebeos antiguos de Bruguera, tales como Tío Vivo, Pulgarcito o DDT, a dos colores, o los libros gordos de PELÍCULAS de Walt Disney con el lomo blanco con letras doradas en casa de mis otros primos, y me sentaba para devorarlos sin ninguna consideración. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Recuerdo una charla que Emilio Duró nos regaló a todo el personal de mi empresa. Además de las muchas ideas motivadoras que nos transmitió, se me quedó grabado lo que dijo acerca de las personas más o menos positivas, con más o menos un buen nivel de autoestima, de equilibrio anímico. Dibujó una línea recta en la pizarra, que representaba la trayectoria mental de una persona positiva. De repente bajó la línea en picado. “<i>Aquí aparece un momento fatal, una tragedia, un suceso incontrolado en la vida de nuestra persona positiva, y la moral se va por los suelos, aparece la ansiedad, la depresión, la tristeza. La persona toca fondo, pero por poco tiempo. Nuestra persona, más tarde o más temprano, irá recuperando poco a poco su manera de ser (en ese momento dibujaba con la tiza la línea hacia arriba), hasta alcanzar el mismo nivel de felicidad que tenía antes de la tragedia, del tremendo mazazo que le ha dado la vida. Y siempre, pase lo que pase, y se hunda lo que se hunda, acabará remontando y recuperando ese nivel</i>”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Creo que en mi caso siempre se ha cumplido esa regla, y de hecho, se ha vuelto a cumplir. El año pasado, después del verano más feliz y completo de mi vida, que da para otra entrada o incluso para una buena novela, tuve un periodo de cierto bajón, en el que a veces me levantaba con la famosa frase “<i>Buenos días, tristeza</i>”, con una sensación, y me he dado cuenta ahora que por fin he conseguido volver a coger la perspectiva que siempre he tenido sobre mi propia vida, de una ligera pérdida de autoestima, de confianza en mí mismo. Como digo, ni siquiera he sido consciente de ello hasta ahora, y lo soy porque he alcanzado otra vez, como tantas otras veces a lo largo de mi vida, la línea horizontal de mi felicidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Alguien me preguntó, precisamente en ese periodo de cierta pérdida de confianza en mí mismo, si era feliz, y la verdad es que no contesté, o contesté de mala manera. Ahora soy consciente que sí, que soy feliz, y que también era feliz en ese momento, si bien posiblemente debido a la incertidumbre del trabajo era feliz un ocho en una escala de cero a diez, y era feliz porque en algún momento de la noche, durante mi estado de duermevela o en la inconsciencia, un libro me arropaba.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Salvo en esos períodos, normalmente cortos, en los que, por lo que sea, por las circunstancias o los hechos que me rodean, no soy consciente de que soy feliz, el resto del tiempo, como ahora, creo que lo soy plenamente. Hasta en esos momentos ligeramente tristes, sé que más tarde o más temprano volveré a ser el que era, el que he sido siempre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">¿Y cómo consigo recuperarme más o menos rápido, más o menos bien, más o menos airoso, de esos períodos de tristeza? Hace bastantes años, cuando sucedió lo de Pilar, llegó un momento en que creía que no podía más, en que me costaba un mundo levantarme y afrontar el día a día, y fui a una psicóloga. A la tercera visita me dijo “<i>tienes recursos de sobra para afrontar y superar tu tristeza. No te hace falta un psicólogo</i>”. Salí de allí entre aturdido y relajado. Aturdido porque no era consciente de tener recursos para remontar, y tranquilo porque, si lo decía un profesional, debía de ser verdad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ahora soy más consciente de esos recursos. El año pasado sufrí un mazazo relacionado con el trabajo, y lo superé visitando una exposición de pintura en la Casa de vacas del Retiro. Esa fase de tristeza que he mencionado que tuve a finales del año pasado, relacionada en parte precisamente con el trabajo, la he remontado gracias a mis charlas con Chateaubriand, a compartir las miserias y grandezas de Rafael Chirbes, a comentar con Timandra sus encuentros con Alcibíades, y a la contemplación de la belleza en bastantes, muchas exposiciones. También me han acompañado en mi penar Delibes, Flotats, y los delirantes personajes de Harold Pinter que integran ese “<i>Retorno al hogar</i>” que te deja de todo menos indiferente. He caminado por mis sombras al lado de Kit, y del mismo modo que ella, cuando abandona el fuerte en el que ha muerto Port, su marido, y emprende su aventura con los hombres azules por las arenas del Sáhara. Además de la familia, como siempre, me han arropado los libros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">No es una fórmula, no es la panacea, no trato de escribir un tratado psicológico para superar la tristeza. Funciona en mi caso, porque lleva funcionando toda mi vida, pero no sé si funciona en otras personas. Lo que sí puedo decir, porque creo que es así, es que no solamente somos lo que leemos, sino que lo que leemos nos ayuda a recuperar el sentido de nuestra vida cuando por alguna razón se desvía. Y si por alguna razón, por alguna extraña circunstancia, perdemos temporalmente esa comunión con la lectura, no debemos preocuparnos, porque algo de todo lo que hayamos leído a lo largo de nuestra vida vendrá a arroparnos cada noche, hasta que recuperemos nuestra verdadera esencia, nuestra verdadera alma.</span></div>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-70447286876627566102022-12-24T12:46:00.002+01:002022-12-24T12:46:56.836+01:00LONDRES, MIES Y EL PRÍNCIPE CARLOS. Presentación COAM 21/12/2022<p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp9anO4uRNtytsGG3mplJc-fASUj8QNo5m0_1kv7-rUnbuhoHa-Hf-k0FDpBJ7eemiTjW_EM1m7uqN89Q6Q59yME1gpSSFpIpTqMJtw6ggXyLHP6sSVXvVLjG7BnpkznQrLCf2Ayok_Jsh3qFtcbGFV7lDTVXwsNp36zhi3ZovqCRLvE9iawAlbksz/s953/Screenshot_20221222-001738_Instagram%20(1).jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="953" data-original-width="720" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp9anO4uRNtytsGG3mplJc-fASUj8QNo5m0_1kv7-rUnbuhoHa-Hf-k0FDpBJ7eemiTjW_EM1m7uqN89Q6Q59yME1gpSSFpIpTqMJtw6ggXyLHP6sSVXvVLjG7BnpkznQrLCf2Ayok_Jsh3qFtcbGFV7lDTVXwsNp36zhi3ZovqCRLvE9iawAlbksz/w303-h400/Screenshot_20221222-001738_Instagram%20(1).jpg" width="303" /></a></span></div><span style="font-family: times; font-size: medium;">El
miércoles 21 de Diciembre fue un día duro en el trabajo. De hecho, no estaba
mentalizado del evento hasta que G, un amigo y vecino con una gran inquietud
cultural y literaria, me llamó a las seis de la tarde con la duda de si se
tenía que inscribir o no en la página del COAM para poder asistir a la
presentación. Fue justo en ese instante cuando empecé a tomar conciencia de lo
que me esperaba, cuando dejé de lado los problemas del trabajo para empezar a
pensar en el evento. De camino al COAM, de forma precipitada, marqué en el
folio que había impreso los párrafos más interesantes, las impresiones que
creía que debía contar. Con eso ayudaba también a neutralizar el hipotético
nerviosismo que en teoría debería sentir, y que sin embargo, para mí sorpresa,
no terminaba de aparecer. A ratos me convencía de que se me iba a ir la voz, o
que iba a empezar a sudar, o que iba a soltar una cagada de tal calibre que se
iba a arruinar la charla por mi culpa. Nada más salir del metro me compré un
paquete de caramelos Halls de los más fuertes y me comí dos de golpe, para
neutralizar la hipotética pérdida de voz.</span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Cuando llegué, me
sorprendió la poca actividad en el COAM, la tranquilidad y la penumbra. De
hecho, además del vigilante de la entrada, sólo estaba G, terminando de ver la
interesante exposición de Molezún, y descubriendo que en una de las vitrinas
habían equivocado las etiquetas de dos objetos relacionados con la navegación.
Nada más saludarle entraron también mi hermano y mi madre, a la que me hizo
mucha ilusión ver, y después de presentarlos subimos al aula 5, justo al lado
del auditorio, en la segunda planta. En una mesa en el exterior había dejado ya
Sergio unos cuantos libros. El COAM había proyectado una imagen del libro justo
detrás de la mesa desde la que íbamos a hablar. El aula 5 me pareció muy
cómoda, acogedora, muy adecuada para la presentación, con una luz tenue que
infundía calma. Hablábamos casi en susurros, tal era la perfecta acústica del
lugar, mejorada también por la ausencia, como ya he dicho, de público en
general. Daba la impresión que el COAM había abierto esa tarde exclusivamente
para nosotros.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">En ese momento sólo
estaban Sergio, algunos amigos suyos, y miembros de mi familia, además de G y
alguna que otra persona que había acudido por su cuenta. Sergio me presentó a Fernando,
arquitecto y vocal del COAM, la persona que le había gestionado la
presentación, un hombre muy amable y muy volcado en los temas culturales. A
medida que iba llegando más gente, me iba poniendo más nervioso. Al filo de las
siete y cuarto nos sentamos por fin para empezar. Fernando nos presentó uno por
uno a Dani, el amigo de Sergio que iba a hacer de moderador, a Sergio y a
mí. Se hizo el silencio entre el público, que en ese momento ya
llenaba el aula, y Dani comenzó su presentación. Le hizo una indicación a
Sergio, y Sergio comenzó a hablar.<br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiis-uWi0R5eIs9MUZEJ_BkW1A4VNGVwrUa8zOnoMhnsUufz-yXWFhH_1ZuwFEf2fbGkjTeygIwZ2qOffTBp66CqvbsdfyPPuTQ233YWsd9liFeGlWEweJoQLGET-lGAeFZGx7hU-UAMoVm-OiHKA57yziWekomnLr_RzTzwM7ilnjlWJATvSU85W60/s952/Screenshot_20221221-225159_WhatsApp.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="952" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiis-uWi0R5eIs9MUZEJ_BkW1A4VNGVwrUa8zOnoMhnsUufz-yXWFhH_1ZuwFEf2fbGkjTeygIwZ2qOffTBp66CqvbsdfyPPuTQ233YWsd9liFeGlWEweJoQLGET-lGAeFZGx7hU-UAMoVm-OiHKA57yziWekomnLr_RzTzwM7ilnjlWJATvSU85W60/s320/Screenshot_20221221-225159_WhatsApp.jpg" width="242" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">En aquel momento,
justo en ese instante, noté con fuerza que algo muy importante estaba
sucediendo en mi interior. Algo que todavía hoy, al escribir estas líneas, me
emociono profundamente al recordarlo. </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Al ver, al sentir, el
aplomo de Sergio, la comodidad con la que hablaba, la facilidad para expresar
lo que le había empujado a emprender con su libro esa aventura, ese viaje, se
me escabulló el nerviosismo en el alma, se disipó por completo, para dejar su
lugar a la paz, a la comodidad, a la tranquilidad. Fui plenamente consciente en
ese momento de que Sergio me estaba transmitiendo directamente su serenidad, su
plena confianza en lo que estaba haciendo. Fui plenamente consciente, una vez
más, de que de nuevo, como en muchas otras ocasiones en los últimos años,
estaba aprendiendo de mi hijo, lo que para mí constituye el máximo orgullo que
puede sentir un padre.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Cuando Dani se dirigió
a mí para hablar del prólogo, eligió sin duda el párrafo que más me gustó
escribir del mismo, ese en el que, mirando a Sergio mientras estudiaba un panel
en el RIBA, en Londres, emprendí un viaje al pasado en el que rememoré el principio,
el origen de la vocación de Sergio que nos había llevado finalmente hasta ese
momento, hasta ese viaje a Londres en el que disfrutamos de nuestra profesión y
de otras muchas cosas. Después de leer ese párrafo, Dani me cedió la palabra y hablé
tranquilo, sereno, simplemente porque estaba hablando de lo que más me gusta:
mi vocación, y la vocación de mi hijo. Y mientras hablaba, y mientras veía que
la gente escuchaba, muchos de ellos con una sonrisa, sentí que estábamos
viviendo un momento mágico, uno de esos momentos que jamás olvidaremos.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWjQch9VVTqT8b6hOntTijFiuyHMyiBFRjy8XhY7b2Agmtmf9f-x75kgtQW5cY-Q6XYVsoHOXnIQoKLGUWFuD_DfEEYvqEHB5BavZCBfGfXKmc60BH0Kx1S2uDdopXR8AtYwVsM32nBEnNi9P9DqiwGZxMhkQvfFbcsKM42PnCMgDWtJ1uoDR3w-KR/s950/Screenshot_20221221-225310_WhatsApp.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="950" data-original-width="720" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWjQch9VVTqT8b6hOntTijFiuyHMyiBFRjy8XhY7b2Agmtmf9f-x75kgtQW5cY-Q6XYVsoHOXnIQoKLGUWFuD_DfEEYvqEHB5BavZCBfGfXKmc60BH0Kx1S2uDdopXR8AtYwVsM32nBEnNi9P9DqiwGZxMhkQvfFbcsKM42PnCMgDWtJ1uoDR3w-KR/w304-h400/Screenshot_20221221-225310_WhatsApp.jpg" width="304" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Hablamos también de
cine, de "El manantial", de "El nadador". Hablamos de las
ciudades que nos gustan, de los lugares mágicos que hemos visitado, de música,
de sentimientos, de pasiones, de un sin fin de elementos que probablemente no
tengan nada que ver con nuestra pasión, que es el arte y la arquitectura, o
quizá sí, porque es posible que sin todos esos elementos nuestra pasión hubiera
sido difícilmente alimentada.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Me sentía a veces uno
con mi hijo, compartiendo vivencias y conceptos que parecían interesarle al
público asistente. Dani llevaba la moderación de una manera magistral, haciendo
preguntas y provocando un debate que venía al hilo de la idea que quiere
transmitir Sergio con su libro. Hablamos mucho de la vocación (como condena, o
salvación, según matizó muy bien Dani), de lo que el libro consigue provocando
a cada momento la inquietud del lector, invitándole a seguir las innumerables
referencias de libros, películas, mapas de ciudades y hasta música, de la apelación
a la libertad de pensamiento de cada uno, o al menos del sentido crítico, para
elegir ciudad, para elegir el lugar en que vivimos. Hablamos mucho de la
profesión, del papel del arquitecto en todo esto, de la transgresión por un
lado, o de la aceptación por otro del camino fácil, academicista y sometido a
las corrientes más conservadoras. Hablamos de muchos temas, y leí la referencia
a Jacobs que escribe Sergio en el epílogo del libro, en la que el autor invita
a pensar por uno mismo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #333333; font-family: times; font-size: large;">“</span><i style="font-family: times; font-size: large;">Jacobs, al final de su ensayo, proponía soluciones específicas para
reconectar con ese espacio urbano que las ciudades parecían haber perdido. Al
contrario que ella, más osada y directa, lo que pretendo con este epílogo es
que penséis en las ciudades en las que vivimos, que penséis en el papel que
estáis teniendo en decidir cómo se desarrollan</i><span style="font-family: times; font-size: large;">”</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Porque eso, y no otra
cosa, pretende Sergio con su libro. Que cada uno piense por sí mismo, sin
dogmas, sin prejuicios, sin pensamientos preconcebidos. Algo, y no me cuesta
nada admitirlo, que tanto Sergio como yo llevamos haciendo toda nuestra vida.
De ahí, probablemente, nuestra visión vocacional no sólo de la Arquitectura, de
nuestra profesión, sino de todo lo que nos rodea.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Alguien nos dijo,
después de los aplausos y las felicitaciones, "</span><i style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">habéis sabido transmitir
perfectamente vuestra pasión por lo que hacéis</i><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">". Creo que esas
palabras son el mejor regalo que me han hecho en mucho tiempo, porque me parece
muy complicado transmitir lo que sea, pero también creo que el miércoles,
después de los nervios, y además de las palabras, también hubo magia. La magia
que supieron desarrollar durante bastante más de una hora, con su simpatía, su
entrega, su pasión y su profesionalidad tanto Sergio como su amigo Dani.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">El único problema de todo
esto es que lo pasamos tan bien, nos sentimos tan a gusto, tan cómodos, tan motivados hablando de lo que nos entusiasma, que ya estamos contando los días, las horas,
para hacer la siguiente presentación. Esto no ha hecho más que empezar.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Quiero dedicarle con
todo mi cariño, mi admiración y mi agradecimiento esta entrada a Fernando Landecho,
arquitecto y vocal del COAM, por todas las facilidades, por su presentación, por
su amabilidad, por haber estado atento en todo momento a la charla, y quiero
dedicársela porque gracias a personas como él se materializan los sueños de personas
como mi hijo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background-color: transparent; color: #222222; font-family: times; font-size: large;">Y por supuesto, se la dedico
también a Dani, gran profesional y mejor persona, porque también aprendí mucho de él el otro día. Con todo mi cariño, mi afecto y mi admiración, Dani, gracias por la magia que supiste desarrollar.</span></p><span style="color: #222222; line-height: 107%;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></span></div></span>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-51046933903440717032022-11-27T18:57:00.005+01:002022-11-27T18:59:52.589+01:00PARIS, 1940. FLOTATS Y "LOS PORTADORES DE LA LUZ"<p><span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 12pt; text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTPdjh0dsJ8-eGcj8PashPd-hWJtHi_KfZTIU3E7OReE3TSvTOeCfDD1jc2tRjYmEFYYl-xKciO76ReZCPs8Vsv4wVxMcNnK3pretEKAWSBJAjTjRP2ALPnJlYH5a9jYqW1P665ueQ4138tNxZygKKmacmexGlvkBcOPlSs5DWf9gf7TqQx01NV20D/s575/TEATRO-MADRID-paris_1940-400x575.webp" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="575" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTPdjh0dsJ8-eGcj8PashPd-hWJtHi_KfZTIU3E7OReE3TSvTOeCfDD1jc2tRjYmEFYYl-xKciO76ReZCPs8Vsv4wVxMcNnK3pretEKAWSBJAjTjRP2ALPnJlYH5a9jYqW1P665ueQ4138tNxZygKKmacmexGlvkBcOPlSs5DWf9gf7TqQx01NV20D/w279-h400/TEATRO-MADRID-paris_1940-400x575.webp" width="279" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">De nuevo la magia del teatro. De nuevo la magia de
Flotats. Teatro en estado puro, teatro dentro del teatro. A partir de un texto
de Louis Jouvet, que escribió en 1940 durante sus enseñanzas en el
Conservatorio de París a jóvenes actores, Flotats ha creado un espectáculo
magnífico en torno al mundo del teatro, en torno al maestro que mientras enseña
a su alumna la forma de interpretar el papel de doña Elvira del don Juan de
Moliere (uno de los menos representados y sin embargo bellísimo), nos habla del
trabajo, del esfuerzo, de la técnica teatral, del sentimiento que tiene que
inundar el alma del actor por completo para que su interpretación sea
verdadera, y pueda atrapar al público. Nos habla, en definitiva, de la vida, de la superación</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">, y
de lo que la fuerza de la dedicación personal a un oficio le puede aportar.</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;">Se trata de una obra estructurada en siete lecciones impartidas por el
maestro Flotats a sus alumnos, en especial a Claudia, que interpreta el papel
de una Elvira empeñada en salvar a don Juan del abismo, a lo largo del año
1940, fecha en que se produjo la invasión de París por las tropas nazis. En la
primera lección el espíritu es jovial, alegre, desenfadado. El maestro y sus
alumnos disfrutan de su aprendizaje, y la música que acompaña la escena, al
principio y al final, es suave, compuesta canciones francesas ligeras de
aquella época. Una música que se va endureciendo, salpicada de discursos y
marchas nazis, a medida que va avanzando el año. Claudia sigue interpretando su
escena, la misma escena, unas veces mejor y otras peor, mientras don Juan y su
criado apenas hablan. Las interrupciones de Flotats para analizar la
interpretación de la chica se van espaciando cada vez más, a medida que la
mejora de la joven actriz se va haciendo cada vez más evidente. Poco a poco,
clase a clase, escena a escena, la tristeza se va adueñando de los cuatro
personajes, del mismo modo que las tinieblas y la oscuridad se abaten sobre
todo lo demás. En un momento dado, a alguien se le ocurre que es una buena idea
colocar una enorme bandera, símbolo del opresor, en el lugar en que el profesor
y sus alumnos trabajan, y eso pesa como una losa sobre ellos. Pero aún así, las
clases continúan. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7UK1lX11h9t2ihWB0DbKpZaSYQhQGJRmlHnjQ2zXYdDuW_YTSdPuKMd-0mf6Y66UZwJZo3V-0A6UsdcroHzXzw_tFu7MpgpZnBytviUmmtqjJDaqOWJHvHgZEn0GQfAggn5UqI9DCTeQ1WGwbN8HMz0GbqkGgarMxDP5n9veZioTWOFUk5Ovf_b9O/s366/2.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="366" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7UK1lX11h9t2ihWB0DbKpZaSYQhQGJRmlHnjQ2zXYdDuW_YTSdPuKMd-0mf6Y66UZwJZo3V-0A6UsdcroHzXzw_tFu7MpgpZnBytviUmmtqjJDaqOWJHvHgZEn0GQfAggn5UqI9DCTeQ1WGwbN8HMz0GbqkGgarMxDP5n9veZioTWOFUk5Ovf_b9O/s320/2.jpg" width="320" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Cerca ya del final, Flotats pronuncia las palabras que dan título a esta
entrada. "Y recordad que habéis estudiado</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">en la escuela de la República,
laica y libre, y que siempre seréis los portadores de la luz". Porque es
cierto. Los cuatro personajes que declaman, que aprenden a actuar, que se
emocionan ante las enseñanzas de un maestro que se emociona a su vez con los
progresos de sus alumnos, que tiene a Moliere como patrón y que imita a los
actores endiosados de su época, incapaces de no interpretarse más que a sí
mismos, con una gracia que no deja indiferente, son portadores de luz frente a
las tinieblas del nazismo que se van a abatiendo sobre todas las cosas.</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;">Al parecer Flotats se ocupa de todo en cada uno de sus montajes. De la
música, de la iluminación, de la puesta en escena. Los cuatro actores declaman
en vivo, sin ampliación, y se les escucha perfectamente. Me pareció increíble,
grandiosa, la interpretación de Natalia Huarte, llena de emotividad y una
profesionalidad sobre el escenario que denota muchos años de experiencia y de
esfuerzo sobre él. Resultan encantadoras también las continuas alusiones de Flotats
al público, señalándole mientras les dice a sus alumnos "si no tenéis
sentimiento, si no sois vuestro personaje, el público se aburre", algo que
desde luego no ocurre en un espectáculo que dura hora y media y sin embargo se
pasa volando.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXEDCW__j6kqBdjFYYM_G7eQFqnr3LmEjWN0t7Rr2GiZeF4Nblp5gjxT-diBRGoD9aaPlJbDhGK4n8WKYet8MHGPlDUSapzOQpm_q1d0gO3yAPztU4njkzaJSsTjZygI1xDQ5Mpbzht02rp33ymm4ryD11vFXSGi7mQUJ0c2P22xKYxL47wsxl8t2v/s1280/4.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXEDCW__j6kqBdjFYYM_G7eQFqnr3LmEjWN0t7Rr2GiZeF4Nblp5gjxT-diBRGoD9aaPlJbDhGK4n8WKYet8MHGPlDUSapzOQpm_q1d0gO3yAPztU4njkzaJSsTjZygI1xDQ5Mpbzht02rp33ymm4ryD11vFXSGi7mQUJ0c2P22xKYxL47wsxl8t2v/s320/4.jpg" width="320" /></span></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;">El final es sobrecogedor. Poco antes hemos visto a los alumnos y al
profesor escuchar atentamente en el gramófono a una antigua cantante
interpretando una hermosísima aria de Handel, como una especie de contrapunto y
acceso de rebeldía de profesor ante canciones nazis que ya lo impregnan casi
todo. Se trata de la última lección, y la interpretación de Claudia de la
escena de don Juan es perfecta. El epílogo, sin palabras, de una fuerza y un
mensaje brutales, me hizo llorar literalmente en la butaca. Es un final que
jamás olvidaré.Es el final, sin duda, que provocó, junto al resto de la obra,
por supuesto, que casi todo el público que inundaba la sala se pusiera en pie a
aplaudir al maestro y a sus alumnos, que tuvieron que salir cuatro veces a
saludar</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;">Resulta inquietante hoy en día el mensaje tan actual que emana de una obra
de 1940. Resulta muy triste que a la cultura, al arte, al esfuerzo y a la
superación de cada uno se le siga dando la mínima importancia para darle la
máxima al enfrentamiento, la ignorancia, la intolerancia y la oscuridad. Lo
dice muy bien el mismo Flotats:</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222;">"</span><i style="color: #222222;">Creo acertado y oportuno, en estos momentos en que la sociedad,
cada vez más olvidadiza de su historia, parece resaltar como ejemplo y valor
máximo el discurso hipermediático, rápido y masivo, que le ofrece la
digitalización, los tweets y las fake-news, gracias al big data, big pharma y
big finances, pararse a reflexionar sobre nuestro arte dramático.</i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Protundizar en él no únicamente a los que practicamos su aprendizaje, sino
también hacia el público que lo recibe en vivo. Cuestionarnos sobre nuestro
oficio, sobre nuestra realización, a través de él o gracias a él</span></i><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222;">".</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #222222; font-family: times; font-size: medium;">Una obra para disfrutar, para saborear, para reflexionar, para sentir. Una
obra para aprender algunos aspectos muy importantes sobre el teatro, que no es
en definitiva más que un camino muy adecuado para entender la vida</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-4303040615229935372022-10-10T22:47:00.000+02:002022-10-10T22:47:53.534+02:00PERSONAS DE ALBAIDA. PERSONAS DE MADRID<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKpwOhgm7sDdBz39g7pnuDSb2M8Dtx9tA1LCpgPxQGSGEIgFCjdvtalQkaQ5s226ngM8DIszsfczc3MxsQwzC5XyDNlYD9zbee5HkkAwp3kXKxak1Yjf3b3Q6ICJiX6vzVrhuAFOZ57F2_6b_1xDsnVzCy0nSFSvUDZL7joaWRWA9_P7yFVdSrGQ5d/s1983/IMG-20221010-WA0086.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1176" data-original-width="1983" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKpwOhgm7sDdBz39g7pnuDSb2M8Dtx9tA1LCpgPxQGSGEIgFCjdvtalQkaQ5s226ngM8DIszsfczc3MxsQwzC5XyDNlYD9zbee5HkkAwp3kXKxak1Yjf3b3Q6ICJiX6vzVrhuAFOZ57F2_6b_1xDsnVzCy0nSFSvUDZL7joaWRWA9_P7yFVdSrGQ5d/w400-h238/IMG-20221010-WA0086.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">El dueño de La Casona de Albaida
nos había recomendado dejar el coche en la estación, porque nuestro alojamiento
estaba muy cerca de allí. Recorrimos apenas cien metros hasta las dos casas que
habíamos alquilado, y nada más dejar bolsas y maletas subimos <br />aquella calle
tranquila, completamente silenciosa y vacía, que no nos hacía presagiar nada en
absoluto de lo que nos esperaba. Éramos seis, las primeras seis personas de Madrid,
y no todos nos conocíamos todavía. <o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Esa calle desembocaba en la
plaza. Nada más llegar, sobre las ocho, vimos salir de la Iglesia la procesión
de la Mare del Deu del Remei, patrona de la ciudad. Poco público todavía, pero
muy entregado, muy atento al descenso de la Virgen por la puerta del Palacio de
los Marqueses de Albaida, el edificio más emblemático del lugar. La mayoría de
la gente vestía para la ocasión, de una forma elegante. Visitamos la iglesia, muy
bonita, medio vacía todavía, y después dimos una vuelta por los alrededores.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWCJFbPUbobUnNtn003PxtzXg3I-fZsKXW48m3VlM8AfIes50RdKWmwr7mBitEumhpdHfUjE4_ol59GPtFUk52A3CwrhzMnpz_RxuiOcARtTQwCVwmzqH9a6LJdHQ-IgzqWB9g39HyOZaVAHsMguEnLBJSG18YpRDu-u9RjbHjczxcDSYuwNfT0trT/s292/IMG-20221010-WA0087.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="224" data-original-width="292" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWCJFbPUbobUnNtn003PxtzXg3I-fZsKXW48m3VlM8AfIes50RdKWmwr7mBitEumhpdHfUjE4_ol59GPtFUk52A3CwrhzMnpz_RxuiOcARtTQwCVwmzqH9a6LJdHQ-IgzqWB9g39HyOZaVAHsMguEnLBJSG18YpRDu-u9RjbHjczxcDSYuwNfT0trT/w400-h307/IMG-20221010-WA0087.jpg" width="400" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">N se puso en contacto con nosotros,
y nos encontramos en la plaza. Nos invitó a entrar en la iglesia, que se
llenaba cada vez más deprisa, y nos llevó hasta el mismo altar, desde donde
teníamos una visión privilegiada de todo lo que iba a ocurrir. La música
acompañó la llegada de la Virgen. Desde la tribuna superior, algunas personas
de Albaida tiraban pétalos de rosa. Cogí uno, y era real. Una chica que estaba
a mi lado me miró, y sonriendo, me dijo “sí, son de verdad”. A mi lado, un
hombre trajeado que me observaba mientras hacía fotografías, me
explicó, también con una sonrisa, y con la emoción a flor de piel, la historia,
el significado de todo aquello. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Aquel hombre no me conocía de
nada, pero sin saberlo, o probablemente sí, me estaba transmitiendo con sus
palabras, con sus expresiones, con su devoción, la emoción que estaba sintiendo
en aquel momento. Una emoción que tenía desde niño (me contó que cuando
era monaguillo a veces Segrelles le daba un duro), y que estaba compartiendo
conmigo sin ninguna traba, sin ninguna vergüenza, con absoluta generosidad. Una
persona de Albaida, inoculando su alma a una persona desconocida de Madrid. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Y en ese momento fue cuando supe
que esos días iban a ser mágicos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Cuando salimos de la Iglesia se
agregaron a nosotros otras dos personas de Madrid, además de V, el marido de N.
Bajamos de la plaza hacia la zona nueva, a la casa de M y D, otros amigos de
Albaida. En el camino, V, una de las personas más entusiastas y orgullosas de
su cuna que conozco, nos explicaba la transformación que había sufrido la
ciudad en aquella zona, al tiempo que le metía prisa a N y al resto, porque no
nos iba a dar tiempo a llegar al castillo de fuegos.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMq5WB6bSJZTM2ImzUvctAxq8PicUazX8COvf5o5fqjjJjVNxkhK-PjTB5E1lT2tRE0A52OnmbmQsMlLbmueIPu5ZUpESaj-kFhV9U5svBi6eewshe0AgcPpQSRsn4RavNQU-HzoD66LPakUjtmElTE2XZMhuSdAEPziUULLcygzXSdt8bJ9tirq4D/s501/Screenshot_20221010-220539_WhatsApp.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="326" data-original-width="501" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMq5WB6bSJZTM2ImzUvctAxq8PicUazX8COvf5o5fqjjJjVNxkhK-PjTB5E1lT2tRE0A52OnmbmQsMlLbmueIPu5ZUpESaj-kFhV9U5svBi6eewshe0AgcPpQSRsn4RavNQU-HzoD66LPakUjtmElTE2XZMhuSdAEPziUULLcygzXSdt8bJ9tirq4D/w400-h260/Screenshot_20221010-220539_WhatsApp.jpg" width="400" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">M y D nos recibieron en su casa
con alegría, orgullosos de tenernos entre ellos. Rápidamente nos colocamos en
la terraza, cuando el castillo de fuegos ya empezaba a pocos metros <br />de allí.
Probablemente los fuegos artificiales más espectaculares que haya visto en mi
vida, por su calidad y por el privilegiado lugar desde el que los estaba contemplando. Algunos estallidos de la pólvora hacían retumbar la casa, y de paso
nuestro corazón. Cuando terminaron, no pudimos evitar dar un gran aplauso. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">M y D, sin conocernos a algunas
de las personas de Madrid, nos habían preparado una merienda para tomarla antes
de cenar. Nos abrieron su casa con generosidad, con afecto, con una alegría que
saben transmitir muy bien únicamente las personas que se ocupan y preocupan de
las personas que tienen a su alrededor. La magia continuaba, y continuó durante
la cena en los Arcos, y durante el rato que estuvimos escuchando a la sorprendente
(por su calidad) orquesta Montecarlo. El viernes, a pesar de ser corto, había
resultado muy intenso, y las ocho personas de Madrid nos fuimos a dormir con una
sonrisa y una fuerte sensación de comodidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El sábado comenzó con D, el
marido de M, recogiéndonos en las casas para acompañarnos a desayunar. Nos
estuvo explicando las costumbres, la vida en Albaida, y después nos llevó al
centro para visitar la oficina de turismo y hacer tiempo hasta la hora de comer
en la Filá. En aquel momento llegaron las dos personas que faltaban de Madrid. Éramos diez en total.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La Filá de les Pirates, a la que
pertenecen N y V, habían colocado en la calle mesas alargadas. Por lo que nos
había dicho V, entre miembros de la Filá e invitados éramos unas ciento noventa
personas. El mayor miedo que tenían, dadas las previsiones del tiempo, era que
lloviera y tuviéramos que meternos en el local de la filá, porque no cabíamos,
literalmente. Por suerte no cayó ni una gota de agua. La comida transcurrió con
total normalidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En las mesas conversamos con otras
personas de Albaida que no conocíamos de nada, y N y V nos presentaron también
a algunos amigos suyos. A nuestro lado estaba R, que había trabajado en Madrid y
conocía más lugares para comer que nosotros, y S, su novia, que desde el primer
momento se preocupó de que nos sintiéramos cómodos. También estaba A, primo de
V, que nos explicó las tradiciones, los eventos, y la forma correcta de marcar
el paso en el desfile. Cada dos por tres la banda que comía con nosotros tocaba
una pieza, y rápidamente muchos miembros de la filá se colocaban en la acera,
de espaldas a la fachada, para desfilar al ritmo de la música. <o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifq3qkqOjhWvYBKEsL8sv_8OJ6fX3TnkcdIlFzdJ-o__Ez9Ve99VhwXam0uV54AYauJ39BFmAB3LYtyJZy8ivyZT2L7L_t0rdoGZN3ELWVavvlHBQtfCzpdGSAJwafzVEL7k9bAvJO-yOdkm12NTaQQvZvygtyen_k__ywnMjJQVX2l0bKhsO8ms7b/s211/Screenshot_20221010-220429_Gallery.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="166" data-original-width="211" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifq3qkqOjhWvYBKEsL8sv_8OJ6fX3TnkcdIlFzdJ-o__Ez9Ve99VhwXam0uV54AYauJ39BFmAB3LYtyJZy8ivyZT2L7L_t0rdoGZN3ELWVavvlHBQtfCzpdGSAJwafzVEL7k9bAvJO-yOdkm12NTaQQvZvygtyen_k__ywnMjJQVX2l0bKhsO8ms7b/w400-h315/Screenshot_20221010-220429_Gallery.jpg" width="400" /></a></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Sin saber muy bien por qué, y sin
ninguna timidez, algunos de nosotros quisimos también participar de aquello, y
salimos a desfilar al lado de V y A<br />. Las personas de Albaida, los Pirates,
estaban ejerciendo su magia, y nos integraron de una manera tan elegante y
fuerte en su tradición, que mientras nos movíamos acompasados al ritmo de las
marchas, empezábamos a sentir que, por primera vez en nuestra vida (al menos en
mi caso), estábamos viviendo DESDE DENTRO, y eso es lo más importante que nos ha
ocurrido, la emoción de una fiesta muy arraigada en el alma de quienes la viven.
Poco a poco salimos todos, incluso los dos amigos de Madrid que faltaban, y que en principio no iban a desfilar, y
cantábamos a voz en grito el himno de les Pirates mientras uno de los miembros
más antiguos, ya veterano, nos decía que lo estábamos haciendo “de puta mare…”.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Por la tarde descansamos de
aquella comida, y por la noche volvimos a la Filá, a cenar, a desfilar y a
charlar con las personas de Albaida, las ya conocidas y las que acabábamos de
conocer. Se me ponía la carne de gallina al ver a mi familia y a mis amigos
plenamente tranquilos, muy cómodos, saliendo a la acera a desfilar cuando había
que salir, y disfrutando de todo aquello. Me parecía muy lejana la duda de si
íbamos a desfilar o no, impuesta una semana antes de ir por los prejuicios, la
timidez o un cierto orgullo que muchas veces no nos deja apreciar lo que
tenemos delante. Si aquella duda había existido algunos días antes, se estaba
disipando a marchas forzadas, porque en aquel momento no sólo estábamos
convencidos, sino que nos apetecía mucho desfilar junto a las personas de
Albaida. <o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYAJSoAv_iXipnP0homegzecY-MnBSE25g7vEDi-MHzf3IU__Qi5CflqULG6aURVULOOIuHH_8ckTRaqDNgZ7kqxDpLEC4GlhqPR5Rk2OPWAUExcSP0o_ia8Wxtfi8L71aMDLOrbv2rl7_M3y6SNdPJwy2Q4RW6gYtb7PbPM9SuOHRknoS0OeuzApv/s834/IMG-20221010-WA0084.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="614" data-original-width="834" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYAJSoAv_iXipnP0homegzecY-MnBSE25g7vEDi-MHzf3IU__Qi5CflqULG6aURVULOOIuHH_8ckTRaqDNgZ7kqxDpLEC4GlhqPR5Rk2OPWAUExcSP0o_ia8Wxtfi8L71aMDLOrbv2rl7_M3y6SNdPJwy2Q4RW6gYtb7PbPM9SuOHRknoS0OeuzApv/w400-h295/IMG-20221010-WA0084.jpg" width="400" /></a></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Nos disfrazamos en el local de N
y V, que generosamente también nos habían prestado como centro de operaciones para
ver la fiesta, vestirnos, etc. Después subimos la cuesta hacia el barrio alto
donde empieza todo. En un momento dado nos colocamos en varias filas, con los
hombros pegados, y empezó el espectáculo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Resulta increíble el poder de la
música. Durante más de una hora estuvimos andando, o parados, al ritmo tremendo
que marcaban los timbales que teníamos detrás. V, A y otros miembros de la Filá
estaban pendientes en todo momento de que no perdiéramos el paso, de que la
línea se mantuviera más o menos recta, de que estuviéramos cómodos, de que sintiéramos
en nuestra piel, que casi en todo momento estuvo erizada tanto por el sonido
potente de los timbales como por la intensidad de lo que estábamos viviendo, la
emoción de las fiestas de Moros y Cristianos de Albaida. A pesar del disfraz
que llevábamos, aquello era serio. Tan serio, que las personas de Albaida que
nos miraban desde aceras, tribunas y balcones nos aplaudían continuamente, lo
cual para nosotros también era un honor. Tuvimos la inmensa fortuna de que el
tiempo acompañó prácticamente hasta el final, y aunque en los últimos metros
tuvimos que correr y nos empapamos hasta el tuétano, volvimos al alojamiento de
nuevo con la sonrisa y con la sensación de haberlo pasado muy bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El domingo era el día de la
partida. Desayunamos de nuevo con D, M y A, y vimos la entrada de bandas en la
plaza. Al final ganó el concurso una banda de Onteniente, pero la de los
piratas quedó tercera. Como cierre del acto se entonó el himno de Albaida, y
ocurrió otro suceso de los que dejan huella para siempre. Obviamente, las
personas de Madrid no conocíamos ese himno, o si lo conocíamos apenas le
habíamos dado importancia. Ese día, sin embargo, nos sonó de otra manera. Sin
entender muy bien por qué, o quizá porque cuando me volví vi a mi amigo V
entonando la letra con los ojos húmedos, sentí que aquel himno estaba empezando
a formar parte de mí. V, persona de Albaida, estaba consiguiendo, con su
emoción, con su devoción, con su amor a su ciudad, que yo, persona de Madrid, sintiera exactamente lo
mismo. De nuevo, el espíritu se estaba inoculando.<br /><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Por la tarde, con las maletas ya
en el coche los seis amigos de Madrid que teníamos que volver, contemplamos
desde la acera de la oficina de N el maravilloso desfile de las Filás
cristianas, lamentándonos, ante el increíble espectáculo, de no haber
organizado un día más de vacaciones que nos hubiera permitido ver el desfile de
las Filás moras. Cuando nos despedimos de N y V y sus amigos de Albaida que ya
eran nuestros, sentimos mucho tener que irnos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-fc6L15gpW4sRyEUt-olTnPWk8ePC89HdOMH-2YH890LjeWEOnUdXFHw5jEUNXF6WJ6O0oe0lI5nKvGKes0cxFAiN4RbKT-il9v6YN8D3dvHVLzkYANztdInN99hGSOptvm2xkdXLq4diKhoWT4GAItvDDZUhAYBFjoYUdY0G_kOZz_nWbB1XrSpi/s479/Screenshot_20221010-222742_Gallery.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="332" data-original-width="479" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-fc6L15gpW4sRyEUt-olTnPWk8ePC89HdOMH-2YH890LjeWEOnUdXFHw5jEUNXF6WJ6O0oe0lI5nKvGKes0cxFAiN4RbKT-il9v6YN8D3dvHVLzkYANztdInN99hGSOptvm2xkdXLq4diKhoWT4GAItvDDZUhAYBFjoYUdY0G_kOZz_nWbB1XrSpi/w400-h278/Screenshot_20221010-222742_Gallery.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">Creo que en muchas ocasiones
especiales, dar las “gracias”, o las “muchas gracias”, o poner las “gracias”
entre signos de admiración, se queda muy corto para expresar el agradecimiento
ante las sensaciones vividas. Va mucho más allá de eso. La generosidad, la
simpatía, la absoluta entrega, el afán por hacer que nos sintiéramos cómodos en
todo momento, el habernos permitido, empujado y animado para que pudiéramos
vivir sus tradiciones, su VIDA, desde dentro, es algo que trasciende el mero
agradecimiento. Es algo que te transforma, que te hace sentir que muchas de las
cosas que te rodean son muy poco importantes al lado de este intercambio emocional
entre personas, que en principio parecen provenir de distintos lugares y que
sin embargo están unidas por un vínculo muy fuerte y un lugar común: la tremenda,
la irresistible fuerza de la generosidad, de la empatía, de la vida. Una fuerza
que elimina ideologías, prejuicios, nacionalismos y creencias, porque procede
de la parte más potente del alma del ser humano. Ese trasvase, ese chute de
energía, esa inoculación de sentimientos, que tan difícilmente se puede
explicar a los que no lo han vivido, se queda para siempre grabado en el alma. <o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Una gran parte de nuestro corazón,
de las personas de Madrid, se ha quedado en Albaida, en las personas de Albaida. Anoche, e incluso hoy, muchos de nosotros todavía estamos asimilando la
tremenda carga emocional que hemos vivido estos días. Durante todo el viaje no
paramos de comentar los diferentes momentos. Una de las personas de Madrid, gracias
a la cual hemos podido vivir esta experiencia al convencernos de que teníamos
que hacerlo, definió esta sensación como “resaca emocional”, y es verdad. Han
sido tres días tan intensos, tan auténticos, tan importantes para seguir
sintiéndonos vivos, que nos va a costar mucho tiempo olvidarlos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Tanto tiempo, al menos, como el
que tenga que transcurrir hasta que volvamos a Albaida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Personas de Albaida, personas de
Madrid, ha sido un auténtico honor compartir lo compartido con vosotros estos
días. Estamos tristes porque ha acabado, pero muy felices porque ha ocurrido<o:p></o:p></span></p><br />FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-50135442607965234942022-07-17T20:22:00.003+02:002022-07-17T20:22:37.646+02:00LONDRES, MIES Y EL PRÍNCIPE CARLOS<p><span style="text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiBeUJYgSxSpYT8n_l6bUJLMIlY8Bt_CVOCcwfpdYRI2JwjBBIp4xdNmy_qjXgdWCNXs0WJbfM2ZxIHC3vGwYygq4dVOY4KIV2dxsMZlsNc33CrDuidGynMVn_bTWdMnDgOQS38GzjBzGKWTyM1GwS-WDX7QOFEhU_bAaQMSyJzDV0rzF4nMvrbI2t/s435/Screenshot_20220717-201629_Chrome.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="295" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiBeUJYgSxSpYT8n_l6bUJLMIlY8Bt_CVOCcwfpdYRI2JwjBBIp4xdNmy_qjXgdWCNXs0WJbfM2ZxIHC3vGwYygq4dVOY4KIV2dxsMZlsNc33CrDuidGynMVn_bTWdMnDgOQS38GzjBzGKWTyM1GwS-WDX7QOFEhU_bAaQMSyJzDV0rzF4nMvrbI2t/w271-h400/Screenshot_20220717-201629_Chrome.jpg" width="271" /></a></div><br />Cada vez que alguien cercano
escribe un libro, existen varias realidades, varios momentos más o menos
trascendentales, acontecimientos que marcan la experiencia, el viaje (y nunca
mejor dicho) con respecto a ese libro.<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En este caso, el primer
acontecimiento fue su promesa de publicación, al haberse alcanzado la cifra que
marcaba la editorial para su lanzamiento. Eso lo sabéis muy bien todos los que,
con vuestra generosidad, habéis hecho posible que “<i>Londres, Mies y el Príncipe
Carlos</i>” haya sido publicado. La carrera hasta alcanzar la cifra necesaria
finalizó el 28 de Mayo del 2021, hace más de un año, tras un mes de nervios en
los que la búsqueda de mecenas constituyó una labor cuando menos curiosa para
nosotros. En aquel momento nos dimos cuenta de lo generosa que pueden llegar a
ser las personas ante algo que, en realidad, ninguno sabíamos a ciencia cierta
de lo que iba. Confiamos simplemente en el sueño de la persona que iba a
escribir el libro, que ya se prometía gracias a la campaña (video de la página,
resumen, comentarios) muy interesante.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El segundo acontecimiento fue la
publicación propiamente dicha. Ese 28 de mayo la editorial anunció que se iba a
lanzar el libro, y comenzó la carrera para elaborarlo, para reescribirlo, para
corregirlo, para mirar las galeradas que le presentaba a Sergio la editorial.
La fecha de publicación finalmente se dilató hasta Junio de este año, si bien
la editorial, de una manera muy acertada, iba informando puntualmente por correo
a cada uno de los mecenas de los pasos que se iban dando, algo muy de agradecer
por la tranquilidad que transmitía con respecto a la buena consecución del
proyecto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ahora viene el tercer
acontecimiento, probablemente el más delicado de todos, al menos para mí: leer
el libro. Confieso que la primera vez que lo abrí, lo hice nervioso, con el
peso de la duda, de si el tema escogido podía resultar interesante, y en caso
de serlo, que estuviera presentado de una forma atractiva, que enganchara al
mecenas que había adelantado su dinero, y al lector en general. Que Sergio
escribe bien, incluso muy bien, lo tengo y lo he tenido siempre muy claro, pero
ahora se trataba de algo muy serio, del resultado final de un proceso en el que
se ha puesto en juego el dinero de muchas personas, pero sobre todo su ilusión
y su confianza en un autor del que no habían leído nada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A medida que leía el libro, esas
dudas, ese nerviosismo, página a página, capítulo a capítulo, se fue disipando.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Para mí existen dos tipos
diferentes de escritores, tanto si se trata de ficción literaria como de
ensayo. Por un lado está el escritor que te lo da todo mascado. Expone su
disertación, o su novela, o sus memorias, o el viaje que haya realizado a un
lugar concreto, y no te queda otra que leerla, consumirla sin más, disfrutarla
o no según la afinidad que tengamos con ese determinado autor o con el tema
tratado. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Por otro lado, está el autor que
hace un ejercicio de verdadero compromiso con el lector, porque le hace
partícipe de sus ideas y le presenta todos los parámetros para que sea él, el
lector, quien decida en cierto modo la ruta de su viaje, primero por el libro y
después por las referencias que se le han presentado. No sé si os ocurre a
vosotros. Para mí no es lo mismo leer las memorias de Albert Speer, por
ejemplo, que no deja lugar al juego del lector porque expone los hechos con esa
especie de halo siempre presente de exordio, de dejar claro que él fue una
marioneta del nazismo sin que le gustara ese papel, que leer los diarios de Rafael
Chirbes, que dan lugar por su propia naturaleza a un sinfín de notas y
referencias a revisar posteriormente. No es lo mismo leer el viaje de
Livingstone buscando a Stanley, que los viajes de Javier Reverte a Roma o a
Grecia (“<i>Un otoño en Roma</i>” y “<i>Corazón de Ulises</i>”,
respectivamente. Imposible leerlos sin un cuaderno al lado para tomar notas
tanto históricas como de referencia para conocer lugares).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sergio es un autor de la segunda
categoría. Ya queda claro esto en la misma introducción, cuando nos dice <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“<i>Jacobs, al final de su
ensayo, proponía soluciones específicas para reconectar con ese espacio urbano
que las ciudades parecían haber perdido. Al contrario que ella, más osada y
directa, lo que pretendo con este epílogo es que penséis en las ciudades en las
que vivimos, que penséis en el papel que estáis teniendo en decidir cómo se
desarrollan</i>”<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Porque esa es la intención de
Sergio al escribir este libro, hacernos reflexionar, tomar decisiones, pensar
en el papel que tenemos a la hora de hacer ciudad. Sin perder de vista el tema
principal del libro, o al menos el punto de arranque, que no es otro que el
encargo que se le hizo al arquitecto Mies Van der Rohe de una torre en plena
City de Londres que jamás llegó a construirse por las causas que se analizan en
el libro, Sergio nos sumerge en un viaje muy interesante que tiene que ver con
lo arquitectónico, pero también con lo humano, con el papel que desarrollan y
han desarrollado gobiernos y gobernados a la hora de tejer el tejido urbano de
una ciudad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sergio no dogmatiza. Apenas da
una opinión casi en ningún momento del libro. Se limita a exponer los hechos, y
te invita a pensar a ti, a seguir las referencias que te presenta (desde mapas
de Google que hay que revisitar para disfrutar con ellos, hasta películas y
libros relacionados con el tema que sin duda despiertan nuestra curiosidad para
seguir indagando en un tema tan apasionante como quizá tan poco tratado). De lo
que se trata, lo que busca el autor, es que despierte tu capacidad crítica para
participar en la construcción de la ciudad, algo que ya está sucediendo en
países del Norte de Europa, y que dispongas de las herramientas necesarias para
que esa capacidad crítica pueda ser desarrollada en función de tu propio
criterio, de las conclusiones que hayas sacado después de leer el libro. En ese
sentido, me parece increíble que un libro de apenas doscientas páginas encierre
tanta información, y que esa información sea barajada, tratada y reciclada de
la forma en que se ha hecho para que la lectura del libro resulte tan altamente
amena y adictiva.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un amigo arquitecto, alto
directivo, ha comentado lo siguiente del libro: “<i>No tiene nada que envidiar
a otros libros que he leído de autores encumbrados como Aldo Rosi en “La
arquitectura de la ciudad” o Renato de Fusco en “La idea de la arquitectura”</i>”.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y sin embargo, no hay que ser
arquitecto, ni mucho menos entendido, para disfrutar de su lectura. Basta con
que al que lo lea le guste viajar, por la tierra y por las ideas, por la
historia y por la ciudad, y hacerlo de la mano de un autor tan cercano,
profesional, humilde y viajero como Sergio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Feliz viaje<o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-46835653524916418062022-05-02T14:24:00.000+02:002022-05-02T14:24:01.174+02:00LA GRAN ENGAÑIFA: LOS DEMÁS<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWSDEoqpFy2g6l6ILkEQdpOcBWn4xUvENADvs7SFdfNSaJMUzVa5dAwyMSUVm5LI7EQkYJsEHbixe1HAqv1j-_USjCrTYas3xsPj8CSXromjLbhXEZ5Jlu_599XCjnjAONtdP_ISkO0IUrxioRpwtJ66nqzkvQveCGh3k9_2UOjqo9o7YMmSB2ttod/s3000/cCH9LDrQbf7VXDB6MFaFJc1ftaF.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3000" data-original-width="2000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWSDEoqpFy2g6l6ILkEQdpOcBWn4xUvENADvs7SFdfNSaJMUzVa5dAwyMSUVm5LI7EQkYJsEHbixe1HAqv1j-_USjCrTYas3xsPj8CSXromjLbhXEZ5Jlu_599XCjnjAONtdP_ISkO0IUrxioRpwtJ66nqzkvQveCGh3k9_2UOjqo9o7YMmSB2ttod/w266-h400/cCH9LDrQbf7VXDB6MFaFJc1ftaF.jpg" width="266" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;">“Mi tarjeta de miembro del clan. Me la dieron hace doce
años. </span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Era la primera vez en mi vida que me sentía formar parte de algo más
grande que yo. Y después me hicieron presidente. ¿Presidente yo de algo tan
importante? </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En el clan nos cuidamos unos a otros. Lo hacemos todo por los
demás. Lo dice en la tarjeta. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero ahora tengo un problema, porque hay mucho de
eso en esta sala. Hay mucha gente en esta sala que hace por los demás. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y no
sólo gente blanca, también hay gente negra que hace por los demás, por todos
los demás. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero soy el presidente del clan, y debo odiar a los negros. Enseño a
la gente a odiar a los negros. Se supone que son inferiores a nosotros. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si no
creo eso, no tengo derecho a ser presidente del clan. Y no lo creo, así que ya
no necesito esto”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Es un resumen de las palabras de C.P Ellis, presidente del
KKK en Durham, una localidad de EEUU, durante los duros 70, perteneciente a la
película “<i>No soy tu enemigo</i>”, de Robin Bissell, que podéis ver en Netflix y que
os recomiendo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En ese resumen está la clave de lo que pretendo analizar en
la entrada. Los demás. ¿Qué son "<i>los demás"</i> para ti? ¿De qué grupo de “l<i>os demás</i>”
te consideras integrante? ¿Qué estarías dispuesto a hacer por “<i>los demás</i>”?Y
sobre todo, y a veces lo más importante, ¿a qué grupo de “<i>los demás</i>” crees que
te asignan los que gestionan grupos de población (políticos, publicistas, Industria
farmacéutica, PODER, así, en abstracto…)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La película sería ingenua, casi increíble, si no fuera
porque los hechos que cuenta sucedieron en realidad. Durante diez días, se
reunieron en Durham representantes del colectivo negro y del colectivo blanco,
presididos estos por el mencionado C.P Ellis, presidente del KKK. En ese tiempo
discutieron sobre medidas escolares, de integración, de consenso. Formaron lo
que se denomina una <i>Charrette,</i> un encuentro para discutir y cambiar
impresiones. Al principio parecía que el diálogo resultaba imposible, pero
cuando los dos grupos se dieron cuenta que lo único que querían era lo mejor
para sus hijos, empezaron a hacer algo perverso: escucharse unos a otros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Lo dice C-P Ellis al principio de su discurso. Para muchas
personas, sentirse importante en algo que se supone es más más grande que
ellos, les impide llegar a escuchar siquiera al otro, al diferente, al que ese
grupo más grande que uno mismo ha determinado que es el enemigo. Si esa persona
se deja llevar por esa idea, sin molestarse siquiera en escuchar, en conocer
aunque sea ligeramente las circunstancias del hipotético enemigo, tendrá el
concepto de “<i>los demás”</i> limitado a su propio grupo, a su propio clan, a su
propio país, a su propio lo que sea, y “<i>los demás”</i>, los demás diferentes,
simplemente no existirán.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero si haces el sencillo ejercicio que hicieron CP Ellis y
Ann Atwater, la activista negra que al final se hizo su amiga, de repente se
disipará la nube que te impide ver que los demás son personas como tú, con tus
mismos problemas y tus mismas ambiciones. Lo primero que hay que hacer, por
tanto, es saber cómo viven los demás, qué piensan los demás, cuales son sus
problemas del día a día. Te sorprenderá que cuando hablas con alguien a quien
considerabas lejano, de otro mundo, sus problemas en el Mercadona para
encontrar la salsa ali oli son idénticos a los tuyos.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2CMZ8mLsNUn8-FkXv2mtaauL0ETD-dsU6D4ODhxM6W2HM-oL_AoA1g26MnnrJG6KKUUh4inCkM_A1DSKVgckgzDAC66zBLk5s5wXeYEv0KGtljaH7PzBv8qq40zqmmjXmgoqfl2O1Cjt6Ht39iH2IYWO9ab3fechGhBP2hF95ZZfe6hudHlkISMDv/s1560/atwater-ellis-1560x1098-1.webp" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1098" data-original-width="1560" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2CMZ8mLsNUn8-FkXv2mtaauL0ETD-dsU6D4ODhxM6W2HM-oL_AoA1g26MnnrJG6KKUUh4inCkM_A1DSKVgckgzDAC66zBLk5s5wXeYEv0KGtljaH7PzBv8qq40zqmmjXmgoqfl2O1Cjt6Ht39iH2IYWO9ab3fechGhBP2hF95ZZfe6hudHlkISMDv/s320/atwater-ellis-1560x1098-1.webp" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Primer ejercicio hecho. Hemos identificado a los demás, les
hemos aceptado. Entendemos que forman parte de nuestra sociedad, y que son
necesarios. Entendemos que probablemente han huido de un infierno para llevar
una vida medianamente digna, y lo aceptamos. El color de su piel, su lenguaje o
su religión son circunstanciales, a menos que sean ellos mismos los que le den
a eso más importancia que formar parte de nuestra sociedad. Una vez asimilado
esto, ¿qué estarías dispuesto a hacer por ellos? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Independientemente de la caridad de cada uno, me refiero a
si estarías dispuesto a votar de forma que se les facilite a esos “los demás”
una situación más o menos cómoda en la sociedad. Servicios públicos, facilidad
para la enseñanza, Sanidad Pública… Seguramente puedes tener tus necesidades
cubiertas y no pensar en las necesidades de los demás. O puedes ser un
empresario que quiera leyes de trabajo más justas que las que hay ahora. No sé,
cada uno tiene sus circunstancias y su empatía liviana o profunda hacia los
demás. Piénsalo, y a ser posible piensa en esos “los demás” diferentes sin
mezclar prejuicios o frases hechas sobre hechos que denotan la ignorancia que
tenía C.P Ellis antes de dialogar con los negros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Otra cuestión con la que hay que tener cuidado. ¿En qué
grupo de los demás· piensas que te clasifican tus allegados, y los que no son
tus allegados? ¿En qué grupo crees que te clasifican los que buscan tu voto?
Esto es muy importante, y no todo el mundo es capaz de hacerse una idea cierta
del lugar que ocupa en la mente de un buscador de voto o de un publiciista.
Recientemente, mucha gente con pocos recursos, de barrios deprimidos, votó algo
que no les beneficiaba en absoluto, sin saber que lo que habían votado podría
tener como meta acabar con varios servicios públicos. Muchos publicistas usan
el slogan “porque tú lo vales” para provocar en la víctima del anuncio la
sensación de que realmente él o ella lo vale. Para saber en qué grupo de “los
demás” estamos es imprescindible la humildad, y la seguridad de que, a la
mínima de cambio, tendremos los mismos problemas que muchos a los que
consideramos inferiores. Vivir por encima de nuestras posibilidades ha
provocado grandes dramas en muchísimas familias. Humildad y racionalidad,
imprescindibles para autoclasificarnos.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGAVtZD7wJpmyli7yeklqjZ7ac7DuCgwASZIPppUbINXEaCAKlXL7qJaT2G3PhxQHdRMsHzMfQfjdNPhcFxoSIdTBKfG4cYjIc5XTe46rb2n7HTRkur_Ksuabc5X1DM7AERinu5wAKIc2jqFv7vYPJUjelXNSNCQur62FvNH-NwwRKskdLtR80Q5Yt/s1024/no-soy-tu-enemigo-poster-728551_SPA-89_V.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGAVtZD7wJpmyli7yeklqjZ7ac7DuCgwASZIPppUbINXEaCAKlXL7qJaT2G3PhxQHdRMsHzMfQfjdNPhcFxoSIdTBKfG4cYjIc5XTe46rb2n7HTRkur_Ksuabc5X1DM7AERinu5wAKIc2jqFv7vYPJUjelXNSNCQur62FvNH-NwwRKskdLtR80Q5Yt/s320/no-soy-tu-enemigo-poster-728551_SPA-89_V.jpg" width="240" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /> <o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Una forma inmediata de adquirir humildad en este sentido es
viajar. ¿No habéis tenido a veces, en países europeos que se suponen más
adelantados que nosotros, o en EEUU, la sensación de que nos miraban por encima
del hombro? Podemos ser lo que seamos, pero para mucha gente, por
desconocimiento o por perjuicio, somos marrulleros, vagos, chistosos y
bailaores. No nos conocen, no se preocupan tampoco de conocernos. Estamos en
esa fase de no preocuparse de conocer a los demás. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En serio, el mundo iría mejor, muchísimo mejor, si se
hicieran Charrettes por todo el globo. Nos hacemos una idea de lo que está
ocurriendo en Ucrania, por ejemplo, tomamos partido por uno u otro, pero en
realidad no sabemos lo que representa, lo que significa de verdad esa guerra.
Estoy seguro que se podría resolver el conflicto con diálogo, con compromiso, y
con el profundo deseo de todas las partes de pararlo, pero los medios, los
políticos, los psicópatas y los iluminados impiden que se celebre esa Charrete
tan necesaria en este caso.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-24905657152439433092022-03-11T22:43:00.001+01:002022-03-11T22:48:44.541+01:00UCRANIA, el horror que se repite<p> <br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjrb9aBEt0yNST1pGhmuECeSLprjHGQ835g5ErPyx6LeQFXNaU4wSYgQnU17YnJ-6kf2roN0FzNm5aYS7xcrp8lqkoA_qGLfdJJFaYngRD5NkYOTjutmCHcvjwL7AW088zEMGjSTivzKgiikCj541xFpD0AGUTCoxfw8GS0NSL0nt98cJONcq9FU87M=s1684" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1684" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjrb9aBEt0yNST1pGhmuECeSLprjHGQ835g5ErPyx6LeQFXNaU4wSYgQnU17YnJ-6kf2roN0FzNm5aYS7xcrp8lqkoA_qGLfdJJFaYngRD5NkYOTjutmCHcvjwL7AW088zEMGjSTivzKgiikCj541xFpD0AGUTCoxfw8GS0NSL0nt98cJONcq9FU87M=w285-h400" width="285" /></a></div><a name="_Hlk97930518"></a><div style="text-align: justify;"><a name="_Hlk97930518"></a><a name="_Hlk97930518"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">En 1927, la “colectivización forzosa” impuesta por Stalin,
que obligaba a los campesinos de Ucrania, Kazajistán y el norte del Cáucaso a reciclarse
y convertirse en proletarios, provocó el estallido de la llamada “<i>crisis de
las cosechas</i>”, consistente en una brutal caída de la entrega de los
productos del campo, que se agravó al año siguiente con una entrega todavía
mucho menor de la que había previsto el estado de “Papá” Stalin. Aquella bajada
de entregas le provocó a Stalin la excusa perfecta para intervenir en Ucrania.
Se desarrolló un plan quinquenal encaminado a conseguir una mejora económica y
a potenciar la industria pesada en todo el país, y el bueno de Stalin decidió
que la factura de todo eso la iba a pagar el trigo de Ucrania.</span></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">A partir de 1930, la GPU (Dirección
Política del Estado) empezó a requisar masivamente todas las cosechas de
Ucrania, dejando la tierra sin semillas que pudieran germinar, y sin dar tiempo
suficiente para que se volviera a plantar. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">El 7 de Agosto se aprobó la ley de
las Espigas, que imponía castigos a los que robaran el grano confiscado,
llevándoles a las prisiones de Balashevo o Elan, o incluso ejecutándoles. Según
los registros, se ejecutó a 5.400 personas, y 125.000 fueron llevadas a los
gulags de Siberia. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Stalin tenía muy presente la
revolución del campesinado ucraniano durante la guerra civil de 1918 a 1921. En
1932 toma la decisión de cerrar las fronteras con Ucrania, y crea unas brigadas
especializadas en confiscar, de casa en casa, las cosechas de los campesinos
ucranianos. El programa tenía una doble finalidad. Por un lado, matar
literalmente de hambre a los campesinos que se oponían a las colectivizaciones
del estado, y por otro, reprimir el nacionalismo ucraniano, que se situaba del
lado de Europa y alejado de Moscú. En unos meses, la población empieza a morir
de hambre, y en las zonas rurales más alejadas comienzan a darse casos de
canibalismo. <i>Holodomor</i>, en ucraniano, significa precisamente eso, <i>morir
de hambre</i>. Murieron entre 7 y 10 millones de personas. Un auténtico genocidio.</span></div><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;"><o:p></o:p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiUq1WmqrGb_Ny9jia2LHVgqP_sZcsZyAq79lyBK97ncE4ibXyRqzp853NTsm78rxIK81VmN8cqLFwW4xcQY7aPk9dw8RW5rxn0J76Zq-vF639PAXE6Y5xCUvCruu8_eazn7UpSdrQi149yCFW0F8cUOQ4wvbJwQohEImuHDNVAL0pYXEiz9SqP6XEC=s1200" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="809" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiUq1WmqrGb_Ny9jia2LHVgqP_sZcsZyAq79lyBK97ncE4ibXyRqzp853NTsm78rxIK81VmN8cqLFwW4xcQY7aPk9dw8RW5rxn0J76Zq-vF639PAXE6Y5xCUvCruu8_eazn7UpSdrQi149yCFW0F8cUOQ4wvbJwQohEImuHDNVAL0pYXEiz9SqP6XEC=w270-h400" width="270" /></a></div></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">Todo el horror del <i>Holodomor </i>aparece
en la película “<i>Mr Jones</i>”, de la directora polaca <i>Agniezska Holland</i>,
que nos cuenta la historia real del periodista Galés <i>Gareth Jones</i>,
interpretado por <i>James Norton</i>, que se internó en Ucrania y vivió de
cerca el horror del <i>Holodomor</i>, arriesgando su vida ante la terrible
represión de Stalin. La película tiene escenas brutales, pero lo peor de todo,
es que al regresar a Europa nadie le creyó. Nadie sospechaba lo que estaba
haciendo Stalin con su población. Por suerte Jones tuvo un encuentro con George
Orwell, que desembocó en su famosa obra “<i>Rebelión en la granja</i>”, una de
las críticas más feroces, junto a su otra novela, “<i>1984</i>”, del sistema
político de Josef Stalin.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">Al parecer la fijación de Rusia
contra Ucrania viene de lejos, seguramente por razones históricas que se me
escapan, pero lo cierto es que actualmente Rusia ha emprendido de nuevo su
cruzada particular contra Ucrania, y las razones, al menos las que se conocen
(en este tipo de conflictos siempre existen intereses ocultos que se nos
escapan a los mortales de a pie) parecen ser las mismas: el intento de
acercamiento de Ucrania a Europa.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">El caso cierto es que estamos en
guerra. En la época de <i>Mr Jones</i> no se sabía lo que ocurría en un lugar
tan apartado de Europa como Ucrania. A <i>Mr Jones</i> no le creyó nadie cuando
describía el horror. Ahora es justo al revés. Hay miles de periodistas
informando del conflicto, miles de imágenes que cada día hay que clasificar
para organizar la información, y el problema es que ahora, con tanta
información, la mayoría de la gente sigue viendo esta guerra como algo muy
lejano, que no nos va a salpicar a nosotros.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">No. Simplemente, no puede ser. No
puede ocurrir que un individuo, probablemente fascinado por su “<i>padrecito</i>”
Stalin, ponga en jaque de un plumazo a todo el mundo. Estamos viviendo ya, y
vamos a seguir sufriendo, las consecuencias económicas de esta guerra, que nos
afecta a todos, primero a los europeos, y después a todo el mundo. No podemos
permitirnos dejar que Europa y la OTAN, organizaciones a las que pertenecemos,
sigan con una tibieza que no conduce absolutamente a nada. Si la finalización
del conflicto pasa por permitir a Ucrania que forme parte de la UE, hagámoslo,
pero hagámoslo ya. El otro día escuché en la radio a una persona muy vinculada
a Bruselas decir que no era nada fácil meter a un nuevo miembro en la UE, que
una vez que se ha metido no se le puede echar, etc, etc. Daba excusas para no
meter a Ucrania en la UE. Entonces, de ser así, si realmente no existe una
voluntad de la UE de hacer miembro a Ucrania, ¿por qué ha atacado Putin? Esa
misma persona insinuó en un par de ocasiones que lo importante era “no cabrear
a Putin”. Es lógico que la gente de a pie tenga miedo, pero lo que no puede
consentirse es el miedo en las instituciones que en teoría tienen que velar por
nosotros.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">Hay muchos intereses que se nos
escapan. Está el tema del envío de armas, que ha provocado un cisma en nuestro Gobierno.
Está el tema de la energía, el tema de la carestía económica y muchos otros
temas, pero lo real, lo sangrante, lo que le revuelve las tripas a los
profesionales que organizan la información cada día, son esas imágenes de
personas muertas que lo único que han hecho es estar en el peor momento en el
lugar inadecuado. Alguien muy cercano a mí se pasó hace tres días toda la
mañana llorando ante esas imágenes, y lleva tres semanas de estrés continuo
ante toda esa información que tiene que digerir y transmitir. Lo último, lo más
terrible hasta ahora, ha sido el ataque a ese hospital materno infantil. El
horror ya es insoportable.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">Todos tenemos en la cabeza, aunque no
hablemos de ello, esa espada de Damocles que supone el armamento nuclear de
Rusia, y probablemente la tibieza se deba precisamente a eso. Pero si no le
paramos los pies, si permitimos que tome Ucrania, no va a parar. Tiene la cabeza
llena de estrategias militares, de los pasos dado en el pasado por Napoleón,
por Hitler y por otros, y sus ansias megalomaníacas no se van a conformar con
Ucrania, eso está claro. A base de negociaciones, de restricciones, de acuerdos
económicos, de lo que sea, pero hay que pararle.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;">De no hacerlo, probablemente nos
veamos abocados a la Tercera Guerra Mundial. Y ya sabemos todos lo que dijo
Einstein al respecto: “No sé cómo será la Tercera Guerra Mundial, pero lo que
sí puedo asegurarles es que la siguiente a esa será con palos y piedras”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></span></p>
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="mso-bookmark: _Hlk97930518;"></span>
</span><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-68541083975881224702021-10-31T19:48:00.000+01:002021-10-31T19:48:15.034+01:00MAIXABEL, o la enorme potencia del perdón<p><span style="font-family: verdana; text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKKX9KubIIW6BliRxE1qmlysiJd50OpRfz7yofm0aaGqmezalou6A3HmeMZDOntKKe6bz7RsYnZ9HqPpxxeQv2KSiz1ZhXRrALBpWFszX75Fydn-PwxLU7QgDMAFRKuQBa_ed8S6rix8/s1200/Maixabel-491379276-large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="842" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKKX9KubIIW6BliRxE1qmlysiJd50OpRfz7yofm0aaGqmezalou6A3HmeMZDOntKKe6bz7RsYnZ9HqPpxxeQv2KSiz1ZhXRrALBpWFszX75Fydn-PwxLU7QgDMAFRKuQBa_ed8S6rix8/w281-h400/Maixabel-491379276-large.jpg" width="281" /></a></div>Después de
ver MAIXABEL, sólo me queda decir tres cosas: que Iciar Bollain se ha
convertido a mi juicio en el mejor director/a español del panorama cinematográfico
actual, que Blanca Portillo es la mejor actriz española actual (la escena
inicial en la plaza, sola, desubicada, me ha puesto la carne de gallina), y que
Luis Tosar me ha hecho llorar, cuando lo cierto es que el hecho de que Luis
Tosar te haga llorar es algo que sólo podría conseguir Iciar Bollain.<p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Y dicho
esto, a partir de este momento, aviso: esta entrada no va a ser sencilla, y no
va a gustar a más de uno. Probablemente, alguno de los que me leéis
habitualmente, en esta ocasión piense “Ufffff… Una entrada sobre ETA. Paso”, y
lo veo muy lógico. A los que sí os interese ese aspecto de nuestra historia, o
simplemente os haya gustado la película, o tengáis dudas sobre si verla o no, os
invito a seguir leyendo, por supuesto. Pero para entender la idea final, la
reflexión que durante los títulos del final se ha abierto paso a golpes desde
la boca del estómago hasta mi cerebro, creo que es necesario que antes
realicemos juntos unos cuantos (no muchos, pero sí muy intensos) ejercicios de
mentalización. Unos ejercicios de DESAPRENDIZAJE, difíciles, pero necesarios. Voy
a numerarlos, y os ruego que no paséis al siguiente hasta que no hayáis
entendido, y asimilado, al menos en parte, el precedente.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Vamos a
ello:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">EJERCICIO 1:
Olvidad, al menos por un momento, vuestras ideas políticas, o vuestra
ideología, si la tenéis. En muchas ocasiones, la ideología provoca prejuicios que
no tienen nada que ver con el hecho cierto de que somos seres humanos. Jáuregui
era socialista, y había estado incluso en la banda que le asesinó. Olvidaos que
era socialista. Olvidaos del signo político de todas las asociaciones de víctimas
del terrorismo. Tratad de dejar la mente en blanco y pensad en Jáuregui como
una persona que está en un casino del país vasco, se acerca un pistolero armado
y le pega un tiro en la nuca. No es socialista, no ha tenido una trayectoria
política. Es difícil, pero tratad de verlo así. Fuera los prejuicios políticos,
fuera las ideologías, ya sean de izquierda o de derecha. ¿Podemos hacerlo? No
pasa nada, cuando acabéis de leer podéis recuperar esas ideas… si queréis, por
supuesto. ¿Dispuestos a dar otro paso? Vamos allá:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">EJERCICIO 2:
Olvidad, al menos por un momento, todo lo que sabéis, o no sabéis pero intuís,
sobre el pueblo vasco, sobre el problema vasco, sobre el nacionalismo vasco y
sobre la lucha armada de ETA. Todos y cada uno de nosotros tenemos nuestra
idea, inculcada muchas veces por los medios, los prejuicios, la historia y lo
que nos cuentan, de lo que ocurre en el país vasco, y de cómo son los vascos, pero
ninguno de nosotros (hablo de los que no somos vascos) lo ha vivido como ellos.
Conozco a personas que odian a los vascos, a TODOS los vascos, sin más, sin
conocer a los vascos, porque lo fácil es etiquetar a pueblos enteros, a
naciones enteras, y no indagar más en su naturaleza. Imaginad que ni Jáuregui
ni Maixabel son vascos. Imaginad que son de vuestra ciudad, del barrio de cada
uno de vosotros. Imaginad un bar que os guste de vuestro entorno, una mesa al
lado de un escaparate, y a vosotros tomando un café. De repente entra un desconocido,
y le pega un tiro en la nuca a vuestro vecino de mesa. No ha sido en el país
vasco, sino en vuestra ciudad, en vuestra calle. ¿Podéis imaginarlo?
Interiorizadlo, por favor. No es algo relacionado con los vascos, sino con
personas iguales a vosotros. ¿Sois capaces de imaginarlo? Bien!! Ya llevamos
dos ejercicios, nos vamos acercando. Seguimos entonces reflexionando juntos:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">EJERCICIO 3:
Este es probablemente el más complicado. Tenéis que desterrar de vuestra mente
por completo (y sería bueno desterrarlo incluso para siempre) esa manía, innata
en nosotros, de juzgar, de decir “qué haría yo si…”. “Yo es que buscaría al
asesino y le pegaría un tiro”. “Le metía en la cárcel hasta que se pudriera”.
Lo comprendo, es algo muy humano, todos lo hemos hecho en innumerables
ocasiones, recrear en nuestra mente lo que haríamos si nos sucediera algo que
en realidad le está sucediendo a otra persona. A mí me dijeron muchas personas
cuando falleció mi mujer “Yo en tu lugar…”, y lo respetaba mucho, y lo
escuchaba, por si podía extraer alguna idea que muchas veces me ayudaba a
superar el trance, pero la realidad, la cruda realidad, amigo, es que tú,
realmente, no estás en mi lugar, porque no has vivido lo que yo he vivido. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Maixabel
vivió una experiencia que sólo los que la han vivido pueden entender, y no del
todo. En una frase memorable de la película, Maixabel le dice a otra víctima del
terrorismo “¿A ti te ha escuchado alguien que no sea de tu familia?”, y la otra
contesta que no. Porque nadie, absolutamente NADIE, puede ponerse en el lugar
de alguien que haya perdido a su marido de la manera en que lo perdió Maixabel.
Borremos pues de nuestra mente ese “lo que yo haría”, y centrémonos en lo que
hizo Maixabel. Vamos a recapitular, para que no se nos olviden los dos
ejercicios anteriores: Jáuregui no era socialista, ni era vasco: era un ser
humano exactamente igual que todos nosotros. ¿Lo tenemos? Pues vamos al
siguiente, que ya vamos llegando:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">EJERCICIO 4:
Borrad de vuestra mente aforismos apocalípticos, reglas bíblicas (ojo por ojo),
conceptos incrustados en nuestro ADN como la venganza, la justicia, el quid pro
quo y conceptos de ese tipo. No nos corresponde a nosotros aplicar esas reglas,
sino a quienes tienen que aplicarlas. No os dejéis llevar por nuestra
naturaleza de justicieros, y pensad simplemente en el hecho, en lo que ocurrió,
y en las circunstancias que vivieron los protagonistas de la historia. Nosotros
no somos protagonistas, sino testigos de lo que sucedió. Ni siquiera los
miembros del partido al que pertenecía Jáuregui, ni por supuesto los de la
oposición, están legitimados para pensar, o peor, para establecer las actuaciones
a seguir, ante algo que sólo atañe a tres personas: la víctima, su asesino, y
la esposa de la víctima. Este es el último ejercicio. Si habéis llegado hasta
aquí, creo que ya va siendo hora de establecer esa reflexión de la que os
hablaba al principio, que me ha sacudido, como un aldabonazo, nada más terminar
de ver la película.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">¿Y por qué
os he planteado estos ejercicios, que para algunos resultarán imposibles, y
para otros no tanto? Simplemente, porque es lo que Iciar Bollain, con una
maestría que raya con la genialidad, consigue transmitir, si el espectador, por
supuesto, se deja, con su maravillosa película. Si hacemos los ejercicios antes
de la proyección, resultará muchísimo más sencillo comprender el mensaje, que
es muy duro, durísimo, pero que por otro lado es la única puerta abierta a
conseguir pasar página. Y ese mensaje no es otro que la magnífica, la brutal
potencia del perdón.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Maixabel se
creó enemigos cuando incluyó en su lista de víctimas no sólo a las víctimas de
ETA, sino también a las víctimas de los GAL, de la violencia policial, de la
Guardia Civil. Para ella no existían colores en las víctimas, sino personas, y
a partir de ese momento tuvo que llevar escolta. Ahí ya demostró un coraje y
una fuerza descomunales, que se siguió desarrollando cuando tuvo el coraje, el
valor y la tremenda manifestación de lo que debe representar el alma humana, de
perdonar a los que asesinaron a su marido. Previo arrepentimiento de esos
asesinos, por supuesto, porque sin arrepentimiento no puede haber perdón.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">El perdón es
la fuerza más grande que puede desarrollar una sociedad, y no puede darse ni
por instituciones, ni por partidos políticos, ni por programas de reinserción,
ni por supuesto, por los medios. El perdón tiene que desarrollarse por
personas, y solamente por aquellas personas que tienen o que pueden perdonar
algo, como Maixabel. Son las víctimas, o los descendientes de las víctimas
(porque el perdón es extrapolable a nuestra guerra civil) los únicos que pueden
perdonar, y ese perdón, que se produzca o no, no depende de nadie más que de
ellos. Ya se puede legislar, debatir, aleccionar, discutir, odiar, negar o
afirmar lo que se quiera, que si los que tienen que perdonar no lo hacen, jamás
se pasará página.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Y, por
supuesto, nadie, absolutamente NADIE, está cualificado para juzgar si Maixabel
debe perdonar o no. El perdón de Maixabel fue una decisión personal, que para
algunos es detestable y para otros (en mi caso) admirable. Existen muchas
decisiones humanas que tienen que ser personales, que no pueden estar dictadas
ni por la religión, ni por los prejuicios, ni por el que dirán, ni por la
política, ni por ninguna de esas trabas que impiden que crezcamos como seres humanos.
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Porque no os
quepa ninguna duda, y si habéis llegado hasta aquí probablemente ya lo hayáis
intuido, que la única forma de crecer, de avanzar, de pasar página y de olvidar
nuestros fantasmas, es perdonar, y admirar e imitar a quienes lo hacen. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: verdana;">Y ahora, os
invito a ver Maixabel. Disfrutadla, sentidla, emocionaos con ella, dejad que
los sentimientos se manifiesten a flor de piel, y después reflexionad.
Reflexionad sobre la enorme potencia del perdón.</span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-86261813244274438632021-10-22T14:21:00.000+02:002021-10-22T14:21:02.398+02:00El amigo MAGRITTE (THYSSEN)<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb6wZ19KB0lBRzikMmsKr3vzuCyudF6SKD0M_AYoGue9vVgNQDjspALNkAsfsuEYnCWvpjC9jmQx8VITaHoFWok6G6uEkYQIQB05yQa8hZxxHy1u-JcPSGQvS9HVrnURGwn9ReXCd6GYQ/s787/20211021_134508.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="655" data-original-width="787" height="333" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb6wZ19KB0lBRzikMmsKr3vzuCyudF6SKD0M_AYoGue9vVgNQDjspALNkAsfsuEYnCWvpjC9jmQx8VITaHoFWok6G6uEkYQIQB05yQa8hZxxHy1u-JcPSGQvS9HVrnURGwn9ReXCd6GYQ/w400-h333/20211021_134508.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-family: verdana;">Lo primero que nos sorprendió cuando visitamos la casa de
Magrite en Jette, un barrio en la periferia de Bruselas, fue lo complicado que
era llegar al lugar en cuestión. Preguntamos de hecho a varias personas, a
menos de cincuenta metros de la casa, y ninguno supo decirnos dónde se
encontraba. Después de deambular un rato, y tirar de Google y sus indicaciones,
conseguimos llegar por fin. No existen en esa casa signos externos de lo que
contiene su interior. De hecho llamamos al timbre no muy convencidos de que
efectivamente fuera esa la casa en la que Magritte vivió y pintó durante gran
parte de su vida. La puerta se abrió, para dar paso a la segunda sorpresa:
varias personas, colocadas en fila en el pasillo de la entrada con carpetas en
sus manos, nos miraban con una sonrisa. Eran de edades muy diferentes, hombres
y mujeres. Un anciano muy amable, alto y delgado, preguntó “¿español?”. Le
dijimos que sí, y se presentó afable como nuestro guía por la vivienda.</span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisMiWRC0MIkQ_PhRjCXS7g-UItIpBTEJJP2HerhJ_3jOtIG-GOj-XQlLg-J8Fq45Re3oPYxutPOsr51u0DksTAVhJ1PMWE7IlE0ZIsL8ZB8fCl1uAuYbhyu1qxTyTt2MylgWBURCvKB8s/s1695/20211021_133328.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1695" data-original-width="1482" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisMiWRC0MIkQ_PhRjCXS7g-UItIpBTEJJP2HerhJ_3jOtIG-GOj-XQlLg-J8Fq45Re3oPYxutPOsr51u0DksTAVhJ1PMWE7IlE0ZIsL8ZB8fCl1uAuYbhyu1qxTyTt2MylgWBURCvKB8s/s320/20211021_133328.jpg" width="280" /></a><span style="font-family: verdana;">Comenzó así, de tan extraña manera, una de las visitas más
agradables que recuerdo al hogar de un artista. Me encanta deambular por los
lugares en los que alguien se ha dedicado a crear una obra interesante (algún
día hablaré de la visita a la casa de Dickens en Londres, otro lugar mágico). Nuestro
guía, que hablaba español porque había pasado varias temporadas en nuestro
país, nos explicaba encantado lo que nos íbamos a encontrar en cada sala, y
después nos esperaba tranquilamente a que hiciéramos las fotografías que
quisiéramos y visitáramos la habitación a nuestro ritmo. Estuvimos más de una
hora en el lugar, disfrutando del taller, del jardín y del entorno general, que
nada tenía que ver ni con el barrio donde se situaba la casa ni con la gente
que lo habitaba. Un islote mágico, como esas rocas levitantes que solía pintar
el artista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik82X3C3iVKzEGDXuZ_Ku1p_y3He2BUeBKUX2SJdxcegBWZHedjq0loZVGqCURnOnesB9-RM04lXDMyhLKsFbIrhfAGa8iZLQ9rY8dMYtGz8zHyDKWAwCoavv2DJVymzHGGhcT8iuEWo0/s1827/20211021_140317.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1827" data-original-width="1277" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik82X3C3iVKzEGDXuZ_Ku1p_y3He2BUeBKUX2SJdxcegBWZHedjq0loZVGqCURnOnesB9-RM04lXDMyhLKsFbIrhfAGa8iZLQ9rY8dMYtGz8zHyDKWAwCoavv2DJVymzHGGhcT8iuEWo0/s320/20211021_140317.jpg" width="224" /></a><span style="font-family: verdana;">No voy a contar la vida del pintor belga. Existen</span><span style="font-family: verdana;"> innumerables libros y estudios sobre la vida y la obra de este hombre que
pintaba con traje y al que le gustaba ponerse un bombín y autorretratarse. Pero
sus autorretratos no lo son al uso. Como he podido leer en uno de los carteles
de la exposición, “</span><i style="font-family: verdana;">con ellos no pretende, como otros pintores, estudiar su
propia fisonomía ni menos aún contarnos su vida. Lo que le interesa es
presentarnos la figura del artista como mago, dotado de superpoderes. El
concepto de mago es aquí deliberadamente ambiguo: ¿se trata de un hechicero
capaz de auténticos prodigios, o de un prestidigitador con un repertorio de
trucos? A diferencia de André Bretón y otros surrealistas, Magritte sugiere en
sus autorretratos una actitud irónica hacia el mito del genio creador</i><span style="font-family: verdana;">”.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3kUXNmSHNNpagt5Ni-9aB4VpSHo9ABjXHjzDWM5gw9QwUgi4vwrv0oDGMjse0Wpz9jBnlCjHTXOG24XOGlMLaWRzBuU8nyjYhg7-_rW3JyTofG9zg7yEj9YkZSjnZQTKDnbAWyzBmJz8/s2048/20211021_133046.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1642" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3kUXNmSHNNpagt5Ni-9aB4VpSHo9ABjXHjzDWM5gw9QwUgi4vwrv0oDGMjse0Wpz9jBnlCjHTXOG24XOGlMLaWRzBuU8nyjYhg7-_rW3JyTofG9zg7yEj9YkZSjnZQTKDnbAWyzBmJz8/s320/20211021_133046.jpg" width="257" /></a><span style="font-family: verdana;">Esa ironía se encuentra también en sus películas, que se
pueden ver, junto a una colección muy curiosa de fotografías, y de forma
totalmente gratuita, en la sala pequeña situada en la planta alta del museo,
una sala a la que se puede acceder sin pasar por taquilla. Las películas,
rodadas en super ocho, mudas, muestran un Magritte jovial, rodeado de amigos y
esposa, haciendo casi siempre payasadas y disfrazándose continuamente. Si vais
a la exposición no dejéis de ver estas películas, os harán pasar un buen rato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtoC21POOFp890DS8MdxG0nJEjWb3bKCyoMbPRo_9DliWwKMLXkVmDr1Y9sU3RaE-POwAxGPx21wgpC8wTszboP8Skk2Ye0RTSjX6jm9PPWFeaj_95sIrma6hd2zZFGMDjjXMI0TpDih8/s2048/20211021_133347.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1446" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtoC21POOFp890DS8MdxG0nJEjWb3bKCyoMbPRo_9DliWwKMLXkVmDr1Y9sU3RaE-POwAxGPx21wgpC8wTszboP8Skk2Ye0RTSjX6jm9PPWFeaj_95sIrma6hd2zZFGMDjjXMI0TpDih8/w212-h301/20211021_133347.jpg" width="212" /></a><span style="font-family: verdana;">Entre las fotografías, destacan las dedicadas a la guapísima
Georgette, su esposa, que aparece siempre con una expresión muy sugerente, muy
diferente a otra musa del surrealismo, probablemente más problemática. Me
refiero a Gala Dalí. Viendo las fotos de Georgette, con esa expresión angelical,
no he podido evitar pensar en el contraste que supone la otra. Además de esas
fotografías, me han gustado algunas en las que se veía a Magritte pintando con
traje y corbata. Dudo si ese era su uniforme oficial para crear, pero viendo
sus obras, sus películas y su trayectoria, la verdad es que no me sorprendería
nada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE-uXdL6xwMgkrXaphTfG2LuyqevVwRRkGsNqHsnlUIoZUSy8Mtq44kZO_FqDiKVFPDckNpz10FafEhtITCchDGnRChnOHfoFIq4KErYJkGokm15lQu0pTKyNIwAxQQydutNFSLaGcV10/s1978/20211021_135254.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1611" data-original-width="1978" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE-uXdL6xwMgkrXaphTfG2LuyqevVwRRkGsNqHsnlUIoZUSy8Mtq44kZO_FqDiKVFPDckNpz10FafEhtITCchDGnRChnOHfoFIq4KErYJkGokm15lQu0pTKyNIwAxQQydutNFSLaGcV10/s320/20211021_135254.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: verdana;">La exposición es mucho más que interesante. Creía conocer
bastante bien el grueso de la obra de Magritte. Como ya he dicho antes, visité
su casa museo en Bruselas, el museo Magritte propiamente dicho en la misma
ciudad (visita imprescindible9, y algunas exposiciones antológicas en Madrid y
otras ciudades- Es un pintor cuya obra siempre me ha atraído mucho por varias
razones, entre las que destacan su desbordada imaginación, su limpieza a la hora
de pintar (he llegado a pensar que esa limpieza, y la denominada “línea clara”
de los comics son productos endémicos de Bélgica que no se repiten en ningún
otro lugar con tanta fuerza), y sus temas, que entroncan directamente con el
mundo de los sueños. Ese cuadro suyo con dos personas que se besan con las
cabezas envueltas en paños blancos me ha atraído siempre con mucha fuerza, sin
que sepa explicar muy bien el por qué. Creía conocer, como ya he dicho, la obra
de Magritte casi al completo, pero hay algo por lo que destaca mucho la
exposición organizada por el Thyssen: el gran número de obras pertenecientes a
colecciones privadas, algunas de las cuales tan exclusivas q<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMo1gPnVg1KSQwCOqaG3s9lJWqyCD4sKiEsm-FQpGwQFeHdcIW9NnVSSnLrAykI3Kh73Qqcdi97U1Rjm1AMcvDvdIiU6PPH0VerL9MroqK7T2yNITvsL0qguvkrnJy63WS3jhpQGKVNCM/s1966/20211021_140020.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1966" data-original-width="1475" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMo1gPnVg1KSQwCOqaG3s9lJWqyCD4sKiEsm-FQpGwQFeHdcIW9NnVSSnLrAykI3Kh73Qqcdi97U1Rjm1AMcvDvdIiU6PPH0VerL9MroqK7T2yNITvsL0qguvkrnJy63WS3jhpQGKVNCM/s320/20211021_140020.jpg" width="240" /></a></span><span style="font-family: verdana;">ue ni siquiera se
pueden fotografiar. Las muestras que aparecen en esta entrada son fotografías
personales de obras de Magritte que no conocía, y que me han sorprendido mucho
por su belleza.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La exposición, como siempre perfectamente organizada, se
divide en temas, con un trazado y un recorrido que permite conocer más o menos
cronológicamente la obra de este singular creador. El catálogo, muy
interesante, no se limita a recopilar sin más obras del pintor que ni siquiera
se muestran en la exposición. No, es muy riguroso y recoge todo lo que se
muestra y algo más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Una exposición que sin duda hay que visitar.</span><o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-27586187128456222442021-09-26T18:00:00.000+02:002021-09-26T18:00:10.805+02:00ESPECIALES<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyMlqXX38XR7BYGLYmpqVN6KmNcqHkmCHNkbS-3qI0il63WPju3plM1mJItdEp5qiabWw-CEQnL2vREM27qR91_QuQqqbAa-haCTbg2-22ssT22U8dfVK539HCJKR__6rAckVvZVl9JsQ/s241/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="241" data-original-width="209" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyMlqXX38XR7BYGLYmpqVN6KmNcqHkmCHNkbS-3qI0il63WPju3plM1mJItdEp5qiabWw-CEQnL2vREM27qR91_QuQqqbAa-haCTbg2-22ssT22U8dfVK539HCJKR__6rAckVvZVl9JsQ/w347-h400/descarga.jpg" width="347" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Seguro que algunos de los que leen estas entradas recuerdan esas películas que grababan nuestros padres cuando éramos niños. El que más y el que menos se compró el "tomavistas", un aparato muy cómodo y manejable (desde luego mucho más manejable que las cámaras "Handycam" de Sony que salieron muchos años más tarde), que grababa películas mudas en un formato que creo recordar que se llamaba "súper ocho". Las películas se tenían que enviar a KODAK para que las revelaran, y el producto resultante, una película con la funda de plástico de color naranja, que se proyectaba con un proyector de mesa sobre una pantalla blanca o sobre la misma pared, tenía los bordes como despeluchados y era muda, aunque el color era bastante bueno. Recuerdo como si fuera ayer el sonido que producía el proyector al pasar la película, y el olor que salía de repente cuando la película se quemaba. Cuando llegaba una película revelada montábamos una fiesta en casa. Apagábamos las luces, poníamos la pantalla, y disfrutábamos de las imágenes.</span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Habré visto esas películas... No sé... Cincuenta, sesenta veces, y a lo mejor me quedo corto. Montar el proyector para verlas ya era algo fastidioso, pero compensaba porque las sesiones cada vez eran más largas, porque solíamos ver la película que mi padre acababa de recibir rebelada, y todas las anteriores, por supuesto. Con el tiempo, pasamos las viejas cintas de súper ocho a VHS, incluyendo música de fondo, y con el tiempo convertimos esos VHS en DVD. La primera imagen de esas películas se ha quedado grabada para siempre en nuestro ADN, porque fue la primera que grabó mi padre con su nueva adquisición: mi madre, sonriendo, frente a la ventana de la cocina, seguida por unos segundos de un balón naranja metido en una red y colgado al lado de esa ventana.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En esas películas, en las primeras, ya aparece ella, mi prima. Siempre detrás de mí, o a mi lado, mientras que mi hermana y su hermano siempre iban juntos también, pero unos metros más atrás. Ella es más o menos de mi edad, y ya desde entonces nos llevábamos como el perro y el gato. En esas películas no se aprecia, aunque se intuyen las trastadas que montábamos. En una imagen que ha quedado para la posteridad, mi madre me pega un azotazo por haber dejado caer una farola sobre mi pobre hermana, que casi siempre acababa siendo la víctima de mis malas ideas y aparecía llorando en la película. Ella, mi prima, era tan perniciosa o incluso más que yo, y raro era el día que no acabábamos a bofetada limpia. Mis padres y los suyos, mis tíos, solían acabar esas jornadas de domingo, traje y corbata, discutiendo y despidiéndose de mala manera, con un "adiós" brusco y duro, con la firme promesa de no volver a vernos nunca más, tal era la tensión que creábamos entre ella y yo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero a la semana siguiente volvíamos a quedar. La cercanía era una ventaja, y una abuela común que vivía con ellos, y que de vez en cuando nos llevaba a ver películas de Manolo Escobar o Rafael al cine París, al Bristol o al Río, contribuía a esa cercanía en la que convivíamos casi como hermanos. Discutiendo y a bofetada limpia, pero como hermanos. Lo nuestro era una relación de amor-odio sobre la que seguramente un psicólogo tendría mucho que decir. Nos repelíamos como el agua y el aceite, pero en cuanto nos juntábamos no podíamos separarnos el uno del otro.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La vida les golpeó muy jóvenes. Se quedaron sin padre muy de niños, ella con seis años más o menos, su hermano con cuatro, y su madre, mi tía, embarazada del tercer hermano. Aquello fue un durísimo golpe para todos. Muchos años después, al revisar esas películas en familia cuando nos juntábamos en Navidad, mi tía no podía soportar la emoción cada vez que veía a mi tío con ese traje que se ponía los domingos. Ella, mi prima, era una niña, pero la época era otra, y sin que hubiera un acuerdo previo, ni indicaciones concretas ni nada de nada, se decidió que debía de ocuparse en cierta manera de sus hermanos, que además eran más pequeños que ella. Y así lo hizo, mientras mi tía se tuvo que poner a trabajar, en la misma empresa en que había estado su marido. Eran otros tiempos, ya lo he dicho, y no vale la pena, con la perspectiva de ahora, tan diferente, juzgar si aquello estaba bien o mal. Era lo que había que hacer, y punto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La vida siguió, para cada uno de manera diferente. Ella se casó y tuvo una hija, yo me casé y tuve a mi hijo, y cada uno discurrimos por sendas distintas. Pasaron muchos años desde aquellas salvajadas que hacíamos juntos de niños, y puede que hasta nuestra alma cambiase para convertirnos en personas más o menos normales, bondadosas, mucho menos dañinas que en la época en la que éramos niños. Seguimos viéndonos de tarde en tarde, por supuesto, pero no con la intensidad de aquellos tiempos. Era lógico, cada uno tenía su pareja y su vida alrededor de la familia que se había formado, con nuevos amigos, nueva familia del cónyuge, etc.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Después fue a mí a quien le pegó otro durísimo golpe la vida. Recuerdo que, en el velatorio de mi mujer, ella me dijo unas palabras que jamás podré olvidar. Hubo muchas muestras de cariño, apoyo y consuelo por parte de la familia, amigos y compañeros de trabajo, por supuesto, pero ella me dijo algo tan grande, tan magnífico, que a partir de ese momento me di cuenta de que podía empezar mi duelo particular con total tranquilidad, porque lo que había sido mi vida con Pilar, había sido perfecto, y los dos habíamos tenido tiempo de hacer una gran obra. Es algo que no se puede explicar con palabras, pero lo que me dijo fue lo que más me reconfortó en ese momento durísimo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y la vida siguió, para ella y para mí, como no podía ser de otra manera. Con sus momentos interesantes, sus tristezas, sus alegrías, sus reuniones con esas personas a las que quieres y que te quieren, vaya usted a saber por qué, sus esporádicos viajes, sus encuentros y sus desencuentros. Esas pequeñas cosas que conforman este viaje como las atracciones de un crucero. Y de repente, sin buscarlo, y sobre todo sin poder evitarlo, la vida volvió a darle otro durísimo golpe a ella.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Primero fue la crisis que se cebó en la actividad que hasta ese momento estaba ejerciendo su marido, y después, cuando parecía que la cosa no podía ir a peor, a él le sacudió una terrible enfermedad que le incapacitó casi definitivamente para ejercer su profesión.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La historia ha acabado bien. No quiero dar más detalles sobre lo ocurrido, pero sí puedo decir, y me alegra infinitamente poder hacerlo, que su marido se ha restablecido satisfactoriamente de su enfermedad, y además se ha reciclado, ejerciendo otra actividad, la pintura, que ha conseguido hacer que la alegría de vivir haya vuelto a su alma.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ella está contenta. Cuando el otro día puso en el grupo de primos de Wasap que su marido había conseguido sobreponerse a la enfermedad y además estaba ilusionado con su nueva exposición de pintura (porque ya es la segunda, que yo sepa), pude imaginarla escribiendo, con esa alegría innata suya.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque, y no sé si lo he dicho anteriormente, mi prima es la alegría personificada.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sus ojos le brillan cada vez que se descojona literalmente de risa cuando hablamos de alguna anécdota de nuestra infancia. Su sentido del humor es especial, como toda ella, y recuerdo que, en lo peor de la enfermedad de su marido, cuando prácticamente se podía haber perdido toda esperanza, intercambiamos unos mensajes llenos de sentido del humor, tanto por su parte como por la mía. No es sencillo conservar el sentido del humor en las peores circunstancias, pero mi prima es una experta en eso, y creo que yo también. El sentido del humor no tiene por qué estar reñido con el dolor, pero eso es algo que muy pocas personas pueden entender.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Creo, sin temor a equivocarme, que en la recuperación de su marido, mi prima ha tenido mucho que ver. Su coraje, su paciencia, sus dos cojones a la hora de afrontar la situación para que la falta de actividad no supusiera una hecatombe económica, y sobre todo, su fortaleza y su gran, enorme y fantástica capacidad de sobreponerse a todo, han sido decisivos en el devenir de las circunstancias. Cualquier otra persona se habría derrumbado, y nadie, repito, nadie, podría habérselo reprochado. Otros, de una naturaleza que por desgracia se ha cruzado muchas veces en mi camino, simplemente habrían abandonado el barco para seguir con sus vidas. Ella no lo ha hecho. Se ha arremangado, ha puesto sus dos cojones sobre la mesa, y ha tirado de su familia hacia adelante. Y lo ha hecho porque es una persona especial, y siempre lo ha sido.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hay muchas personas a las que quiero, pero hay muy pocas a las que, además de quererlas, las admiro, y mi prima es una de ellas. Tenemos poco contacto, ya lo he dicho antes, pero cada vez que coincidimos, aquella atracción inevitable que sentíamos cuando éramos niños, vuelve a aparecer, tan fuerte, o incluso más, que antes. No necesitamos vernos, no necesitamos comunicarnos por wasap. Yo sé que ella está ahí, para cuando necesite una opinión con criterio y un chute de fortaleza y de energía positiva, y ella sabe que yo estoy aquí para cuando sea ella la que necesite un apoyo, quizá no tan fuerte como el suyo, pero desde luego con todo el cariño que soy capaz de transmitir.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Bueno, matizo: cada vez que nos juntamos, aquella atracción vuelve a surgir con fuerza, como cuando éramos niños, pero sin darnos de bofetadas, que conste.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Te quiero, prima.</span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-89311358714368928162021-07-31T23:07:00.002+02:002021-07-31T23:07:51.408+02:00Narcisistas, Alcibíades y otros asuntos del amor<p> </p><p style="break-before: page; margin-bottom: 0cm; page-break-before: always; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #14171a;"><span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgjAFU-dBdrGy-kzGr5AeCQFMXkasb1_pmKNW2Eg1AxCsCAZy1MC08cjxs1OYHx8Yu2KGl9ivdiUeDDR6EpvM1j2URZx-XMAGXNrcnZFTIGL0gCoPz73vHmdQL9TaKoGHygXp5VvlToRA/s2048/20210731_212750.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1508" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgjAFU-dBdrGy-kzGr5AeCQFMXkasb1_pmKNW2Eg1AxCsCAZy1MC08cjxs1OYHx8Yu2KGl9ivdiUeDDR6EpvM1j2URZx-XMAGXNrcnZFTIGL0gCoPz73vHmdQL9TaKoGHygXp5VvlToRA/w295-h400/20210731_212750.jpg" width="295" /></a></span></span></div><p></p><p style="break-before: page; margin-bottom: 0cm; page-break-before: always; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Descubrí
este libro viendo una exposición sobre cómic dibujado por mujeres
en Centro Centro, hace pocos días. Me dejaron impresionado algunas
páginas, perfectamente ideadas además, que hablan sobre el fracaso
actual del amor. No pude resistirme, necesitaba saber más, y compré
el libro el mismo día que vi la exposición. Lo sé, ya sé lo que
me van a decir los que me conocen, pero puedo aseguraros que merece
la pena tenerlo, degustarlo, disfrutarlo y, por supuesto, leerlo.</span></span></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La
idea es más o menos sencilla: según Byung-Chul Han, filósofo
surcoreano, el extremo narcisismo ha cambiado las bases de nuestra
sociedad. La clave está en que buscamos en los demás proyecciones
de nosotros mismos, lo que hace que, literalmente, anulemos al otro,
hacemos que desaparezca. El otro, despojado de su alteridad (la
capacidad de ser otra persona diferente. Lo he aprendido leyendo este
libro), lo único que hace es alimentar nuestro ego, hasta el punto
que no somos capaces de reconocer la alteridad del otro, su esencia.<br /></span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt9ht-P7TasGbog_V_MHcxdU73H4BgVHtstDfnsHdNamIWNjWRm_VCYEfBYSpJRTS1CBXG9YwBnkR0GIfc7DjictNuNm36lnuLj7552hAeQ_Oosxm320TWaHfbhb1XuARo8ZkaZk6ZOQg/s2048/20210731_212817.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1547" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt9ht-P7TasGbog_V_MHcxdU73H4BgVHtstDfnsHdNamIWNjWRm_VCYEfBYSpJRTS1CBXG9YwBnkR0GIfc7DjictNuNm36lnuLj7552hAeQ_Oosxm320TWaHfbhb1XuARo8ZkaZk6ZOQg/s320/20210731_212817.jpg" width="242" /></a></span></span></span></div><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></span><p></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sigue
el libro hablando de “El banquete”, un libro escrito en...
Espera... ¿2017? No, anterior. ¿1950? Que no, que no, mucho antes.
¿1625? ¡¡Que no, que lo escribió Platón 385 años antes de
Cristo!!. Parece mentira que ocurran estas cosas, pero a veces pienso
que están más vigentes temas escritos hace miles de años, que
soflamas y artículos de revistas de actualidad, que se quedan
obsoletos en dos meses. </span></span></span></p><p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En este libro, Alcibíades habla de su
relación con Sócrates, y acaba proclamando entre los que acuden al
banquete que, para él, Sócrates es único en el mundo, no se puede
comparar a ningún otro, mientras que todos los demás hombres
(nombra a Aquiles, a Pericles, etc) pueden ser comparados a otros
hombres de aquella época. Eso hace que su amor por Sócrates sea
inmenso, porque Sócrates es diferente a todo lo demás, incluso a
él. En reconocer esa alteridad en la persona amada, su esencia, su
personalidad, su diferencia con nosotros, está precisamente la clave
del amor, y no en otra cosa.</span></span></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #14171a;"><span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgZg_lgV3mvnAO__jStE2XLXcDErFh9AKp4U992eSUvE7PEFWco-kNrY5jKH6LARd_MMwlmn9EQTdiL1uQMSzyORG5aUcLYME1aN6ILP87E4Vgr3aEnnQFEMvPRUrhQKWsPh32m674kqU/s2048/20210731_212435.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1305" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgZg_lgV3mvnAO__jStE2XLXcDErFh9AKp4U992eSUvE7PEFWco-kNrY5jKH6LARd_MMwlmn9EQTdiL1uQMSzyORG5aUcLYME1aN6ILP87E4Vgr3aEnnQFEMvPRUrhQKWsPh32m674kqU/s320/20210731_212435.jpg" width="204" /></a></span></span></div><p></p><p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Después,
el libro sigue analizando las claves del desamor actual. Otra situación curiosa de hoy en día,
por ejemplo, es que cuando quedamos con alguien ya sabemos, gracias a
las redes y a las páginas destinadas a ello, cuales son sus gustos,
sus preferencias de comida, sus aficiones, sus afinidades con
nosotros. Quedamos para ver si nos enamoramos con alguien del que no
vamos a tener casi sorpresas, cuando antes nos enamorábamos sin
saber apenas nada de la otra persona. Primero venía el enamorarse, y
luego ya la íbamos conociendo. Ahora el otro se ha convertido en un
objeto de consumo, que se puede rechazar en cuanto veamos algo de él
o ella que no nos gusta. Por todo ello, y muchas cosas más que
vienen en el libro, cada día es más difícil que nos enamoremos, y
el enamorarse, de hecho, es considerado por muchas personas como una
debilidad.</span></span></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Me
he enamorado profundamente dos veces en mi vida. En realidad me he
enamorado otras muchas, pero sin buenos resultados, por falta de correspondencia básicamente, antes de
enamorarme de verdad por primera vez, y de ver que ese amor era
compartido. Puede que en ese primer enamoramiento influyeran
parámetros que no aparecieron para nada en el segundo. Tenía 26
años, y en mi horizonte probablemente, aunque de forma tácita, no
claramente dibujada, estaba el hecho de tener hijos, hacer el amor de
forma más o menos regular, y sobre todo, y eso creo que fue una de
las cosas que más pesaban, no estar sólo. Fue el amor que encuadró
mi vida digamos natural, el esquema que tenía y que creí que con
esa persona se iba a desarrollar de la mejor manera posible, como así
fue. Ella era completamente distinta a mí, pero amaba precisamente
su alteridad, sus diferencias con respecto a lo que yo pensaba, y
ella me amaba a mí a pesar de nuestras diferencias.</span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdTCN16kFrP2dGnGuhtflaRXS0BlVgOYDgr0E53cJJJNeGZsTw_o6-zypSIxvlf1ttZ1ScLCzOHddGcRdoLftN5ggzdBsdoHRazjRXZpJHWYh_zzlchfdx1cb8Cg0gC0RwZZg4-__z8zw/s1671/20210731_212441.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1597" data-original-width="1671" height="191" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdTCN16kFrP2dGnGuhtflaRXS0BlVgOYDgr0E53cJJJNeGZsTw_o6-zypSIxvlf1ttZ1ScLCzOHddGcRdoLftN5ggzdBsdoHRazjRXZpJHWYh_zzlchfdx1cb8Cg0gC0RwZZg4-__z8zw/w200-h191/20210731_212441.jpg" width="200" /></a></span></span></span></div><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></span><p></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La
segunda vez que me enamoré tenía 51 años, casi el doble de los que
tenía cuando me enamoré por primera vez. En esta segunda ocasión,
el hecho de no estar sólo ya no pesaba absolutamente nada en mis
posibles motivaciones, porque ya había aprendido a estar sólo.
Tampoco me podía motivar tener hijos, porque ya era mayor. Me
enamoré simplemente, sin motivaciones, sin intenciones, sin nada, en
un momento, además, en el que ni siquiera pensaba que existiera la
posibilidad de volverme a enamorar. Fue muy curioso, lo recordaré
toda mi vida. Estaba en una de las tantas obras en las que he
trabajado, con el casco puesto. Me encontré a mí mismo sonriendo
como un bobalicón, mirando al cielo, y pensando “joder, si me he
enamorado...”.</span></span></span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-size: medium;">No
sé lo que es enamorarse, pero sí sé que me ha ocurrido, y que
probablemente vuelva a ocurrirme, porque la naturaleza de cada uno es
muy complicado cambiarla, y eso de enamorarme está en mis genes. No
me importa en absoluto fracasar, ni que la otra persona no se enamore
de mí, me enamoraré las veces que haga falta hasta que otra persona
se enamore de mí como las dos personas que lo han hecho hasta ahora.
Lo que me parece muy triste es que no seamos capaces de enamorarnos,
por todo lo que explica Liv Stromquist en su libro, o por las razones
que a cada uno se le ocurran. Es tan gratificante intercambiar vida
con personas que nada tienen que ver con nosotros, que creo que no
podemos dejar pasar esa oportunidad de conocer esa experiencia. Y
sobre todo, y para terminar, no creo, ni por lo más remoto, que
enamorarse sea un signo de debilidad. Creo que es mucho más débil
encerrarse en la burbuja de nuestro narcisismo y andar picoteando de
persona en persona sin sentir nada por ellas. </span></span></span>
</span></p>
<p style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #14171a;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Como
decía Alcibíades, la persona amada es incomparable, única en su
alteridad, y será imposible encontrar otra como ella. Las dos veces
que me he enamorado ha ocurrido precisamente eso, las dos mujeres de mi vida han sido
incomparables, únicas en su alteridad, y jamás volveré a encontrar
otra como ellas.</span></span></span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-81475737958976498382021-06-24T19:05:00.000+02:002021-06-24T19:05:34.878+02:00CARTA DE UN DESCONOCIDO<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGMKWIUjEIS0iNYwImI_iVGFDXDP48JJU_xGxgFVrkaexSN5x0j5DfeiKOv_4O3e2CN6oX6qySBLTXQaIDxCVvOhjdbPavx22jv0bLC8ANC0R-WvN0ZvDBYg8X2QWrV2u_bpMKoN94VRs/s880/Playa_miramar-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="541" data-original-width="880" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGMKWIUjEIS0iNYwImI_iVGFDXDP48JJU_xGxgFVrkaexSN5x0j5DfeiKOv_4O3e2CN6oX6qySBLTXQaIDxCVvOhjdbPavx22jv0bLC8ANC0R-WvN0ZvDBYg8X2QWrV2u_bpMKoN94VRs/w640-h394/Playa_miramar-2.jpg" width="640" /></a></div><br />No me conoces, y sin embargo llevamos años viéndonos, cada
verano al menos un par de veces. Yo tampoco te conozco en realidad, pero
conozco tu historia, una parte de tu vida, y de esa parte soy capaz de imaginar
el resto, de sentir, en parte, lo que has sentido, lo que has vivido, y desde
ese ejercicio de imaginación me creo capaz de deducir que eres feliz.<p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Te descubrió mi padre, y a través de mi padre te descubrí
yo. A través de mi padre, de su visión de las cosas, he descubierto muchas
cosas en mi vida. Mi padre era un gran amante de la belleza. De la gran
belleza. Amaba con pasión la pintura, el cine, la literatura, y supo inyectarme
esa pasión suya. Cada vez que descubría la belleza, como hizo contigo, le
gustaba compartirla, y lo hizo conmigo. Además de amar la belleza, amaba el
café en todas sus variantes, y esa era la combinación perfecta para bajar a
verte, a admirarte, a veces cada día. Le encantaban tus gestos, tu pelo siempre
corto, tu sonrisa, esa voz tuya que, a pesar de no entender a veces los giros en
valenciano, le sonaba musical. A mi padre le encantaba la belleza, y el que le
conocía de verdad era capaz de vislumbrar la pasión que sentía cada vez que, como
en tu caso, se cruzaba con ella. De ti decía algo muy parecido a lo que
alguien, alguna vez, dijo de Ángeles, la mujer de Delibes, el escritor: “una
mujer que, con su sola presencia, era capaz de aliviar la pesadumbre de vivir”.
No era exactamente eso lo que decía mi padre, pero te puedo asegurar que se
parecía bastante. Con tu forma de ser alegrabas esos momentos suyos de café,
helado o blanco y negro, y eso era tan importante para él como para mí, que
disfrutaba cuando le veía disfrutar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">De repente, un año cualquiera, un año aciago, se presentó la
tristeza, tu tristeza, y tuve que decir, cuando me lo contó mi padre, la frase
que había que tenido que decir en otras ocasiones a lo largo de mi vida: “Buenos
días, tristeza”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me enteré en pleno duelo, en un momento muy duro de mi vida.
Mi mujer había fallecido pocos meses antes. Era en aquel tiempo en el que no
podía contener las lágrimas cuando veía una mujer con un pañuelo en la cabeza,
intentando disimular la pavorosa caída del pelo que provoca la quimioterapia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Mi padre me lo dijo, y me fijé en ti. Creo recordar que
conservabas el pelo, pero tu aspecto había cambiado. Percibí tu lucha en tus
movimientos, en tus gestos, en tu falta de sonrisa, de aquella sonrisa luminosa
que había cautivado primero a mi padre y después a mí, en los visibles
esfuerzos que hacías para servir los helados o los cafés. Reviví al verte, con
un tremendo golpe en el alma, los últimos esfuerzos de mi mujer, ese baile con los
lobos que tuvo hasta el final. En aquel momento, como ya te he dicho, estaba en
pleno duelo, y, sinceramente, no era capaz de vislumbrar un desenlace feliz a
tu situación. Y sin embargo, percibí que luchabas, y eso me ayudó a luchar a
mí. Ese año, ese verano, a mi tristeza se sumó la tuya, y esa suma de
tristezas, unida a la disipación de la belleza, de la magia, hizo que me
interesara profundamente por ti.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Recuerdo que, el año siguiente, lo primero que hice, nada
más llegar, fue acercarme a la heladería. Allí estabas, al pie del cañón, con
un aspecto todavía débil, pero mucho mejor que el año anterior, el año de la
tristeza. Recuerdo que pensé, al verte, que en cierto modo los dos estábamos
superando los terribles escollos que nos había “regalado” la vida, tu cáncer y
mi duelo por la pérdida de la mujer a la que había amado con todas mis fuerzas
durante algo más de veinte años. Y a ese año siguieron otros, y cada año te
veía mejor, y yo también me iba encontrando mejor. Un año recuperaste tu
sonrisa, y quiero creer, aunque probablemente no sea así, que ese año yo
también recuperé la mía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esta mañana he salido a andar temprano. Llegamos ayer por la
tarde. La heladería estaba cerrada, pero al volver he visto mesas fuera, y al
fijarme te he visto tras la barra con tu sonrisa de siempre, con tu pelo corto,
con esa serena madurez que te está regalando ahora la vida, en una especie de
compensación por la tristeza que te regaló una vez. La vida es así, voluble y
caprichosa. Luchaste, y ahora estás recogiendo los frutos de esa lucha, y
recuperando la belleza, tu belleza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Iba escuchando música mientras andaba, como siempre que lo
hago sólo, y al chute de “The Passenger”, se ha unido el chute de verte otra
vez, otro año más. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">He sonreído sin sonreír, y he saludado a la vida. Buenos
días, belleza.</span><o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-13686897211990193312021-03-21T14:04:00.000+01:002021-03-21T14:04:19.165+01:00MOMENTOS, LUGARES<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbi3-To2oKX_3chhxN149dlUf7QF6DD_vprq7kCbBr5Je-vj6KX5TtVac_4Ly_cMVzj34sc1PLPsxpDIyhyvJyhNL8ZwVhJAWTrrGNsbjpqYyusJO-zTWL2moddvIY11omJM7Py1e7zro/s928/1546458106064.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="696" data-original-width="928" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbi3-To2oKX_3chhxN149dlUf7QF6DD_vprq7kCbBr5Je-vj6KX5TtVac_4Ly_cMVzj34sc1PLPsxpDIyhyvJyhNL8ZwVhJAWTrrGNsbjpqYyusJO-zTWL2moddvIY11omJM7Py1e7zro/w400-h300/1546458106064.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;">A veces los momentos se nos quedan grabados en la memoria, como a fuego, como si formaran parte de nosotros mismos, de nuestro ADN, de nuestra naturaleza particular. El momento del que hablo ocurrió en la primavera del 2000, en un lugar, el monasterio de Santa María de Monfero, en Ferrol, situado en medio de una especia de selva impresionante, formada por eucaliptos, hayas y orballos, llamada "Las fragas del Eume", a la ribera del río que desemboca en Pontedeume. Voy a intentar que imaginéis la escena. Un día soleado, bastante raro en Galicia. Una temperatura ideal. Mis padres y yo llegamos a una especie de explanada, después de recorrer el paraje, en la que se sitúa el monasterio, un edificio semi en ruinas pero que impresiona profundamente tanto por su tamaño como por su arquitectura. Nadie alrededor. Mientras caminamos escuchamos el sonido de nuestros pasos en la gravilla de la explanada. La puerta está abierta, no hay nadie en ella, la entrada es libre. El motivo, seguramente vergonzoso, por el que una joya así se está cayendo a pedazos sin que nadie, absolutamente nadie haga nada por impedirlo, no es el tema de esta entrada.</span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cruzamos el umbral de lo que era la iglesia anexa al monasterio, y al avanzar unos pasos, y sumergirnos en la penumbra, rota solamente por unos cuantos rayos de sol que penetraban por agujeros del techo, formando una atmósfera mágica, escuchamos, claramente, cada vez más potente, una música que procedía del fondo, de la zona del altar. Mi madre dijo "uy, si han puesto música", y yo me sorprendí, muy agradablemente, porque lo que se escuchaba, en todo su esplendor, era "Shine on you crazy diamond", de Pink Floyd. Imaginaos el momento. Los tres. sorprendidos ante la salvaje belleza de un lugar que en otro tiempo fue grande y que conserva su grandeza, empequeñecidos ante una arquitectura soberbia, y escuchando a Pink Floyd. Al cabo de unos minutos nos dirigimos al altar, a la zona de la que procedía la música, y a nuestro encuentro salió un individuo delgado, desnudo de torso para arriba, con barba de chivo, ojos de loco y pelo muy largo. Caminaba deprisa, nervioso, y llevaba en la mano una maqueta que estaba haciendo en barro de uno de los capiteles de aquel lugar. "Buenas tardes. Si les molesta la música puedo bajarla". "Al contrario -le digo- Nos encanta. Ha sido una sorpresa escuchar a Pink Floyd en este lugar". Se trataba del restaurador. Nos estuvo explicando durante un buen rato la historia del monasterio, su destino, su futuro. El hombre tenía su taller montado allí, seguramente pagado por la Xunta, y se entretenía en su mundo, con su música.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuando salimos de allí y nos metimos en el coche, recuerdo que mi padre, que estaba sentado delante, se volvió hacia atrás, sonriendo, cogió la mano de mi madre, y dijo sólo dos palabras: "qué felicidad".</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El otro día soñé con él, con mi padre. En el sueño, estaba en el mismo lugar, en Monfero, con la misma luz y la misma música, pero en esta ocasión yo sólo, sin mi madre, y era él el que aparecía, en lugar del restaurador, sonriente, desde la parte del fondo del altar, silbando con su silbido particular antes de dejarse ver, y cuando llegó a mi altura, me dijo, "qué felicidad".</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Soy creyente a mi manera. No creo en el cielo ni en el infierno, ni en muchos otros dogmas, pero sí que creo que los nuestros, los que se han ido, pasan a formar de alguna manera parte de nosotros. Desde el sueño del otro día, además, creo que los nuestros están en lugares concretos, en puntos en los que en algún momento de su vida han sido felices. Mi padre es una de las personas que en más lugares se encuentra ahora mismo. Además de en El Retiro, uno de los lugares que más le gustaba, seguro que podemos encontrarle en Monfero, o en el U Flecu de Praga, donde también tuvo uno de sus momentos más importantes de felicidad, o en la impresionante desembocadura del Duero, en Oporto, o en el castillo de Lisboa, o en el Balcón del Mediterráneo, cuando cantó aquel tango con otro familiar que también vivió con él muchos momentos de felicidad en Benidorm (no sé si soñaste con él al mismo tiempo que yo, hermano, pero te acordaste de él y me llamaste, y esa llamada tuya también fue un momento de felicidad). Del mismo modo que Pilar está en Granada, y en el parador de Salamanca, y en esa fábrica de vidrio soplado de Manacor en la que fue feliz una tarde, además de formar parte intrínseca de mí y de mi hijo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No me cabe duda. Están en nosotros, y están en los lugares en los que, siendo felices, nos han hecho felices a los que hemos tenido el privilegio de conocerlos. Porque la felicidad, para mí, es que los míos sean felices, con todo lo que abarca ese concepto de "míos" (familiares, amigos, compañeros, conocidos...). No se es feliz siempre, por supuesto, porque hay momentos de tristeza, pero hasta esos momentos te hacen apreciar más y mejor los momentos de felicidad, y los lugares en los que esta se produce.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, que aunque hayan pasado un par de días, feliz día del padre. </span></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-4325151160295512002021-01-20T11:18:00.002+01:002021-01-20T11:18:50.884+01:00El hogar de los libros de Umberto Eco<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl4LinpbFH2fgKdczQr6BmQ9k-23NG9sBLmu30Z-DfzggXg2nhjuXbagNh-fHjRV7slMHv1cV-AZ4sXyh8wVwuqFXgW-3qrvxQwN38ELuTN4CKyYaYIlfBlATdFOGo1GSHhsSKsAy9mMg/s300/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl4LinpbFH2fgKdczQr6BmQ9k-23NG9sBLmu30Z-DfzggXg2nhjuXbagNh-fHjRV7slMHv1cV-AZ4sXyh8wVwuqFXgW-3qrvxQwN38ELuTN4CKyYaYIlfBlATdFOGo1GSHhsSKsAy9mMg/w400-h224/descarga.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;">Ayer vi este video en Twitter. Se
trata de Umberto Eco, paseando por su biblioteca:<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=bF9tG5Q6NTA&ab_channel=PlzAle">https://www.youtube.com/watch?v=bF9tG5Q6NTA&ab_channel=PlzAle</a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Bien es verdad que en Twitter no
se veía como en este enlace. Se reproducía sin música, lo que lo hacía aún más
inquietante. Inmediatamente me surgieron varias preguntas. Sentí una especie de
desasosiego bastante difícil de explicar, y no supe el por qué prácticamente
hasta hoy. ¿Se trataba de su casa, de su hogar? Si es así, ¿dónde están los
signos que marcan un hogar? Se veían cuadros, mesas, e incluso un perchero con
un par de sombreros. “No – pensé aiviado -. No es su casa, es una oficina,
seguramente su oficina, donde trabaja gente y ha metido todos sus libros”. Me
quedé más o menos tranquilo, hasta que hoy, indagando, he leído varias páginas
en las que se habla de esta biblioteca. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En efecto, era su casa, en
concreto la de Milán, donde Eco tenía una colección de unos 30.000 libros, y
20.000 más en su casa de veraneo, cerca de Urbino. Un “hogar” que, más que
suyo, era de los libros que coleccionaba. Cuando alguien le preguntaba “¿Los
has leído todos?”, Eco contestaba “no, estos son los que tengo reservados para
fin de mes. Los que he leído los tengo en mi despacho”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Analizando el video, he llegado a
varias conclusiones, relacionadas con el tema de la acumulación de cosas, con
el desasosiego, con la despersonalización del “hogar” cuando te sacude una
afición coleccionista, y con el propio Umberto Eco. Vayamos por partes, y
empiezo por el último punto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Umberto Eco era una persona
excepcional, y un autor brutal. Escribió “El nombre de la rosa”, probablemente
la mejor novela que haya leído jamás. La devoré en un mes, mientras estudiaba,
y recuerdo que la leímos juntos varias personas. Nos juntábamos en el estanco
de un amigo, y la comentábamos como se comenta hoy “Juego de tronos” entre los aficionados
a la serie. Si alguno de los amigos había avanzado una noche algo más, y
empezaba a destripar la trama, le dábamos la paliza a base de gritos y codazos para
que se callara, para que no hiciera “spoiler”. Disfruté un montón de la novela
y de las circunstancias en la que la leí, en un tiempo en que leer empezaba a
ser algo vital para mí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Después vino “El péndulo de
Foucault”… Y ya no fue lo mismo. Me gustó, pero no era para mí como “El nombre
de la rosa”. Luego leí “Baudolino”, y me ocurrió otra vez. “El cementerio de
Praga”, siendo fantástica, tampoco llega a la altura de la rosa. “La misteriosa
llama de la reina Loana” me entusiasmó, e incluso me inspiró una trama
parecida, pero tampoco era lo mismo. Y mi pregunta era, a partir de entonces,
¿pensará igual Umberto Eco? ¿Escribirá bajo la losa de haber escrito lo mejor
que puede escribir una persona? ¿Vivirá toda su vida condenado, agotado por la
presión de tener que superarse a sí mismo? Viéndole pasear en ese video con los
hombros cargados, a ese paso más o menos rápido, como a la búsqueda de algo,
esas preguntas volvieron a mi mente, y de ahí al desasosiego hubo sólo un paso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_LNiBaLW4-xzSj0cgN6qTljtWikgwkE02LLM8KIrwlcnWo5Jkf_kVKfkEC6UPRUPrmvRk90Fzl85nQHHxiorGKnixOgGWuEkAg9ljJmjiwjk_Hcs98dUN1sgyr90TOk9HP700hyphenhyphenMlp44/s693/1.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="388" data-original-width="693" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_LNiBaLW4-xzSj0cgN6qTljtWikgwkE02LLM8KIrwlcnWo5Jkf_kVKfkEC6UPRUPrmvRk90Fzl85nQHHxiorGKnixOgGWuEkAg9ljJmjiwjk_Hcs98dUN1sgyr90TOk9HP700hyphenhyphenMlp44/w400-h224/1.png" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Una de las páginas que he leído hoy
habla de la Antibiblioteca, compuesta por todos esos libros de una biblioteca
personal que no se han leído, y que muchas veces tiene más libros que los que
realmente se han leído. Es como una especie de reconocimiento, se decía en esa
página, de todo lo que nos queda por aprender, de todo lo que nos queda por
leer. La certeza palpable de que lo que hemos aprendido hasta el momento es una
gota en el océano comparado con lo que no sabemos. He dejado volar la
imaginación y he visto a Umberto Eco paseando eternamente por esos pasillos de
la biblioteca de su casa, vaga imitación de la que aparece en su mejor novela,
buscando la idea que le empujara a escribir algo más grande que “El nombre de
la rosa”. Inquietante.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gustan los libros, no puedo
negarlo, y los que me conocen lo saben. A veces he comprado libros por el
aspecto, o por las ilustraciones, o porque era una edición que me gustaba más
que la que tenía. Tengo tres “Nieblas”, cuatro “El río que nos lleva”, etc.
Pero de un tiempo a esta parte, no sé si será por la edad o porque el
pensamiento y las ideas van cambiando por un proceso natural de nuestro
cerebro, no le doy tanto valor a acumular. De hecho estoy organizando
seriamente la venta de un montón de libros. Hace poco, con motivo de una
vivienda que tuvimos que vaciar la familia, que estaba también llena de libros,
hicimos varios viajes al Retiro para dejarlos en las hornacinas que hay cerca
de la estatua de Galdós y en los jardines de la casa de fieras. Llevamos un
montón de libros, y no me dio ningún reparo en deshacerme de ellos. Hace tiempo
que prefiero acumular experiencias, sensaciones, momentos entrañables con
familia o amigos, cenas, viajes, exposiciones, paseos… Y sigo teniendo muchos
libros, por supuesto, pero soy consciente de que muchos, muchísimos de ellos,
no los voy a leer, y no me importa, porque seguiré leyendo y disfrutaré de los
que me dé tiempo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El caso es que estuve todo el día
con el desasosiego, porque las respuestas de la gente al video eran de
admiración, de aplauso al hecho de tener esos libros, en esos pasillos
interminables de estanterías hasta el techo. Parecía no haber nadie con esa
sensación inquietante que había tenido yo, hasta que Rosa Montero respondió más
o menos que de qué servía todo eso, que Umberto se había muerto igual, y añadía
unas palabras de Simone de Beauvoir: “Lo que más me tortura son todos esos
libros que he leído, todo lo que he aprendido, que desaparecerá en la nada”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Al leer la respuesta de Rosa tuve
dos sensaciones. Una de consuelo, al no ser el único al que le había parecido inquietante
ese video, y otra de certeza de que Rosa había escrito el tuit en un momento de bajón, porque si bien estaba de acuerdo con la primera parte de su pensamiento, que no
sirve de nada acumular, no compartía ni mucho menos esas palabras de Beauvoir. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No, Rosa, en eso no puedo estar
de acuerdo, porque lo que tú has leído, lo que has vivido, se plasma de alguna
manera en “La hija del caníbal”, o en “la ridícula idea de no volver a verte”,
o en “Te trataré como a una reina”, o en muchas otras, que mucha gente hemos leído
y nos han marcado, como otros muchos libros tuyos. Porque lo que leyó Eco se
plasmó en sus libros, y los que los hemos leído los hemos disfrutado y hemos
aprendido. Nada de lo que leas o aprendas se pierde, porque siempre habrá
alguien que lo haya asimilado simplemente por tu forma de ser, que
probablemente se deba a muchos factores que nada tengan que ver con la lectura,
pero también a ella. No tiene nada que ver aprender, leer, estudiar, con el
hecho de acumular libros, que no es más que un síndrome de Diógenes del que
poco a poco hay que ir curándose. Entre el Umberto que escribe, y el Umberto
que tiene libros, indudablemente me quedo con el primero. </span><o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4769463195785675497.post-51310776205751267652020-12-26T19:32:00.006+01:002020-12-27T01:36:32.039+01:00Nochebuena<p style="text-align: justify;"> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeumcBVxaywb0FOEdjqY0zaKg6uFfDGkMFO1ceDapdhJhqJjEBkELfSY5RGJbpZPUrR47CLEAmqdEcDsQLwBG1FQjF83prNF3mx3uVL3zPpG0Mo0am0fsTjI4tlgusoxDmFUO6zDvNWLY/s688/nochebuenaflor.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="516" data-original-width="688" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeumcBVxaywb0FOEdjqY0zaKg6uFfDGkMFO1ceDapdhJhqJjEBkELfSY5RGJbpZPUrR47CLEAmqdEcDsQLwBG1FQjF83prNF3mx3uVL3zPpG0Mo0am0fsTjI4tlgusoxDmFUO6zDvNWLY/w400-h300/nochebuenaflor.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;">Con un año tan horrible como el que hemos tenido, la verdad
es que el espíritu navideño se había disipado por completo de mi cabeza. No le
veía ningún sentido a disfrutar de las luces, los paseos por los lugares
emblemáticos de Madrid, los encuentros navideños con familia y amigos… A esto
último no sólo no le veía sentido, sino que, con lo que tenemos encima, le veo
precisamente más sentido a no reunirse con nadie, porque el amor, el
encuentro, los abrazos y los besos, y esos “Vuelve a casa por navidad” este año
pueden ser letales, y se demuestra mucho más amor no viendo a tus seres
queridos, que reuniéndote con ellos. Ya habrá tiempo y ocasión para volver a las
tradiciones cuando la pandemia esté por fin controlada, que ahora precisamente
no lo está en absoluto, aunque empiezan a verse luces al final del camino.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Estando así las cosas, una de las tradiciones que he seguido
otros años, la de enviar mensajes de felicitación, la había descartado por
completo, hasta que, lógicamente, empecé a recibirlos de personas más o
menos cercanas, pero siempre queridas y apreciadas. Al leerlos, me di cuenta de que me apetecía saber de otras personas, de las que he tenido noticias de forma esporádica durante la pandemia por mensajes que nos hemos ido
enviando simplemente para saber si todo iba bien, si habíamos tenido algún
problema, etc. La cuestión, pues, no era enviar ese mensaje navideño rutinario, sino saber de esa persona, saber si seguía bien él o ella, y
su familia. Creo que nunca he encontrado más valor a la felicitación navideña que este año precisamente, en el que la
Navidad, para mí, ha pasado a un plano mucho menos importante que el que ha
tenido en otras ocasiones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Puesto a ello, estuve gran parte de la tarde del día 24
enviando y recibiendo mensajes. Por suerte, todas las personas a las que he
saludado y me han contestado siguen bien, ellos y sus familias, lo que ya de
por sí me alegró bastante la tarde y la noche.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Una de esas personas contestó de una manera muy especial a
mi mensaje. Se trata de una chica, llamémosla Isabel (no se
llama así, pero la llamaremos Isabel por razones de seguridad) que estuvo
trabajando conmigo en Murcia, en una de las mejores épocas de mi vida, en un
equipo en el que éramos muy pocos, seis personas, pero muy bien compenetrados, tanto en lo personal como en lo profesional. Isabel era amable, siempre
sonriente, trabajadora, simpática, y sobre todo muy, muy buena persona. Por
aquella época estaba con una relación, y cuando ya lo tenían todo preparado
para casarse, con el salón, las invitaciones enviadas y toda la parafernalia
que conlleva preparar una boda, su novio voló, dejando a Isabel hecha polvo.
Poco después de aquello yo me tuve que volver a Madrid de manera urgente por
las razones que todos mis conocidos saben (por si alguno de los que leen este
blog no lo sabe, mi mujer enfermó de cáncer), y le perdí la pista a Isabel y
al resto del equipo, aunque siempre he sabido más o menos de ellos comunicándome
de vez en cuando. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Isabel contestó a mi mensaje del otro día. Por sus palabras, deduje que seguía siendo la misma persona de siempre. Amable, simpática,
sonriente, y sobre todo, buena persona. Tras dos o tres mensajes, me envió la
foto de su hija, Estrella (este sí es el nombre real), una niña preciosa, que
ahora tiene dos años. Mirando de cerca los ojos de esa niña, su sonrisa, ese
aspecto de muñeca que tiene mucho de Isabel, sentí algo que me dijo que esa
niña era el regalo del destino para Isabel. Estrella era la razón, el fin, el resultado de todo lo
que le había ocurrido a su madre. Ese novio que había volado tenía que volar, por
fuerza, porque por alguna razón que se nos escapaba a todos en ese momento, no
era la persona adecuada para Isabel. Esa tristeza que sin duda tuvo mi compañera no era
más que los preliminares de la felicidad que tiene ahora, encarnada en esa niña
que, sin duda, es la mejor obra que Isabel habrá hecho en su vida. Recuerdo que
en alguna ocasión, cuando ella estaba destrozada porque aquel chico la había
abandonado por un ataque de pánico ante la boda que se le venía encima (siempre
he supuesto que fue por eso, aunque igual era por otra razón que ni sé, ni me imagino, ni me importa), yo le decía “probablemente es lo mejor que te ha podido pasar, porque
esa no era la persona adecuada para ti”, y el tiempo nos ha dado la razón,
porque ahora, viendo a esa niña, me doy cuenta de que Isabel conoció más tarde
a la persona adecuada para tener un regalo como la hija que ha tenido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Estuve charlando en Nochebuena por wasap con Isabel hasta
que ya no podía mantenerme despierto. En esa conversación, Isabel me dijo una
cosa sobre mí que me encantó. Probablemente lo más bonito que me han dicho en
mi vida, que no pongo aquí porque parecería presuntuoso, y porque seguramente
tampoco es verdad, por muy orgulloso que estuviera si yo fuera realmente como
ella me dijo que me veía, aunque sólo fuera en una pequeña parte. Si es cierto
que no somos lo que creemos que somos, sino la forma en que de verdad nos ven
los demás, me doy por muy contento con lo que me dijo Isabel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y eso me llevó a otra conclusión. He estado en proyectos muy
importantes en mi vida. Unos cuantos emblemáticos, como la Torre Repsol, la
sede del BBVA en las Tablas (sí, la tapa de inodoro…) o el Hotel AC Oblatas en
Santiago de Compostela. Otros no tan emblemáticos pero complicados, como el
Portón de los Jerónimos en Murcia. Otros modestos, como muchos bloques de
viviendas desperdigados por Madrid, Getafe, Leganés, o Guadalajara, y reformas
en lugares bellísimos como el Palacio de los Serrano, en Ávila. He tocado
también la logística en un proyecto muy interesante en Illescas, que me sirvió
para desarrollar una rama de la edificación que no había tocado hasta ahora.
Todos esos edificios son importantísimos para mí, porque en todos ellos he
sufrido, he reído, he llorado y hasta he amado (no en ellos, sino mientras
estaba trabajando en ellos, no seáis mal pensados), y guardo de ellos un
recuerdo en lo profesional y en lo humano increíble, hasta el punto de que
siempre he tenido la sensación de que no he trabajado, porque estaba haciendo
lo que me gustaba, que era construir, ver levantarse una obra desde los cimientos
hasta la cubierta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siempre he pensado eso, pero el otro día, viendo la cara de
Estrella, la cara de Isabel, me di cuenta de que lo bonito, lo grande, además
de haber estado en esos proyectos, es haber conocido a toda la gente especial
que he conocido a lo largo de mi trayectoria. Personas importantes en mi vida,
muchos de ellos anteriormente jefes y ahora amigos, muchos compañeros
abnegados, dispuestos siempre a echar una mano, codo con codo siempre, con sus
problemas, sus tristezas, sus alegrías, y sobre todo sus grandezas como
personas y como profesionales. Muchos de ellos compañeros, otros clientes,
incluso rivales en el terreno profesional, pero todos ellos grandes personas, y ahora buenos amigos. A
muchos les saludé la otra noche, y les seguiré saludando sin duda, porque han
conformado gran parte de mi vida profesional, pero sobre todo, humana.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Muchas gracias, Isabel, por ser como eres, y por haber
finalizado, con nota, una obra tan importante y bonita como Estrella. Es un honor y un placer conocerte y haber trabajado contigo</span><o:p></o:p></p>FELIX JAIMEhttp://www.blogger.com/profile/04311777712275631746noreply@blogger.com6